Puede iniciar de manera inocente: quizás tu pareja te pide ver la
boleta del supermercado o te asegura que vio el resumen de tu cuenta bancaria
por accidente. Este tipo de hábitos puede derivar en conductas tan
controladoras que te produzca temor cada vez que saques tu cartera.
El nominado abuso financiero incluye otras conductas opresivas: tu
pareja gasta el dinero ganado entre ambos, pide préstamos en tu nombre, te hace
pagar sólo a ti los gastos en cosas que los dos utilizan, o bien vigila cada
centavo que gastas.
Todo esto puede llevar a abusos más severos como el emocional o el
físico. La gran mayoría de las víctimas son mujeres, si bien los hombres
también pueden ser vulnerables, particularmente los ancianos o los que tienen
discapacidades.
En EE.UU., la Red Nacional para Acabar con el Abuso Doméstico calcula
que la opresión financiera ocurre en el 98% de los casos en los que hay
violencia verbal y física en la pareja. En América Latina hay pocos datos sobre
el abuso financiero porque las víctimas tienden a no denunciar su situación.
En el pueblo de Dios, los cristianos, este problema es casi tabú, la
forma religiosa de conducción en las iglesias ahoga las voces de estas
víctimas.
Las organizaciones tratan de dar respuesta a una pregunta fundamental:
¿cómo se puede detectar el abuso financiero antes de que se torne grave?
Muchos viven cuidando su presupuesto. Y para muchas casadas, esto
significó convertirse en víctima de un control financiero obsesivo. Leí un
testimonio de una mujer que decía que, su exesposo y su suegra, abrían siempre
el refrigerador para verificar si la leche había sido comprada en una cadena de
supermercados cara o barata. Me mortificaba la idea de que mi esposo y mi suegra
pudieran regañarme por tan poca cosa, decía. Todas las decisiones financieras, desde
las comidas hasta la elección de ropa, eran tomadas por su marido.
Un día, su esposo comenzó a retirar dinero de su cuenta conjunta sin
consulta, ella trató de advertirle al banco, pero fue en vano. Su marido
terminó dilapidando todos los ahorros y fue declarado en bancarrota. Ella
heredó las deudas y tuvo que hacerse cargo de la condena legal. Hoy vive abandonada
por el esposo con su hijo en casa de sus padres. Y debido a su historial
financiero, no tiene créditos.
ONU Mujer y otras ONG dedicadas al tema afirman que casos como este
abundan en el mundo, aunque no hay cifras confiables que precisen la magnitud
del fenómeno. Según Naciones Unidas, el 30% de las mujeres que han tenido una
relación de pareja refieren haber sufrido alguna forma de violencia física o
sexual por parte de su pareja.
Señales de advertencia
En Inglaterra, un informe reciente de Women's Aid titulado
"Atrapada y controlada" confirma que el abuso financiero es
frecuentemente uno de los primeros síntomas de la violencia doméstica. Los
autores del reporte, enumeran las conductas de la pareja en las que hay que
fijarse especialmente:
-
Toma importantes decisiones financieras sin tu
participación
-
Usa tu tarjeta de débito/crédito sin preguntar
-
Controla tu acceso al dinero (tarjetas de
crédito o cuenta bancaria)
-
Se apropia de tus ingresos
-
Se niega a contribuir para los gastos del hogar
-
Pone las cuentas a tu nombre, pero no ayuda a
pagarlas
-
Toma créditos en tu nombre, pero no colabora con
el pago de las cuotas
-
Saca dinero de tu cartera/cuenta bancaria
-
Te hace firmar cheques encarreradamente
-
Te utiliza como una fuente laboral gratuita
-
Te persuade de no andar efectivo
La directora de Women's Aid, cree que es necesario cambiar las leyes
no sólo en Reino Unido, sino también en el resto del mundo para que las
víctimas se atrevan a denunciar el abuso financiero. "Sabemos que muchas
mujeres no denuncian su situación porque saben que policía sólo actúa una vez
que se produce un acto de violencia física, no antes", advierte. Y añade
que, aparte de los cambios jurídicos, hay que promover un cambio cultural para
combatir el abuso financiero en el hogar.
Buscar ayuda
En la mujer del testimonio anterior, tratar de cambiar su propia
situación fue muy difícil porque tenía una cuenta bancaria conjunta. No lograba
evitar que su marido retirara el dinero que quería.
