Hoy
queremos hablarte de algo que nos importa a todos: el cuidado de las personas
mayores. A veces, podemos olvidarnos de que, para los cristianos, cuidar de
nuestros mayores es una bendición. La vejez es una etapa maravillosa llena de
sabiduría, pero también puede traer soledad. Y la soledad en la tercera edad no
es solo un sentimiento pasajero. Es un problema real que puede ser causado por
muchas cosas, como la pérdida de seres queridos, la salud física que se va
deteriorando o el aislamiento y la falta de participación social.
Esta
soledad puede llevar a comportamientos inesperados y a una disminución de la
vida social, lo que hace que sea aún más importante entender cómo podemos
ayudar a nuestros mayores a superar esta situación. ¡Así que prepárate para
aprender cómo podemos combatir la soledad en la tercera edad de manera positiva
y constructiva! Así lo presenta el salmista: Salmos 71:9 “No me deseches en mi
vejez; no me desampares cuando me falten las fuerzas”.
·
Cinco factores que contribuyen a la
soledad en la tercera edad:
1.
Pérdida de seres queridos: Es normal que, a medida que vamos
envejeciendo, empecemos a perder a nuestros amigos y familiares. Y, claro, la pérdida
de un cónyuge puede ser especialmente dolorosa.
2.
Salud deteriorada: Las enfermedades crónicas, la pérdida de
actividad física, movilidad y otras limitaciones físicas pueden hacer que sea
difícil para las personas mayores mantener una vida social activa, pero no te
preocupes, ¡todo es posible!
3.
Aislamiento social: Entiendo perfectamente que las personas
mayores a menudo dejen de hacer actividades sociales por problemas de salud,
por falta de transporte o porque ya no tienen amigos o familiares disponibles.
4.
Cambios en la situación de vida: Mudarse a una residencia de
ancianos e inclusive a otro barrio, colonia o pueblo, puede ser un ajuste
difícil, especialmente si la persona se siente desplazada o desconectada de su
comunidad anterior.
5.
Dependencia: La necesidad de depender de otros para las
actividades diarias puede hacer que las personas mayores se sientan una carga,
lo que puede llevar a sentimientos de soledad y aislamiento.
Muchos
ancianos, que solían ser el corazón del hogar, ahora observan en silencio desde
las sombras. Es necesario enseñarles a nuestros hijos la importancia de pasar
tiempo con los ancianos ya que el papel de los viejos en la vida de las
personas es muy enriquecedor, ellos y solo ellos mantienen vivo un vínculo de
una realidad viviente y su historia.
Timoteo
fue bendecido por la anciana Loida, 2 Timoteo 1:5 (NVI): “Porque tengo presente
la fe sincera que hay en ti, la misma que hubo en tu abuela Loida y en tu madre
Eunice, y que estoy convencido de que también hay en ti.”
Luego
pasó tiempo y cuando Pablo era ya anciano, de él, recibió las mejores instrucciones para su
ministerio que incluía pastorear personas adultas adecuadamente.
No
olvidemos la importancia bíblica de valorar la experiencia de la edad.
Proverbios 16:31 dice: “Las canas son corona de esplendor; se alcanzan en el
camino de la justicia”.
Piensa
por un momento y sumérgete en la idea de la inmensa riqueza de vivencias y
conocimientos que guardan el corazón y la mente de un anciano. Imagina poder
acercarte y, como quien abre un antiguo libro lleno de historias y lecciones,
recibir toda esa sabiduría que han tejido a lo largo de sus años, cada página
un reflejo de una vida apasionadamente vivida.
Historias
de triunfos, desafíos superados, amistades encontradas y perdidas, lecciones
aprendidas. Cada arruga es un testimonio de una vida vivida con pasión, con
lucha, con amor y fe.
Pero,
¿cómo podemos sanar los dolores de la soledad que nuestros viejos podrían estar
sintiendo? ¿Cómo podemos ayudar a las personas mayores a combatir la soledad?
·
A continuación, algunas recomendaciones:
1.
Pasar tiempo de calidad con los ancianos: Antes que nada, es
esencial dedicarles tiempo de calidad. En ocasiones, su soledad puede hacer que
se muestren como personas difíciles de comprender, por lo que meras celebraciones
repetitivas en festividades como su cumpleaños o comunicaciones confrontativas
no son suficientes. Lo que realmente importa es compartir instantes auténticos
con ellos, escucharlos con atención, empaparnos de sus anécdotas y reafirmarles
que siguen siendo valorados y queridos.
2.
Revivir las memorias de ellos: Rememorar momentos pasados
puede ser una actividad enriquecedora para los ancianos: revisar viejos álbumes
fotográficos, escuchar melodías de sus años mozos o, incluso, cocinar juntos
esa receta familiar transmitida de generación en generación. Son instantes que
no solamente aportan valor a nuestras vidas, sino que también llenan de luz y
alegría la suya.
3.
Cómo integrar a los ancianos a la vida actual: En
una era regida por la tecnología, mostrarles cómo utilizar dispositivos
actuales puede ser una excelente manera de establecer conexión. Ya sea
ayudándolos a configurar un teléfono inteligente para realizar videollamadas
con seres queridos que estén lejos, o introduciéndolos a aplicaciones de música
o juegos que les diviertan. Esto no solo les brinda un abanico de nuevas
oportunidades, sino que también les da la sensación de seguir siendo
significativos en un mundo en constante evolución.
4.
Orar y Estudiar La Palabra con ellos: Profundizar en la
espiritualidad puede ser reconfortante y fortalecedor para ambas partes. Tus
brazos al rededor del anciano le darán una agradable sensación de seguridad y
compañía que probablemente esté adoleciendo. La espiritualidad a menudo se
profundiza con la edad. Estudiar la Biblia juntos, compartir devocionales y
orar el uno por el otro puede ser una experiencia profundamente sanadora y
fortalecedora para ambos.
Como
sociedad, debemos entender qué importancia tienen los adultos mayores y por qué
debemos respetar a los mayores. No solo es una cuestión de ética, sino también
de amor y gratitud hacia quienes nos han enseñado tanto. Por último, recordemos
las palabras de Proverbios 20:29: “La gloria de los jóvenes es su fuerza; la
hermosura de los ancianos es su vejez”.
Y
créalo: Al cuidar de nuestros ancianos, estamos cuidando de nosotros mismos.
S.A.G.
– 02 – MAR – 2025
(Estudio
No. 826)
Si
deseas escribirnos, puedes hacerlo a:
igelrenuevo@gmail.com
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