Actualmente la iglesia evangélica latinoamericana juega un papel en la política. Los políticos tradicionales, han encontrado un numero atractivo de votantes en el crecimiento numérico de la iglesia. Estos políticos han llevado a evangélicos a cargos públicos, pero lamentablemente su participación no ha significado un énfasis de fe y de vida de la iglesia. Existe falta de preparación responsable de aquellos que representan a la iglesia. Por lo cual urge establecer criterios para reivindicar la participación del pueblo evangélico en la política latinoamericana.
Para ilustrar esta parte, permítanme presentar la siguiente anécdota:
“Cuentan que un día cuando caminaba por la calle, un político es atropellado por un auto y muere... su alma llega al paraíso (se cree que por un error) y se encuentra a la entrada a San Pedro en persona...
-Bienvenido al paraíso –le dice San Pedro- y antes que te acomodes, déjame decirte que parece que hay un problema, pues raramente un político como tu llega hasta aquí y no estamos seguros que hacer contigo... Lo que haremos será que pasaras un día en el infierno y otro día en el paraíso y luego tu escoges donde quedarte... Lo lleva al ascensor y este baja, baja, baja y baja, hasta el infierno. Las puerta se abren y se encuentra justo al centro de un verde campo de golf... a lo lejos se ve un club y en este están todos sus amigos políticos que murieron antes que él, todos vestidos de traje de noche y muy contentos. Corren a saludarlo, se abrazan y se recuerdan de los buenos tiempos en que se enriquecían a base del dinero del pueblo... juegan un partido de golf y por la noche cenan en el club con langosta y caviar... comparten la noche con hermosas jovencitas. Se encuentra con ellos el diablo, que de hecho es un tipo muy simpático que se divierte cantando y contando chistes... Se esta divirtiendo tanto, que antes que se de cuenta es ya hora de irse. Todos lo llevan al ascensor, le dan un abrazo y sube.
El ascensor sube, sube , sube y se abre la puerta en el cielo... se encuentra con San Pedro quien le dice: Ahora es el momento de pasar al cielo... y pasadas veinticuatro horas de nube en nube, cantando, tocando arpa y viendo lo que ojos jamás vieron... Antes que se de cuenta el día a pasado y San Pedro va a buscarlo... –Ya has pasado un día en el infierno y otro en el cielo, ahora debes elegir tu eternidad- dice San Pedro. El hombre piensa y luego dice: después de estar un día en el infierno y otro en el cielo, creo que mas me he divertido en el infierno... lo llevan al ascensor y este baja, baja, baja y baja...
Cuando las puertas se abren, se encuentra en medio de una tierra desierta, pestilente, cubierta de excremento y suciedades de todo tipo...ve a todos sus amigos cubiertos en harapos, con una bolsa negra y recogiendo aquellas inmundicias... llega el diablo con una bolsa negra y le pone un brazo en los hombros... el político confuso dice: no entiendo... ayer estuvimos aquí... en fiesta... con música... baile... lindas jovencitas... langosta... caviar... vino... y nos divertimos mucho... y.... y.... ahora... todo lo que hay es un terreno desértico... lleno de porquerías y mis amigos parecen miserables... El diablo lo mira, sonríe y le dice... ayer estábamos en campaña... hoy..., ya votastes por nosotros”
Antes en las iglesias el énfasis era lo espiritual. En época de elecciones los pastores, que en ese entonces eran muy influyentes, enseñaban que la política no era para los creyentes.
Ha pasado mucho tiempo y la iglesia latinoamericana ha crecido en número. Hemos pasado de ser un puñado de hombres y mujeres menospreciados y perseguidos a ser un porcentaje importante de la población. A pesar de ese crecimiento, algunos de los viejos énfasis siguen siendo la base de lo que creen y de lo que viven muchos de los actuales miembros de la iglesia. Veamos algunos aspectos:
-La predicación ha sido principalmente evangelística. Se promueve la salvación individual y se descuida la dimensión social de la misma.
-El discipulado, cuando lo hay, se centra en aprender de las Escrituras pero no en vivirlas. Se ha perdido el énfasis en el testimonio personal.
-El crecimiento numérico ha dado origen a iglesias autóctonas, muchas de ellas, sin un sustento doctrinal sólido. Tenemos ahora un cristianismo popular mezclado con creencias no bíblicas. Nuestro repudio por lo mundano nos ha llevado a olvidar que aun estamos aquí y solo nos preparamos para llegar al más allá. En muchos casos no sabemos como vivir siendo sal y luz, porque nos hemos retirado del mundo. El tamaño de las iglesias nos ha hecho creer que nuestro poder está en los números y no en el Señor. En algunos países el crecimiento numérico nos ha hecho pensar que tenemos en nuestras manos el poder de decidir una elección presidencial.
-En casi todos los países de Latinoamérica han surgido personas cristianas que quieren ingresar a la política. Algunos se convirtieron siendo políticos, otros han descubierto su "llamamiento" luego de pasar algún tiempo en la iglesia. En la mayoría de las casos la experiencia ha sido catastrófica. Pocos han logrado ascender y una vez ahí no han sabido como ser cristianos en círculos de poder y han terminado dando mal testimonio.
