La Violencia Doméstica Un Asunto Encubierto

"Él va a encontrarme aquí. Es sólo una cuestión de tiempo ", dijo con una certeza fatal. Ella con sus niños y nada más, había llegado a refugiarse en la casa de sus familiares, llego con la esperanza de iniciar una nueva vida. Una vida segura, libre de su abusador. Dudaba en encontrar trabajo, temiendo que el abusador la localizara... Hasta que él lo hizo... ella regreso con él y no la vimos mas hasta tres meses después en su entierro.

La violencia doméstica, son palabras que no se escuchan en el habla cotidiana de la iglesia o la oficina. Eso es porque equivocadamente la victima de la violencia doméstica prefiere mantener el asunto encubierto detrás de las puertas cerradas y las cortinas corridas. Se siente más cómoda en las sombras, en voz baja, los ojos bajos y en silencio.

De hecho, la violencia doméstica no es algo que oímos a menudo, a menos que le suceda a un amigo o ser querido. De vez en cuando, sin embargo, el abuso es forzado a salir en público y vemos su fea cara a través de los titulares. Vemos los golpes. Oímos detalles que nos hacen reaccionar con horror... vemos la violencia doméstica en todo su terror oscuro y horrible.

Nos preguntamos cómo algo así puede suceder. Nos preguntamos por qué las mujeres se quedan con alguien que les golpea, preguntándonos, ¿Por qué no lo deja?

Tales historias nos hacen considerar nuestras propias relaciones o las de las personas que conocemos y amamos... muchas veces nuestras hijas e hijos. Quizás usted se ha preguntado sobre el intenso griterío que se oye entre su vecino y su cónyuge y se ha preguntado la diferencia entre un conflicto matrimonial o una relación no saludable y de abuso.

Esas son todas las preguntas críticas. En el ámbito mundial, un tercio de todas las mujeres estará en una relación abusiva en algún momento de sus vidas. La violencia doméstica no hace acepción de personas; afecta a las mujeres de todas las edades, estatus socioeconómico, educación, etnias y religiones incluyéndonos a los cristianos. A pesar de que vive en la intimidad del hogar, su efecto en la sociedad es alto. Incluyendo el costo de los médicos y de salud mental, así como la pérdida de productividad en el trabajo. Los hombres también pueden ser víctimas de abuso doméstico, pero en la mayoría de los casos, las víctimas son mujeres.

  • Rasgos de una relación abusiva

La Violencia Doméstica, es definida como "la intimidación intencional, asalto físico, asalto sexual y/u otro comportamiento abusivo como parte de un patrón sistemático de poder y control perpetrada por un compañero íntimo contra otro. Se incluye la violencia física, la violencia sexual, la violencia psicológica y abuso emocional. La frecuencia y la gravedad de la violencia doméstica pueden variar dramáticamente".

La violencia doméstica persigue el control de otra persona. El abusador usa cualquier medio necesario para ganar y mantener ese control. Esto incluye el uso de amenazas, manipulación, intimidación y fuerza. Si el abuso emocional y psicológico es eficaz, no puede haber abuso físico, pero una vez que la víctima se resiste o se pone de pie, el abuso físico surge. El abusador rompe cosas, golpea con el puño en la pared, daña a la mascota de la familia y hace otras acciones intimidatorias para demostrar que puede y va a hacer lo mismo con ella. La víctima vive sus días caminando sobre cáscaras de huevo, sin saber nunca cuando su abusador va a explotar.

Como resultado del abuso psicológico, la víctima inicia a creer que lo que su abusador le dice es cierto: que ella no vale nada.

El abusador usa amenazas para manipular y controlar a su víctima. Él puede amenazar con lastimarse a sí mismo, a decir mentiras sobre ella a otros, incluyendo a las autoridades, si no hace lo que le dice que haga. El abusador también trata de controlar todos los aspectos de la vida de la víctima. El abusador mantendrá su víctima aislada de sus amigos y familiares, husmeara todo lo que hace y en todas partes que ella vaya. Controla sus llamadas telefónicas y correos electrónicos. A menudo, la víctima depende económicamente del agresor. Ella no podría ser autorizada a trabajar y él ni siquiera podría permitir su acceso a los ingresos monetarios, aun siendo los de ella.