El sector financiero tiene mucho por hacer al respecto. Los bancos en
general no tienen mecanismos establecidos para hacer frente a este tipo de
disputas. Unos bancos únicamente imponen restricciones a las cuentas conjuntas
sólo si la policía lo solicita. Otros bancos sólo aceptan bloquear
temporariamente una cuenta si son notificados formalmente en el caso de una
disputa marital.
El sector bancario dice estar dispuesto a hacer cambios para combatir
el abuso financiero en las parejas, pero reconoce que no será fácil establecer
un procedimiento amplio para hacer frente a este tipo de casos.
La psicóloga autora del libro "Basta de pelear por el
dinero", afirma que mientras tanto hay estar alertas a un hecho
fundamental en el hogar. Y concluye que cuando eso no es posible es mejor buscar,
sin demoras, asesoramiento en alguna de las organizaciones de ayuda contra el
abuso doméstico.
Si tu pareja hace cualquiera de esas cosas, probablemente te
encuentras en una relación malsana o abusiva. El abuso financiero va a la par
con el abuso emocional o físico. Si no tienes control sobre tus finanzas, puede
parecer bastante aterrador salir de una relación abusiva. Hay muchas
organizaciones que pueden ayudarte a que “te vuelvas a levantar” para que
puedas recobrar el control de tus finanzas.
Es posible que también quieras hablar con alguien en quién tienes confianza,
ya sea una amistad, un familiar o un/a abogad@, sobre cómo obtener una orden de
protección. Ya decidas salir de la relación o quedarte en ella, piensa en la
posibilidad de hacer un plan de seguridad que incluya separar cierta cantidad
de dinero para guardarla en un lugar secreto, en una relación así, tienes que
estar preparada.
¿Quién peca, la persona
abusadora o la víctima que desea ser libre?
La Biblia considera todas las formas de violencia doméstica como un
pecado (Malaquías 2:16…17; Salmo 11:5; Colosenses 3:19), incluyendo el abuso
verbal (Proverbios 12:18; 18:21; Colosenses 3:8) y nos exhorta a protegernos de
las personas violentas (Proverbios 11:9; 27:12).
El corazón de Dios desea liberar al abusado (Salmo 5, 7, 10, 140;
Hechos 14:5) y proteger a las mujeres al apelar a los esposos a satisfacer las
necesidades físicas y emocionales de sus esposas con sensibilidad y gentileza,
alentándolos a convertirse en todo lo que Dios los creó para que sean (Efesios
5:1…2; 6:21…29). Cualquier forma de abuso es un comportamiento inaceptable y
desafía el llamado que Dios hace a los seguidores de Cristo para que se
relacionen entre sí con amor.
¿Jesús habla acerca del abuso?
La vida de Jesús es un modelo bíblico para entender a Dios y para
identificar cómo Dios responde a la violencia y al abuso. En su ministerio
Jesús expuso la injusticia y defendió a los marginados, oprimidos y abusados. Estaba
preocupado por las mujeres y los niños, que a menudo eran considerados menos
importantes y estaban vulnerables a la opresión y el abuso.
Por eso es que Jesús detuvo el apedreamiento de la mujer bajo sospecha
de adulterio (Juan 8:1…11), sanó a la mujer con hemorragia (Lucas 8:43) y
conversó con la mujer samaritana del pozo que tenía cinco esposos (Juan 4:1…42).
Los hombres tenían poder y privilegios en la familia y en la sociedad
durante los tiempos bíblicos y aún lo hacen en muchas situaciones actuales.
Jesús abordó el abuso de estas mujeres por parte de los hombres que debieron
haberlas protegido para que pudieran florecer. Al hablarles a ellas en la
Escritura, Jesús eleva el estatus de las mujeres en la sociedad.
Dios actúa en favor de los
abusados
Podemos ver a lo largo de la Biblia que Dios no es pasivo cuando se
trata de violencia cometida contra las mujeres. Dios actúa decididamente y con
compasión al llamarnos a amar, a tener misericordia, a actuar justamente y a
promover la restauración y la justicia, especialmente cuando el poder es usado
para lastimar a otros. Por lo tanto, la Biblia nos cuenta con honestidad la
historia de mujeres que son abusadas (como la violación de Tamar a 2 Samuel
13). El propósito no es justificar la violencia, sino contar la verdad que Dios
mira cuando los hombres abusan a las mujeres y mostrar que el corazón de Dios
se rompe al ver el abuso.
Dios actúa claramente mediante la vida y muerte de Jesús para tomar
una postura decidida contra todas las formas de violencia, la opresión y el
abuso. Dios es amor y el amor de Dios no quedará pasivo cuando las mujeres son
abusadas (1 Juan 4:8).
Detener el abuso depende solo de ti.
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