-En casi todos los países se ha intentado instrumentalizar la iglesia en busca de respaldo para llegar al poder. Se han levantado partidos políticos y en no pocos casos, personas con supuestas buenas intenciones, pero ingenuas, han hablado en nombre de los cristianos evangélicos y nos han dejado en ridículo.
Abusivamente pretendo dar algunas directrices, pero antes apuntemos algunas características del político latinoamericano actual:
a) Los políticos profesionales y empíricos seguirán tratando de manipular al pueblo cristiano para lograr sus fines.
b) Los partidos políticos ponen poca o ninguna atención a la base política-doctrinal y la lucha por el poder se enfoca más en la capacidad administrativa.
c) El ciclo de esperanza generado por cada elección se está reduciendo. El pueblo, ante la corrupción y el incumplimiento de las promesas de campaña, se está volviendo pesimista, lo cual atenta contra la democracia.
d) La Asamblea Legislativa o Congreso, así como el Poder Judicial han estado siendo cuestionados por su corrupción e inoperancia. Las medidas correctivas son de carácter represivo y no existen esfuerzos serios para la recuperación de valores.
¿Cómo evitar que las experiencias negativas de los cristianos en la política se sigan repitiendo? Permítanme compartir algunas ideas:
1. El liderazgo debe tomar conciencia de que hay muchos campos en el mundo en donde es legítimo ser sal y luz. La iglesia debe reconocer que toda actividad humana legítima es un campo de misión. La política no es mala en si, Dios está interesado en gobernantes justos y capaces. Dios desea el bienestar de los pueblos y en esto juegan un papel importante los políticos.
2. La iglesia debe preparar a sus miembros a ser cristianos en el medio social y laboral en el cual les corresponde vivir. Mucho del discipulado que se da hoy día es enseñanza teórica que tiene muy poco que ver con el vivir diario. Gran cantidad de gente ha llegado a la iglesia, pero aun conserva muchas de sus viejas costumbres. Tenemos que enseñar a los miembros de la iglesia a vivir su fe, predicar con ejemplo y con palabra.
3. Debemos organizar las actividades eclesiásticas dejando un espacio para que los cristianos sigan insertos en su mundo social y laboral, de lo contrario no lo podrán cambiar. Cuando la gente se convierte, la queremos tan involucrada en las actividades de la iglesia que ya no tiene tiempo para servir de sal en el mundo. La efectividad de la misión de la iglesia está precisamente en que permanezcamos en el mundo y nos convirtamos en embajadores del Reino de Dios.
4. El liderazgo de la iglesia debe organizar actividades de reflexión sobre como manifestar las señales del reino en medio de la situación cultural y social imperante. No basta con tener buenas intenciones, se necesita preparación y experiencia. Los cristianos interesados en política o que ejerzan algún puesto de servicio deberían de participar de actividades de reflexión sobre problemas nacionales y las posibles alternativas de solución desde una perspectiva cristiana. El pastor interesado en la madurez de sus fieles necesita estar informado y recomendar buenos libros que promuevan la reflexión y profundización de temas sociales.
5. La iglesia debería organizar actividades propias para personas con profesiones específicas. Los profesionales tienen que enfrentar, al igual que otros trabajadores, situaciones que retan su fe, o bien, que necesitan definir como su posición cristiana. Los profesionales y trabajadores en campos específicos son las personas indicadas para asesorar a los servidores en el campo político.
6. Las iglesias deben rechazar todo intento de manipulación política. La iglesia debe mantener su libertad de opinión para poder aconsejar o apoyar a cualquier grupo que haga lo bueno para el país o para la comunidad, así como también para estar en desacuerdo y denunciar a todo aquel que esté haciendo lo perjudicial para la comunidad. Los políticos cristianos deben aprender a respetar la iglesia y no involucrarla en su propio proyecto político. El púlpito y el ministerio son para promover y proclamar a Cristo y su obra, no proyectos políticos partidistas de hermanos en la fe.
7. A los miembros de la iglesia se les debe dar instrucción para ejercer sus deberes y derechos ciudadanos en forma responsable. El cristiano está llamado a pensar en beneficio de los demás y de la comunidad. La iglesia debe tener una actitud semejante de buscar el beneficio común y nacional, antes que el beneficio propio. Se debe recordar a los miembros que no por ser cristiano un candidato será un buen funcionario. En la historia bíblica el Señor usa como sus instrumentos aun a inconversos, mientras que algunos miembros del pueblo de Dios tuvieron que ser desechados.
8. Los líderes cristianos en partidos políticos, si deciden esa vía, lo más aconsejable es que no estén al frente de iglesias o ministerios cristianos específicos.
9. La iglesia debe asumir un papel profético al denunciar todo aquello que se opone a lo enseñado en la Palabra de Dios (pecado) y de apoyo a proyectos en beneficio de la comunidad (el bien común). Esto requiere un esfuerzo en el estudio e interpretación de la Biblia, esto es precisamente lo que Dios espera de nosotros.
Si deseamos bendecir a nuestras naciones y prepararnos responsablemente. Una participación irresponsable afecta el testimonio y avance de la obra de Dios. La no participación tampoco es una opción, ya que estamos llamados a ser bendición en medio de nuestros pueblos.
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