No Es A Golpe Limpio - Por Saúl Guevara (Estudio No. 833)

 


Tal vez han escuchado la historia del niño que vivía en un bosque y un día, mientras jugaba en el claro, escuchó la voz de otro chico a lo lejos. Gritó: - ¡Hola! - y la voz le respondió: - ¡Hola! - El niño no sabía que se trataba del eco de su voz, y entonces comenzó a gritar insultos que eran contestados inmediatamente. Después de un rato, entró a su casa y le contó a la madre que había un muchacho muy malo en el bosque. La madre, que entendió perfectamente la situación, le sugirió que tratara de hablar con amabilidad con el niño para ver si respondía de la misma manera.

 El chico salió de nuevo, hizo la experiencia, y encontró que sus palabras de cariño eran contestadas de la misma manera.

 Este cuento nos invita a reflexionar sobre algo muy importante: ¿cómo podemos, como cristianos, recordar que una respuesta amable puede disipar la ira?

 A través de las Escrituras, Dios comparte sabiduría aplicable a cada aspecto de la vida. A veces, la vida puede ser difícil, ¿verdad? Y la ira no es algo que se hable mucho en nuestra cultura cristiana moderna. A veces, es difícil imaginar que un Dios lleno de amor también pueda sentir enojo. Pero la Biblia nos muestra cómo el dolor y la opresión de nuestro mundo quebrantado pueden enfurecer a un Dios de amor. Si nos ama, se enfrentará a los elementos que buscan destruirnos. Al mismo tiempo, la Biblia nos advierte contra ceder a nuestra propia ira.

 Así como Dios busca salvarnos de lo que nos destruye, también debemos buscar salvarnos a nosotros mismos y a los demás de las divisiones que nos llevan por un camino destructivo. Dios nos da sabiduría y fuerza para ello, y confía en que podamos utilizar estas herramientas para construir un mundo mejor. Así que, si ves que hay un conflicto, ¡no te preocupes! Solo trata de convertirlo en una conversación redentora.

 Proverbios 15:1 dice: “La blanda respuesta quita la ira, pero la palabra áspera hace subir el furor”. Este versículo muestra la importancia de responder al conflicto o la ira con amabilidad y calma, en lugar de palabras duras o provocadoras. Fomenta una comunicación pacífica y sabia para calmar las situaciones tensas y evitar que se conviertan en ira u hostilidad.

 Proverbios es conocido por su colección de sabiduría práctica y perspicaz. Es como un amigo que siempre te dice lo que necesitas oír, ¿sabes? Te habla de cómo comportarte, de cómo relacionarte con los demás, de cómo trabajar, de cómo manejar tu dinero y de cómo vivir la vida diaria. Muchos de sus versículos ofrecen consejos muy valiosos para afrontar las complejidades de las interacciones humanas y tomar decisiones acertadas.

 Amigo mío, déjame compartir contigo un consejo sabio de los Proverbios 15:1, que dice que las palabras ásperas o provocadoras a veces pueden aumentar la tensión y provocar la ira, mientras que una respuesta suave y considerada puede tener un efecto calmante y reconciliador. Este principio bíblico se alinea con enseñanzas más amplias que se encuentran en toda la Biblia. Por ejemplo, en el Nuevo Testamento, en Mateo, Jesús nos enseña el valor de poner la otra mejilla y hacer un esfuerzo para promover la reconciliación y la paz.

 La frase “La blanda respuesta quita la ira”, puede estar sujeta a conceptos erróneos.

 Algunas personas creen que el versículo fomenta la sumisión pasiva ante la ira o el conflicto, ¡pero no tiene nada que ver con eso! Algunas personas pueden entenderlo como una respuesta suave que implica evitar la confrontación o ser vulnerable. La verdad es que el versículo promueve una respuesta mesurada y amable, pero no necesariamente sumisa. En realidad, lo que hace es resaltar el poder de la diplomacia y la inteligencia emocional para resolver situaciones.

