“Ninguno
que haya nacido de Dios practica el pecado, porque la semilla de Dios
permanece en él; no puede practicar el pecado, porque ha nacido de
Dios” 1 Juan 3:9.NVI
Los
cristianos pueden y van a pecar, pero ya no es nuestra naturaleza
hacerlo. Tenemos una nueva naturaleza, y por que es nueva naturaleza
no vamos a seguir en lo que algunos llaman el pecado "habitual y
temeraria".
Es
como la diferencia entre las ovejas y los cerdos. Las ovejas y los
cerdos viven en la tierra turbia y sucia. Sin embargo, ellos viven y
experimentan de manera muy diferente. Las ovejas pueden embarrarse y
ensuciarse, pero no creo que a ellas les guste. Su naturaleza es
diferente de la de cerdo. El cerdo le encanta ensuciarse y le encanta
el barro. El cerdo es de vez en cuando esta limpio, pero prefiere ser
fangoso. La oveja es ocasionalmente se embarra pero quiere estar
limpia. Un cerdo será feliz de estar perpetuamente en el barro. Una
oveja no. Una oveja no se quedará en el barro. No es su naturaleza
hacerlo.
Ahora
imagínese una finca en la que llovió todo el día y fuera del
establo es un lodazal. El barro es tan denso y profundo que uno de
sus animales fue atrapado en el barro. Completamente cubierto de
barro, en realidad no podía saberse qué clase de animal era. Era
sólo un montón de barro con los ojos mirando hacia afuera. Pasan
los días y usted no sabe qué hacer. El animal se encuentra todavía
en el barro. Así que decide llamar al veterinario: Doctor, tengo un
animal encerrado en el barro fuera del establo. ¿Puede ayudarme a
identificarlo?
Él
pregunta: ¿Qué tipo de animales tiene usted ahí en su granja?
Usted
dice, tengo ovejas y tengo cerdos.
El
doctor le pregunta: ¿Cuánto tiempo hace que este animal alojado en
el barro?
Usted
dice: Él ha estado allí durante una semana.
El
doctor dice, te puedo decir, es un cerdo.
Pero
dices: Hablé con el animal y me dijo que era una oveja.
El
doctor dice: Él puede decir lo que quiera, pero si él ha estado en
ese barro tanto tiempo, no hay manera, él es un cerdo, no importa lo
que diga.
“Ninguno
que haya nacido de Dios practica el pecado, porque la semilla de Dios
permanece en él; no puede practicar el pecado, porque ha nacido de
Dios. Así distinguimos entre
los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la
justicia no es hijo de Dios; ni tampoco lo es el que no ama a su
hermano” 1 Juan 3:9..10
Puedo
traducirlo de esta manera “Ninguna ovejas hace una práctica de
permanecer en el lodo; Es una oveja y no puede permanecer en el barro
porque nació oveja. Por esto, es evidente que el que se quede en el
barro es un cerdo”.
Los
cristianos somos nacidos de nuevo por el Espíritu de Dios, que
produce una nueva naturaleza en nosotros que cambia la forma en que
experimentamos el pecado. Solíamos estar bajo el dominio del pecado.
Estábamos esclavizados al pecado. Pero al nacer de nuevo ya no.
La
regeneración es el nacimiento de una nueva naturaleza con un nuevo
conjunto de deseos. Por el ADN espiritual de Dios, ahora preferimos
estar limpios. Preferimos agradar a nuestro Padre celestial. Nuestra
nueva naturaleza celebra la santidad. Nuestra carne está todavía
con nosotros y todavía atenta pecar contra Dios. Pero no nos
quedamos allí. Como dice Juan, no practicamos mas el pecado, porque
el ADN de la pureza de Dios está en nosotros. De tal palo, tal
astilla. Las ovejas no somos
cerdos.
Juan
afirma con absoluta claridad que los que viven en pecado habitual no
han visto a Cristo y no conocen a Cristo. Esto es lo mismo que decir
que no tienen una relación salvadora con Cristo. Por otro lado,
aquellos que permanecen en él viven una vida marcada por la rectitud
y la pureza habitual en vez de la anarquía (rebelión) y
desobediencia. Mientras que el no creyente vive en pecado y no ha
visto ni conocido a Cristo, el creyente ha terminado una vida de
pecado, ha experimentado una ruptura decisiva con el pecado. El
pecado ya no controla su vida.
