A pesar de la explosión de crecimiento de la
iglesia primitiva, estos tuvieron momentos de debilidad y pecados serios. La
historia de Ananías y Safira en Hechos 5, con sus muertes sirven como una
advertencia a la Iglesia de hoy:
En la iglesia, hay dos tipos de personas y es
casi imposible distinguirlos desde el exterior.
Hechos 4:36…37 nos habla de José, un hombre a
quien los discípulos llamaron Bernabé, él acababa de vender su propiedad y
trajo el dinero a los apóstoles; por el exterior, Ananías y Safira se ven como
Bernabé y para el observador casual, Ananías y Safira estaban haciendo lo
mismo.
Pero en el fondo de su corazón persistía un
amor al dinero. Así que ellos conspiraron juntos para presentar una parte de su
dinero sin considerar la totalidad del importe. En pocas y claras palabras no
dieron a Dios todo lo que tenían obligación de dar, algo así como lo que pasa
en muchos cristianos de ahora.
Cada día, la presencia de los Ananías y Sáfiras
modernas es más persistente en nuestra iglesia cristiana, creyentes farsantes
que roban a Dios dando a la manera que se les antoja y otros no dando.
La actitud de Bernabé comparada con la de esta
pareja se ve muy similar, pero si alguien lo ve de cerca, las mentiras están
allí.
Puede ser difícil para nosotros distinguir
entre un corazón verdaderamente arrepentido y un farsante experimentado, pero
nada está escondido a Dios. El conoce nuestros pensamientos como si se
estuviese reproduciendo a través de un altavoz o mostrándose en una pantalla.
Es por eso por lo que a pesar de engañar a los
demás, Ananías y Safira fueron descubiertos. No hay una puerta cerrada o
armarios ocultos para el Espíritu Santo. Vendrá un día en que todos los
secretos se proclamarán desde las azoteas (Mateo 10:27)
Ananías y Safira sabían esto… pero se olvidaron
de ello. Llegaron a ser tan consumidos por su mísero egoísmo que murieron.
No podemos ver el interior de tu corazón para
discernir si eres un Bernabé o un Ananías. Pero los secretos de su corazón no
son secretos de Dios. Al proclamar con tu boca que "Jesús es el
Señor" y vives como te dé la gana, no te engañes pensando que has engañado
con éxito a Dios. Cuanto más cerca estamos de la gracia, mayor es la ofensa del
pecado.
No todo el que miente es golpeado de inmediato
por su pecado.
Ananías y Safira en sus muertes, como muchas en
Hechos, sirven como una señal. Dios toma algo que es verdad en el reino de Dios
y lo muestra de manera física. Esto lo vemos con más frecuencia a través de los
milagros de sanidad, pero es igualmente cierto de este juicio.
Dios no hace esto con todo el mundo que miente
al Espíritu Santo hoy. Pero eso no debe ocultar el hecho de que esta muerte es
una imagen de cómo se siente Dios al respecto. Es una visión del futuro juicio
de todos los que participan en el corazón de Ananías y Safira.
Ananías y Safira habían visto la acción del
Espíritu Santo tan de cerca que la gravedad del pecado aumentó. Piense en ello porque
usted es templo y morada de ÉL. Mientras más cerca se está del lugar santo, más
significativo es cada mancha.
Estas personas habían visto la misericordia de
Dios de primera mano. El nombre de Ananías, de hecho, significa: “Dios es
misericordioso.” Habían sido probablemente testigos de la muerte de Cristo. Y,
sin embargo, a pesar de ser los destinatarios de una gracia tan grande, la
rechazaron por la gloria de los hombres. No tome las cosas sagradas a la ligera
y lo que es de Dios, a Dios déselo.
Como era de esperar, estas muertes causaron
mucho temor (Hechos 5:5, 11). Pero aun pasando estas cosas, “los que creían en
el Señor aumentaban más” (Hechos 5:14).
Pero el amor de Dios sólo tiene sentido cuando
se sabe de la magnificencia de Su gloria y la fuerza de su poder. A medida que
el temor a Dios aumenta, también lo hace el sentido de su amor, porque
entendemos mejor de lo que hemos sido salvados.
La gran mayoría, incluyendo los que roban a
Dios, preguntan: “¿Por qué murieron?” En cambio, debemos preguntarnos: “¿Por
qué permanecemos con vida?”
Dios es paciente con nosotros y lento para la
ira. Pero la paciencia de Dios está diseñada para conducirnos al
arrepentimiento y no para volvernos más descarados en nuestro pecado.
Se y conozco profesionales, comerciantes, etc.
Todos cristianos, algunos con liderazgo y otros con relación familiar con
grandes hombres de iglesia, todos ellos sé que mienten y hacen lo que les da la
gana con lo que a Dios le toca y ahí están, amargados, solitarios, ensimismados
y quizás yo diría ya muertos en vida… ¿su problema? Pertenecer a la familia de
Ananías y Safira.
Aún cuando muchos de nosotros somos conscientes
de esto, en ocasiones obviamos esta verdad. Saltamos esto y suponemos que el
camino a la santificación no pasa por el bolsillo. Lo cierto es que en más de
una ocasión se nos advierte sobre los peligros del excesivo deseo de riquezas.
No es necesario poseer muchas cosas para caer en manos de la avaricia. Esta
afecta al pobre y al rico, al “santo” y al pecador.
Empecemos a ser fieles a Dios en lo económico,
así como lo somos en lo religioso pues Dios nos salvó integralmente y no por
partes.
Si bien hay pastores que se hacen ricos
con la fe, también los hay quienes por la negligencia de ciertos grupos de
poder en las iglesias no reciben un salario básico. No se les brinda ningún
sistema de seguridad social. En estos casos, de no mediar la ley, los pastores
siguen en condiciones de supervivencia y explotación laboral. No permitamos que
el mensaje del evangelio sea deshonrado por este tipo de testimonios.
¿Cómo será cuando estemos delante de Dios?
“¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?”
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