 También es importante entender que una respuesta suave no significa evitar la comunicación directa y honesta. Pero no, no es así. Una respuesta amable y discreta no sugiere ocultar información importante ni abordar los problemas con honestidad. Recuerda que la comunicación es la base para resolver cualquier conflicto.

 El versículo es muy sabio, pero no siempre funciona en la vida real. A veces, es mejor ser un poco más firme para abordar una falta o defender tus derechos. La importancia de una respuesta suave depende del contexto y de la naturaleza del conflicto. Es normal que la gente piense que ser suave significa no responsabilizar a los demás por sus acciones, pero esto no siempre es así.

 ¿Sabías que la blanda respuesta calma la ira? Es un enfoque práctico y valioso para las relaciones interpersonales de los cristianos de hoy. Aquí te comparto algunas ideas para ponerlo en práctica en tu día a día:

1.    Practica la escucha activa. Escuchar activamente implica prestar plena atención al interlocutor, empatizar con su perspectiva y tratar de comprender sus sentimientos y necesidades. Cuando alguien está molesto o enojado, escuchar activamente puede ser el primer paso para ofrecer una respuesta amable.

2.    Cultiva la empatía. La empatía es la capacidad de comprender y compartir los sentimientos del otro. Podemos cultivarla poniéndonos en el lugar de la persona con la que nos comunicamos. Reconocer las emociones de la otra persona y validar sus sentimientos puede calmar la ira.

3.    Elije tus palabras con cuidado. Debemos ser cuidadosos con nuestras palabras al responder. Elegir palabras respetuosas, amables y no confrontativas contribuye a una respuesta suave. Evite el lenguaje áspero o las acusaciones.

4.    Procura comprender. En lugar de defender nuestra postura, puede ser útil comprender mejor el punto de vista y las preocupaciones de la otra persona. Fomentamos un diálogo constructivo mostrando un interés genuino.

5.    Mantén el autocontrol. Responder con suavidad requiere autocontrol y paciencia. Ante la ira o la provocación podemos practicar el autocontrol frenando las emociones, resistiendo el impulso de reaccionar impulsivamente y optando por una respuesta tranquila.

6.    Oración y Reflexión. La oración y la reflexión puede ayudarnos a obtener perspectiva y buscar guía para responder a situaciones difíciles. En la oración, pedimos a Dios sabiduría y fuerza para responder con amabilidad y gracia.

7.    Prioriza las relaciones. Reconocer el valor de las relaciones y el deseo de reconciliación nos motiva a responder con amabilidad.

8.    Otorga el perdón. El perdón es un principio fundamental. Cuando alguien nos ha hecho daño o nos ha hecho enojar, elegimos perdonar, no necesariamente olvidando la ofensa, sino dejando atrás el resentimiento y eligiendo un camino de reconciliación.

9.    Modela el comportamiento cristiano. Nos esforzamos por modelar nuestro comportamiento según las enseñanzas y el ejemplo de Jesucristo. Su énfasis en el amor, el perdón y la humildad pueden servir de guía para responder con amabilidad.

10. Se humilde. Reconocer nuestras limitaciones y la posibilidad de malentendidos o errores en la comunicación puede fomentar la humildad. Una actitud humilde puede llevar a una respuesta más suave. Dios nos ha perdonado y nos ha dado la oportunidad de alcanzar la paz eterna. Podemos ofrecer lo mismo a los demás.

 Vivir según el principio de que la blanda respuesta calma la ira, no implica evitar conversaciones difíciles ni descuidar la justicia. Se trata, más bien, de adoptar un enfoque amable y sabio para resolver conflictos y promover la comprensión. Usted puede adoptar este principio como parte de su compromiso con el amor, el perdón y la búsqueda de la paz en sus relaciones, comunidades y el mundo.

S.A.G. - 20 –ABR – 2025

(Estudio No. 833)

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