No
hay jactancia o ganancia de la salvación. No somos hijos de Dios, si
actuamos de la vieja manera; actuamos de nueva manera porque somos
hijos de Dios. Si usted es un cristiano, usted es un hijo de Dios. Su
naturaleza está en ti. Los hijos se parecerán a sus padres, aunque
no a la perfección. Con el tiempo los hijos adultos se sorprenden,
nos estamos convirtiendo en nuestros padres.
Espiritualmente,
la misma cosa es verdad. Nos estamos volviendo más y más como
nuestro Padre celestial. Si no estamos y si el parecido es cada vez
más disonante con Dios, ¿somos realmente hijos de Dios?
El
Espíritu Santo está en nosotros con la meta divina de hacernos más
como Cristo
Nosotros
subestimamos la importancia de Dios en nosotros. ¿Por qué el
Espíritu esta en nosotros? ¿Qué está haciendo? ¿Es perezoso?
¿Está vacacionando? No. Él nos está santificando. Él está
avivando sus deseos justos en nosotros.
Convenciéndonos
a renunciar del pecado. Nos conforma a la imagen de Jesús.
Dios
nos disciplina con amor y es la disciplina la que tenemos que
soportar. Dios nos trata como a hijos. Porque “Lo
que soportan es para su disciplina, pues Dios los está tratando como
a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina? Si
a ustedes se les deja sin la disciplina que todos reciben, entonces
son bastardos y no hijos legítimos” Hebreos
12:7..8
Lee
y entiende bien, Dios está comprometido con tu salvación. Él te
ama. Él te ama lo suficiente como para traer un poco de lluvia en tu
vida, en una herida aquí o dolor allí, pero El también cuando
desobedeces usa otras formas de disciplina, pero neceamos queriendo
seguir dependiendo del mundo y de nosotros mismos y del pecado. Dios
no permitirá que continuemos en pecado. Él nos ama demasiado como
para dejar que eso suceda.
Dios
obra a través diferentes medios para mantenernos de servidumbre
permanente de pecar: Escritura. Oración. Meditación. La
predicación. Culto. La comunión con otros cristianos. La iglesia.
Las circunstancias de la vida. ¿Qué hay de la responsabilidad? O
incluso la disciplina de la iglesia. Pone a cualquier persona que sea
lo suficientemente honesto con usted para informarle cuando se está
arruinando. Uno de los mejores medios que Dios usa es otro hermano
que nos diga cuándo estamos siendo cerdos, dejando de actuar como
una oveja.
Mateo
18 describe cómo confrontar amorosamente el uno al otro cuando vemos
un pecado que domina la vida de otro cristiano. Es una manera en que
Dios nos guarda de la esclavitud del pecado.
¿Qué
pasa dice ser cristiano y sin embargo hace tal y tal cosa?
Si
Usted es cristiano genuino no continuará en su pecado habitual.
El
pecado es un destructor. El pecado es un cáncer. Jesús derramó su
sangre para que el pecado que persisto en cometer. Pero entonces
llegamos a nuestros sentidos espirituales y confesamos que el pecado,
empezamos hacer las cosas bien y restauremos nuestro testimonio y
seguimos a Dios.
Pero
cuando alguien que dice ser cristiano pone su mente para continuar en
el pecado (internamente dice No, no voy a cambiar de rumbo. Me
encanta este pecado demasiado. Debo permanecer en el barro), aun
cuando los amigos piadosos protestan y lo enfrenten, cuando el
pecador se niega a salir del barro, su verdadera naturaleza se
revela. Él no es un hijo de Dios, sino un hijo de la persona que ama
el barro inmoral y quiere estar allí con él como le sea posible.
“El que practica el pecado es
del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio...”
1 Juan 3:8
Así
que amigos, si usted está en el barro, salga de ahí. Si has estado
en el barro por un largo tiempo, reflexiona y pregúntate, ¿Soy hijo
de Dios? Y cuando realices en ti que eres hijos de Dios entonces
disfruta de ser una oveja limpia. Para el nuevo año 2014 ya es
tiempo que muchos dejen su condición de cerdos.
¿TÚ QUÉ ERES?
Con
los mejores deseos para que el próximo año podamos ver a Dios en
una nueva dimensión, en la dimensión de una verdadera oveja. Feliz
sea en vosotros el año 2014 y que la paz de Dios que sobrepasa todo
entendimiento, se acoja en vuestros corazones.
En
el Amor de Cristo, Pastores, Saúl y Silvia Guevara
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