Infidelidad, Violencia Familiar... Sentando Posiciones. (Parte No. 1 de 2)


Cómo en toda la historia de la humanidad, independiente de las circunstancias, los que buscan el rostro de Dios, podrán balancear las situaciones por medio del conocimiento del consejo de Dios y los que buscan una solución parcial, temporal, solo para este tiempo, actúan con una visión muy corta, pues ciertamente nuestra vida es solo un soplo, por lo que debemos apuntar bien al blanco. Dios estableció el matrimonio desde el comienzo de la humanidad (Génesis 2:21..25), además, Jesús hizo esa aclaración bastante entendible en Mateo 19:9 "Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera”. Fornicación: Es la unión carnal entre un hombre y una mujer fuera del matrimonio. Es gravemente contraria a la dignidad de las personas y de la sexualidad humana.

O sea que Dios nos manda a casarnos una sola vez y para siempre, a menos que ese matrimonio esté viciado, en donde haya fornicación y también aquí podríamos expresar que en donde haya alguna otra causa (esto es mi pensamiento, no la Biblia) que conlleve una situación denigrante, como violencia, golpes, maltrato psicológico, etc. lo correcto es dejar a esa persona ya que dicho matrimonio no edifica, en donde no hay gloria y alabanza a Dios, no hay riqueza ni para un cónyuge ni para el otro. Vivimos en tiempos muy difíciles, un tiempo en que las bases del sistema que detiene el mal, han sido minadas, de manera que el matrimonio ha entrado en una grave crisis. La confiabilidad de las personas está siendo puesta a prueba por las nuevas circunstancias. La infidelidad es un tema recurrente de dolor y preocupación por parte de quienes la sufren, además de ser la causante de cantidad de rupturas de parejas que se quieren. Ocurre con mayor frecuencia de lo que se dice o se piensa.

Por esta razón, el consejo de Dios tiene la primera prioridad. Si no estamos a cuentas con Dios, no podremos enfrentar las situaciones que se avecinan, pero si estamos en Dios, no importa las circunstancias que vengan, después de las tormentas, nuestro árbol estará en pié. Cuentas claras conservan la amistad y en su defecto, revelan en que lugar está cada uno. Por esta razón, no debemos temer arreglar las cuentas con el amigo, el hermano, el cónyuge o el vecino. Nadie está obligado a tolerar la infidelidad conyugal, pero es necesario comprender, que por la palabra de Dios, entendemos que quien se casa con la repudiada o el repudiado, adultera. Como dice el Señor: Debemos usar la inteligencia para arreglar nuestros conflictos, pues nadie mejor que nosotros mismos sabemos dónde apreta el zapato, pero, sin el consejo de Dios, es imposible. Debemos juzgar por nosotros mismos lo que es justo. ¿La infidelidad tiene solución?... ¿qué no tiene solución en la vida? Suele decirse que menos la muerte todo puede arreglarse. Con razón más para el cristiano, que en su diaria lucha por ir identificándose con Cristo, percibe la real magnitud de la gracia en cada uno de sus actos. Piensa en este día, hoy... desde que te has levantado, ¿en cuántas ocasiones has dejado de ser fiel al amor de Dios? (en detalles pequeños sin duda), notando en lo más hondo de tu alma el milagro que supone Su constante perdón?

Contrario a lo que te enseñan y dicen, el matrimonio no es cosa de dos... sino de tres: mujer, hombre... y Dios. Un Dios que perdona siempre y que resucita en la sonrisa de aquellos que están dispuestos a sacrificar su orgullo por un bien mucho mayor. ¿La infidelidad tiene alguna solución? Para el cristiano siempre y definitivamente. Porque tenemos ante nosotros el ejemplo de Cristo. Basta con leer el Evangelio. Mejor dicho, vivirlo. Acuérdate del hijo pródigo, de las prostitutas, de la adúltera, del setenta veces siete. Siempre el perdón. Jesús se ponía en el lugar del otro, amaba esa alma como si fuera la única de la creación. Debemos tener siempre presente que el amor humano es reflejo del amor divino, que Cristo fue testigo de nuestro matrimonio. Para un cristiano nada, absolutamente nada, es imposible. Puede haberse esfumado la confianza o lo que se quiera, pero si uno de los dos está dispuesto a luchar -junto a Dios- por sacar a flote la relación y la familia, no me cabe duda que se obrará el milagro. Aunque la voz pópuli y los números parezcan estar en contra.

¿Es posible reestablecer el matrimonio cuando todo se ha perdido y piensas que se ha terminado el amor? Depende de las circunstancias por supuesto. Para que exista una pelea se necesita de dos, si uno no pelea, no hay pelea. Igual que dos no riñen si uno no quiere, también es cierto que dos no se arreglan si uno no quiere. Pero hay muchos casos de parejas en el que el ejemplo cristiano de una de las partes -con piedad, fortaleza, mansedumbre y alegría- ha logrado por fin atraer al redil familiar al poco obediente y sensato esposo o a la vulnerable esposa.

Leí el testimonio de una mujer excepcional que comentaba: "cuanto más me engaña mi marido más le quiero yo". Y se salió con la suya, recomponiendo un hogar que se creía perdido. Con obstinación y empecinamiento cristiano, con renovación del entendimiento y con una vida interior con Cristo, estamos a prueba de bombas. Al inicio apunte: “... y también aquí podríamos expresar que en donde haya alguna otra causa (esto es mi pensamiento, no la Biblia) que conlleve una situación denigrante, como violencia, golpes, maltrato psicológico, etc. lo correcto es dejar a esa persona ya que dicho matrimonio no edifica” Me refería al caso de la violencia familiar y la infidelidad es un caso de violencia familiar. Dios en su creación nos creo iguales, con el mismo espíritu hombre y mujer, por lo tanto preguntémonos y respondámonos:

¿Qué es violencia intrafamiliar? Son todas las formas de abuso que ocurren en las relaciones entre los miembros de una familia. Esto incluye toda conducta que - por acción u omisión -dañe física y psicológicamente a otro miembro de la familia.

Formas de Violencia Familiar:
• Maltrato Infantil: afecta a los niños, niñas y adolescentes.
• Violencia de Pareja o Doméstica: afecta principalmente a las mujeres.
• Violencia contra los Ancianos.
¿Qué es la violencia doméstica?
Son todos los malos tratos - físicos, psicológicos, económicos y/o sexuales -que se dan en las parejas, causados generalmente por los hombres contra las mujeres.

Constituyen también formas de violencia la restricción de la libertad personal y al pleno desarrollo de la persona.

¿Qué efectos psicosociales causa la violencia doméstica?
• Daño en la salud física y mental de personas.
• Mayor gasto en salud por aumento de las enfermedades y atención especializada.
• Efectos económicos: ausentismo laboral, menores ingresos, empobrecimiento de las familias.
• Mayor gasto en sistemas policiales: recepción de denuncias y cumplimiento de medidas precautorias.

¿Cómo afecta a los niños y las niñas la violencia doméstica?
Los niños y niñas que son testigos de la agresión entre sus padres.
• Tienen mayores problemas de aprendizaje y de conducta en el colegio, lo que pone en riesgo su continuidad en el sistema escolar.
• Los niños tienen mayor probabilidad de convertirse en hombres agresores de sus parejas en el futuro o madres golpeadoras con sus hijos.
• Las niñas que son testigos de la violencia ejercida contra sus madres, tienen mayor riesgo de ser mujeres maltratadas por sus parejas. 

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