"Recuerden" - Por Saúl Guevara (Estudio No. 831)

 

 


1 Crónicas 16:15 "Acordaos de su pacto para siempre, de la palabra que ordenó a mil generaciones"

 Un Supervisor visitó una escuela primaria. En su recorrida observó algo que le llamó la atención: una maestra estaba atrincherada atrás de su escritorio, los alumnos hacían un gran desorden; el cuadro era caótico.

 Decidió presentarse: "Permiso, soy el Supervisor... ¿Algún problema?"

-"Estoy abrumada, no sé qué hacer con estos chicos... No tengo láminas, no tengo libros, el ministerio no me manda material didáctico, no tengo recursos electrónicos, no tengo nada nuevo que mostrarles ni qué decirles..."

 El inspector, que era un "Docente de Alma", vio un corcho en el desordenado escritorio, lo tomó y con aplomo se dirigió a los chicos:

 - ¿Qué es esto? “Un corcho señor “…gritaron los alumnos sorprendidos.

- "Bien, ¿De dónde sale el corcho?". "De la botella señor. Lo coloca una máquina...", "del alcornoque... de un árbol"... "de la madera...", respondían animosos los niños.

-"¿Y qué se puede hacer con madera?" continuaba entusiasta el docente. "Sillas...”, “una mesa...”, ¡” un barco! ".

- Bien, tenemos un barco. ¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en el pizarrón y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito?

- Escriban a que región pertenece. ¿Y cuál es el otro puerto más cercano? ¿A qué país corresponde? ¿Qué poeta conocen que allí nació? ¿Qué produce esta región?

¿Alguien recuerda una canción de este lugar? Y comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión, etc.                      

 La maestra quedó impresionada. Al terminar la clase le dijo conmovida:

-"Señor, nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas Gracias."

 Pasó el tiempo. El inspector volvió a la escuela y buscó a la maestra. Estaba acurrucada atrás de su escritorio, los alumnos otra vez en total desorden.

-"Señorita... ¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí? Sí señor ¡Cómo olvidarme! Que suerte que regresó. No encuentro el corcho. ¿Dónde lo dejó?".

 Cuando el maestro no tiene vocación o alma de maestro, ¡¡¡nunca encuentra el corcho!!!

 ¿Tiene idea de cuántos cristianos de éstos encontramos en la iglesia?, no se alarme, pero es una gran mayoría.

 Las Escrituras dejan claro que los cristianos deben ser la sal y la luz del mundo. Pero ¿cómo lo hacemos exactamente?

 Uno de los mensajes más comunes de Dios a las personas a lo largo de las Escrituras es "Recuerden". Una y otra vez, Dios les dice: "Recuérdenme. Recuérdenme. No olviden lo que he hecho por ustedes. No olviden lo que les he enseñado. No olviden quién soy para ustedes. No me olviden. No olviden quién soy yo ni quiénes son ustedes. Recuerden". "Recuerden". "Recuerden".

 Y una y otra vez la gente olvida. Tú olvidas. Yo olvido. Parece ser nuestra inclinación natural olvidar a Dios y todo lo que Él ha hecho por nosotros. Para resistir esta inclinación, el pueblo de Dios llena sus vidas con cosas que nos ayudan a recordar: rituales, hábitos, festivales, días festivos, la lectura de las Escrituras, el canto de canciones… y en un tiempo fue, el amontonamiento de piedras… si, el amontonamiento de piedras; aquí en mi país (El Salvador), hay un pueblo (San Antonio del Monte), donde a su entrada aun hoy existen personas llevan piedras y las apilan en una especie de gruta en busca de perdón de sus pecados.

 Apilar piedras para recordar a Dios es una práctica frecuente en el Antiguo Testamento. A veces se le llama elevación de tu Ebenezer, porque así llamó el profeta Samuel a una piedra que erigió después de que Dios liberó a los israelitas de sus enemigos filisteos (1 Samuel 7:13…14). Ebenezer significa “piedra de ayuda” y, al igual que otras piedras de recuerdo, Samuel quería que esta piedra fuera un recordatorio tangible para los israelitas del amor y la fidelidad de Dios hacia ellos.

 En cierto sentido, el hábito de apilar piedras o de levantar un Ebenezer, consiste literalmente en hacer una pila visible de piedras o en levantar una roca enorme de tal manera que la gente se dé cuenta y pregunte: "¿De qué se trata?". Esto da pie a una historia sobre Dios y su fidelidad. En un sentido más general, se trata de llenar tu vida de recordatorios tangibles de quién es Dios, de lo que ha hecho por ti y de quién eres tú a la luz de esa relación. Apilar piedras es algo que sigue llamando a nuestros corazones olvidadizos a volver a Dios.

 Hay muchísimas maneras geniales de llenar tu vida con estas piedras apiladas. Para algunos, es la Biblia junto a la cama o en la mesa de centro. Para otros, son las pequeñas notas de las Escrituras por toda la casa, el tablero del coche o el escritorio del trabajo. Para algunos, es esa lista de reproducción especial de música de alabanza que ponen mientras preparan la cena. También puede ser un collar o una pulsera especial, o una obra de arte en la pared. Muchos cristianos consideran la mesa como un Ebenezer: un recordatorio de la bondad de Dios y un momento especial para hacer una pausa y agradecerle por todas nuestras bendiciones. Para muchos cristianos, su calendario anual está lleno de momentos especiales para apilar piedras con su familia y la iglesia, ya sea el ritmo habitual del domingo o los ritmos especiales de Adviento, Navidad, Cuaresma, Semana Santa, Pascua, etc. Estos también son Ebenezers.

 Lo importante aquí es aceptar lo olvidadizo que eres, lo olvidadizos que somos todos, y cuánto necesitamos recordatorios en nuestras vidas. Recordar fomenta nuestra fidelidad, nos recuerda quiénes somos, nos recuerda lo importante y alimenta la esperanza en el futuro.

 Hay una razón por la que Dios nos dice constantemente que tengamos cuidado de recordar. Las personas olvidadizas necesitan estar constantemente apilando piedras.

 1 Samuel 7:12 "Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová"

 Ahora bien, Eben-ezer... Hasta aquí nos ayudó Jehová… Y ahora, ¿Qué harás tu? 

 NOTA: La anécdota inicial me la encontré en internet sin autor, no se quien sea, pero lo importante es esto que escribió y bendiciones a su autor.

 S.A.G. - 06 –ABR – 2025

(Estudio No. 831)

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