La Cultura Superflua Y Los Cristianos

El mundo actual ofrece una vida superflua, que la moda, los vestidos, los zapatos, las dietas, los peinados, etc., todo vanidad de vanidades, en su mayoría, el mismo ser humano se ha vuelto un hombre y una mujer superflua, quieren vivir y gozar la vida aquí y ahora, una vida sin consistencia ni compromisos, sin deberes, pero sí insistiendo en todos sus derechos, no para asumir mayores responsabilidades, sino para poder disfrutar y gozar con menos limitaciones.

En lo superfluo se refleja un modelo de vida pobre en el que la esencia de las cosas ya no importa. Sólo importa lo superficial. El hombre en esta cultura superflua, es el hombre vacío por dentro, sin criterios, sin objetivos, sin metas, sin capacidad de entrega a algo que para él sea un valor; algo por lo cual sea capaz de vivir y hasta morir; algo por lo cual sea capaz de sacrificarse. Un hombre masificado por los medios de comunicación masiva que promueve un materialismo que esta anulando al hombre verdadero, sustituyéndolo por un hombre sin hombría, un espíritu sin espiritualidad y sin compromiso, un hombre sin capacidad de entrega y sacrificio: el hombre moderno.

Se trata de un hombre relativamente bien informado, pero con escasa educación humana, muy entregado al pragmatismo por una parte y a bastantes tópicos por otra. Todo le interesa, pero a nivel superficial; no es capaz de hacer la síntesis de aquello que percibe y en consecuencia, se ha convertido en un sujeto trivial, ligero, frívolo, que acepta todo, pero que carece de unos criterios sólidos para su conducta.

En él todo se torna etéreo, leve, volátil, banal, permisivo. Ha visto tantos cambios, tan rápidos y en tiempo tan corto, que empieza a no saber a qué atenerse; o lo que es lo mismo, hace suyas afirmaciones contradictorias como” todo vale” y “nada vale. Este hombre puede ser muy bueno como profesional, abogado, ingeniero, médico, pero a nivel moral está a la deriva, sin saber ni querer saber hacia dónde dirigirse.


 La vida actual pone un gran énfasis en el hedonismo como  la doctrina que considera el placer como el fin de la vida, por lo que se deduce que los seres humanos deberíamos dedicarnos exclusivamente a vivir en su eterna búsqueda. y sostiene que es más importante la emoción en vez de la razón. La palabra hedonismo viene del griego hedoné que significa: placer

Pareciera ser que el pensamiento mas común en el hombre y mujer de estos tiempos es: Hoy voy a tratar de aprovechar cada minuto agradable, lo voy a degustar con la avidez de quien devora el último sorbo de alegría, hoy me voy a recostar descaradamente en las buenas y no en las malas.

Pero ¿Que debemos responder los hijos de Dios desde la perspectiva cristiana?

Pablo dijo: “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica” (1 Corintios 10:23).

Salomón también agrega: “Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios” (Eclesiastés 11:9).

La vida actual se enfoca en el materialismo y dice que es más importante el tener que el ser. Tanto tienes, tanto vales.

La voracidad del consumismo, por una supuesta vida mejor está desestabilizando nuestras vidas personales y económicas. La publicidad nos lleva a no estar satisfechos con los bienes que poseemos y puesto que nuestra autoestima está afectada para no ajustarnos a lo menos, el mundo nos hace sentirnos a estar siempre ganando y adquiriendo más. Por ello es que ahora trabajamos mas que antes, llenamos nuestras vidas con cada vez más actividades que nos actualizan, e incrementamos nuestros gastos para que podamos tener una supuesta mejor vida ahora. En esta forma somos esclavos de nuestra satisfacción, tiempo, y dinero.

El lujo es un defecto, tanto como la pobreza: nuestra meta debe consistir en ser mucho y no en tener mucho.

La persona consumista no practica la solidaridad, la generosidad y la compasión, se vuelve insensible, egocéntrica y avariciosa.

Nuevamente... ¿Que debemos responder los hijos de Dios desde la perspectiva cristiana?

Dios se interesa más por el ser que por el tener. “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?” (Lucas 9:24..25).

El Señor no está en contra de que los cristianos tengan prosperidad, siempre y cuando usen los métodos lícitos para ello y que las posesiones materiales no los aparten de vivir siempre para la gloria de Dios.

“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 3).

El mundo actual te fomenta la permisividad y dice que nada está prohibido y hay que experimentar todo.

La teoría de la ética permisiva sustituye a la moral. Es así que todo está permitido, todo es válido. El lema es: no exigir demasiado y alcanzar una tolerancia absoluta. De este modo no hay límites entre lo bueno y lo malo, lo correcto y lo que no lo es.

Entonces... ¿ Que debemos responder los hijos de Dios desde la perspectiva cristiana?

“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.” (Gálatas 5: 13).

Lo superfluo del mundo y la vida “suave” ya no es un estilo de vida practicado sólo en países desarrollados, debemos, a fuerza de ser sinceros, aceptar que la tecnología, el internet, los medios de comunicación social llegan en la actualidad a todas partes del mundo, aun a las comunidades más alejadas de la civilización y las iglesias no escapan de esta influencia.

Muchos cristianos y mayormente los jóvenes, ahora ya no quieren comprometerse con un proyecto de largo plazo, les cuesta ser guiados por sus convicciones, se han vuelto muy superficiales en sus creencias y en su espiritualidad. En casos como la música la mayoría de los expositores de la alabanza cristiana, han entrado y viven dentro del negocio artístico del mundo.

¿Cuál debería ser nuestra respuesta como cristianos a esta corriente de pensamiento que se ha convertido en un estilo de vida?

Necesitamos estudiar un poco más este fenómeno filosófico e ideológico desde la palabra de Dios, para orientar adecuadamente a las nuevas generaciones.

“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).

Indiscutiblemente, estamos en una época de carestía de la verdad, la verdad se ha escondido o disfrazado por los exponentes del liberalismo y su pensamiento del dejar hacer y dejar pasar o ha sido secuestrada y/o encarcelada por posiciones dictatoriales del mundo. Es como si el príncipe de este mundo, estuviera densificando sus tinieblas para que cada día fuéramos mas ciegos y torpes.


Amados hermanos y amigos, tenemos un compromiso con este mundo la palabra de Dios dice: “Resplandece pues ha llegado tu luz...” si no lo estas resplandeciendo... ya es tiempo de empezar. Amen.

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