La víctima está constantemente menospreciada y humillada. Su agresor la hace sentir estúpida, inferior y sin valor. Ella duda a sí misma y con el tiempo incluso puede pensar que está loca. Podía ser muy bien educada y bien calificada, pero como resultado de abuso psicológico, la víctima tiende a creer que lo que su abusador le dice es cierto: ella no vale nada.

El abusador a menudo parece ser diferente en público. Él puede ser un ciudadano honrado, religioso. Él puede tener posiciones de respeto en la comunidad. Esto hace que sea difícil para las personas creer que él le haría daño a la gente en su casa.

A menudo la gente tiende a creer lo que el abusador dice sobre ella. Puede incluso decir que ella trajo esta situación a sí misma de alguna manera. La victima intentara ser una "mejor esposa", esperando ver si la situación "mejora", si todo va a estar bien.

Y nada mejora, la victima llega a creer que nadie le creerá. Porque ella a menudo depende económicamente de su agresor, no está segura de si va a escapar. Ella tiene miedo de lo que podría hacer y cree que es más seguro quedarse. No sólo eso, sino como resultado del abuso psicológico constante que ha soporta, puede llegar a creer que es merecedora de tal tratamiento.

  • Cómo la violencia doméstica difiere de un conflicto relacional

Mientras que todas las relaciones abusivas contienen conflicto, no todo conflicto es abusivo. La verdad es que todos los matrimonios y relaciones tienen conflictos, discusiones y discordia. Cada uno de nosotros ha caído y es pecaminoso. No estamos de acuerdo en todas las cosas. Levantamos nuestras voces. Herimos los sentimientos del otro. Decimos cosas que luego lamentamos.

A veces, nuestros conflictos son frecuentes y no podemos resolverlos por nuestra cuenta. En casos como ese, necesitamos sabios consejos, terapias clínicas. Puede ser una cuestión de recurrir a una guía para aprender a ver las cosas desde otro punto de vista, cómo escuchar o cómo comunicar pensamientos y sentimientos con amabilidad y respeto. En este tipo de relaciones, cada cónyuge ama al otro y desea que la relación funcione.

La diferencia entre un matrimonio en el que se produce el conflicto y en el que existe la violencia doméstica es la obtención del poder y el control. En esta relación, no hay cosa que se resuelva. El agresor siempre tiene la razón y siempre se sale con la suya. No es una cuestión de aprender habilidades de comunicación efectiva; es mucho más profundo que eso. Es una relación regida por el miedo, no el amor. Es uno donde se controla la víctima. Es una relación que dice cosas desagradables en el calor de una discusión; es uno que deja cicatrices profundas y perdurables, tanto por dentro como por fuera.

Una relación de abuso es una relación peligrosa. Si el abusador sabe que la mujer ha buscado ayuda, es probable que sea más volátil. El riesgo de daño para ella y sus hijos aumenta si se trata de salir. Es por ello que la seguridad es una preocupación que se debe planificar, tanto para ella y sus hijos.

La mayoría de los países tienen una línea directa de violencia doméstica para pedir ayuda y asistencia. Muchas localidades tienen refugios para que las mujeres se queden.

El deseo de un abusador de poder y control no conoce límites. Aunque la violencia doméstica está muy extendida y experimentada por muchas mujeres, no se habla a menudo. Necesitamos saber los signos de abuso para que podamos ayudar a otros que están sufriendo. Tenemos que saber la diferencia entre los conflictos relacionales y la violencia doméstica y que a veces, esa diferencia es mortal.


Edúcate a ti misma. Es hora de sacar la violencia doméstica de atrás de las puertas cerradas. Busca la ayuda profesional, Dios no te creo para que seas violentada.

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