Amigo mío, el mundo está viviendo una guerra generada
entre Israel e Irán. Es inevitable que las consecuencias de esta guerra nos
afecten a todos, y una de ellas es el aumento del precio de los combustibles
derivados del petróleo, principalmente la gasolina.
¿Sabes qué es lo más interesante de esta guerra? Que
tiene tantas consecuencias en nuestra vida que se habla de ella en todos lados:
en los periódicos, la televisión, las redes sociales, la radio... Las naciones
más poderosas del mundo ya se reunieron y están en contacto. En fin,
literalmente todos hablamos de ella. Y cuando digo todos, me refiero a todos:
tanto a los que algo sabemos de esto como a los que no sabemos.
Y, como te decía, hoy vamos a hablar de nuestro enfoque,
que podemos resumir en una pregunta: “¿Y los que no sabemos qué hacemos?”.
Hermanos, es importante que como cristianos nos
esforcemos por hablar y comportarnos de manera adecuada en todo momento. Si les
dijera que oremos por Irán ahora, probablemente muchos se sentirían en
desacuerdo y podrían incluso mencionarme a mi madre. Sin embargo, les pido
amablemente que consideren hacerlo por el bien de Irán y de todos aquellos que
sufren.
"Ustedes han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y
odia a tu enemigo”. Pero yo digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los
persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en los cielos. Él hace que
salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos. Si
ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no
hacen eso hasta los recaudadores de impuestos? Y si saludan a sus hermanos
solamente, ¿qué de más hacen ustedes? ¿Acaso no hacen esto hasta los gentiles?
Por tanto, sean perfectos como su Padre celestial es perfecto" Mateo
5:43...48 NVI
¿Y quién crees que es nuestro enemigo? De seguro que
nadie nos persigue para hacernos daño, y tampoco está por ahí diciendo pestes
de nosotros. Tal vez somos de esas personas a las que nadie puede odiar. Aunque
puede que sí y no lo sepamos. También podríamos considerar a aquellos que, sin
odiarnos, tal vez no nos aprecian tanto. Seguro que te vienen varios a la
mente.
Si quieres, podemos verlo desde otra perspectiva. Son los
que a veces nos desagradan, aunque no lleguemos a despreciarlos. Siempre nos
acordaremos de ellos. Con quienes nos imaginamos situaciones y encontronazos en
los que podríamos ponerles en evidencia, pero siempre con respeto y amabilidad.
Con los que preferimos no tropezarnos. Son esas personas que nos han tratado
injustamente y a las que hoy, les mandamos un saludo cariñoso.
Este dia, al igual que aquel dia registrado en la Biblia,
Jesús nos invita a hacer algo especial con todas estas personas. ¡Juntos
podemos hacer algo increíble! Podríamos pensar que con dejar de pensar en ellos
es suficiente, pero no, él nos dice algo maravilloso: si los mantienes en tu
mente, habla bien de ellos, sobre todo cuando te dirijas a Dios, busca y pide
que les sucedan cosas buenas.
No desees que ellos fracasen, ni que queden en evidencia
delante de ti. No imagines que se humillan por haberte hecho daño, ni que todos
a su alrededor se den cuenta de sus errores.
La razón o motivo que pone Jesús para reaccionar de esta
forma no es tanto porque así el otro se dará cuenta de su mal, sino porque es
así como Dios nuestro padre suele respondernos a nosotros como humanos,
distribuyendo el bien a todos. Bendecir es parte del ser de Dios y Él desea que
le imitemos como hijos.
¿Y por qué orar por ellos? Mira, es que es la respuesta
natural de una persona con un corazón misericordioso. Y, por otro lado, al
poner a nuestro enemigo delante de Dios, es también la forma en la que Dios
puede hacernos como Él. Esto permite un proceso de transformación.
Alguien apunto: Nos encontramos frente a una de las
características más propias del mensaje de Jesús, allí donde esconde su fuerza
y su secreto; allí radica la fuente de nuestra alegría, la potencia de nuestro
andar y el anuncio de la buena nueva. El enemigo es alguien a quien debo amar.
En el corazón de Dios no hay enemigos, Dios tiene hijos. Nosotros levantamos
muros, construimos barreras y clasificamos a las personas. Dios tiene hijos y
no precisamente para sacárselos de encima. El amor de Dios tiene sabor a
fidelidad con las personas, porque es amor de entrañas, un amor
maternal/paternal que no las deja abandonadas, incluso cuando se hayan
equivocado.
Jesús es muy considerado, siempre piensa en todo. Nos han
dicho que debemos amar a nuestros enemigos a través de la acción y de las
palabras, pero no podemos parar ahí. También somos llamados a orar por ellos y,
en el caso de muchas de nosotros, eso es lo último que queremos hacer.
Pero Dios nos ha escogido a nosotros para usar la oración
como medio para cumplir su voluntad, y es a través de la oración que las
personas pueden cambiar.
¿Qué te parece si les pedimos a Dios que toque su corazón
y los convierta en personas que aman a Dios en lugar de odiarlo? Amigo mío,
creemos que el castigo eterno espera a los que no creen, así que roguemos a
Dios que, a través de Su misericordia y gracia, los salve como nos salvó a
nosotros.
Hemos hablado mucho, ¿verdad? Y siempre hemos hablado de
lo mismo: de ser como Jesús. Entiendo que esta no es una petición fácil, pero
me gustaría que consideres mi propuesta. ¿Sabes qué? Orar por nuestros enemigos
y hacer bien a aquellos que nos hieren es ser como Jesús. Él oró por sus
enemigos mientras moría en la cruz. ¡Qué gran ejemplo!
Y, si lo haces, verás que, cuanto más oremos de manera
regular por aquellos que nos odian, más creceremos en compasión por ellos. Es
posible que al principio te sientas un poco abrumado, pero no te preocupes, a
través de nuestras oraciones, Dios puede transformar no solo a las personas que
nos han herido, sino también a nosotros mismas. Y a través de todo ello,
experimentaremos la paz de saber que estamos llevando todas las cosas ante Dios
en oración.
Oremos por nuestros enemigos, para que en nuestro
interior pueda surgir la belleza del alma de Dios, que es capaz de bendecir a
los justos y a los injustos. ¡Así que mantengamos la esperanza y la bondad en
nuestros corazones! Oremos, hasta que sintamos que hemos dejado de tener
enemigos, al menos por nuestra parte y no perdamos la fe en que Dios obrara en
esta cruenta guerra.
S.A.G. -
22 – JUN – 2025
(Estudio
No. 841)
Si
deseas escribirnos, puedes hacerlo a:
igelrenuevo@gmail.com
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