Iglesia, Una Oportunidad Para Iniciar De Nuevo Por Saúl Guevara


Apocalipsis 21,5: “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas” -dice Jesús.

Jesús no cambia la ley..., más bien la transforma. Los fariseos y los discípulos de Juan no sabían cómo reaccionar ante el cumplimiento erróneo de la ley. Ellos, los fariseos, habían hecho de la ley una rutina que simplemente había que seguir, sin indagar en la razón de dicha ley.

 Sin embargo, Jesús les dice: el vino nuevo se echa en odres nuevos. Es decir, la nueva ley, la ley verdadera, tiene que entrar en corazones nuevos, no en corazones arrutinados.

La rutina de la ley no les dejaba ver a los fariseos que el Novio estaba sentado entre ellos, que el Mesías platicaba con ellos, que Dios aparecía en sus vidas y que, por lo tanto, no tenían porqué ayunar.

 Es posible que nosotros caigamos en la misma actitud de los fariseos. Que Dios simplemente quiera estar con nosotros, quiera que seamos partícipes de sus maravillas... y nosotros estemos más atentos a cómo le correspondemos, si estamos haciendo bien las cosas o no...es decir, que nos fijemos más en el cómo estoy ayunando, más que en por quién estoy ayunando.

 Necesitamos renovar nuestro corazón, necesitamos renovar nuestro amor a Dios, sabiendo que Él siempre hace nuevas todas las cosas.

 Juan 13:35 “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”

 Hay una característica en la que se distinguen los hijos de Dios y los hijos del diablo, el verdadero hijo de Dios tiene capacidad de amar. La persona sin Cristo es incapaz de amar. El amor es fruto del Espíritu Santo, esto quiere decir que si no tienes al Espíritu Santo como vas a tener el fruto, ¿Cómo tienes el Espíritu Santo en tu vida?

 El primer mandamiento es, AMARAS. El amor es imposible para el incrédulo. El amor es tan difícil que el Señor tiene que demandarlo de nosotros. Cuando tú piensas que por naturaleza amas a alguien, no lo amas… ¡niña no te cases con un impío, él nunca te va a poder amar! Los únicos que tienen capacidad de amar, somos los creyentes, los que hemos conocido a Cristo como nuestro salvador personal, en quienes mora el Espíritu Santo y el fruto del Espíritu es AMOR.

 Pasemos a la Iglesia, ¿amas la Iglesia? (esto incluye toda la Iglesia) y si somos honestos vamos a reconocer que hay personas en la Iglesia que son fáciles de amar y otros que no son fáciles de amar. Hay cosas que nos gustan del Pastor y otras que no.

 El mandamiento es que andéis en amor. El amor es guardar sus mandamientos, ¿y cuál es el mandamiento? Que nos amemos unos a otros. No es el único mandamiento, pero es el primero, no es lo único que te identifica como hijo de Dios pero es lo principal que nos debe de identificar como hijos de Dios.

 El mensaje que está tratando de darnos, es que nos falta responsabilidad de distinguirnos de los hijos del diablo, que no es una corbata, no con una Biblia debajo del brazo, no con una falda larga, todo eso es muy importante pero identificarnos y distinguirnos en que nos amamos los unos a los otros.

 1 de Corintios 13 muchas veces lo usamos para referirnos al amor matrimonial, etc. Pero realmente este capítulo se está refiriendo al amor en la Iglesia. Al igual el capítulo 12 y 14 tiene que ver con la Iglesia, y entre estos dos capítulos ahí está el capítulo 13 y su contexto es “el amor en la Iglesia” y comienza el capítulo 13 diciendo

 “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy…”

 El don de lenguas ¿Dónde es que se usaba el don de lenguas? En la Iglesia, en esos tiempos se usaba el don de lenguas, profetizaban, entendían misterios y no obstante eran personas que no tenían amor y es eso lo que Pablo está hablando. A lo que se está refiriendo es que podemos hacer todas las cosas que hacemos, sin el ingrediente indispensable del amor. Puedes tocar un piano, puedes predicar, puedes ganar almas, puedes enseñar, pero si no tienes amor nada eres.

 Continúa hablando en el siguiente versículo “Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.”

 Si tú das tu ofrenda, das a misiones, das para pro templo, si cantas, etc. Y no tienes amor de nada te sirve. El amor es el ingrediente indispensable en todo lo que debemos nosotros hacer en la familia de Dios.

Enseñar con amor, Cantar, Tocar, Servir, Predicar, Danzar, Ganar almas… todo debe ser con amor. Pablo nos dice que todo lo que ágamos sin amor, de nada sirve.

 Pero… Como es que nosotros debemos de amar. ¿Qué es amor?

 1 Corintios 13:4…8 “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser;” Con estos versículos el apóstol nos lleva a entender cómo es que Dios quiere que tú ames a la Iglesia; la Iglesia no son las paredes, no son las instalaciones, la Iglesia es la gente.

Lo primero que dice Pablo es que el amor es sufrido, el versículo, 7 dice…”todo lo sufre” y la última parte dice…”todo lo soporta.”

 Este ingrediente todo lo sufre, el amor es sufrido, todo lo soporta, es el ingrediente más necesario para amar la Iglesia. Todo lo sufre, quiere decir que van a suceder muchas cosas, que van a requerir que tu ames con un amor, que todo lo sufre.

 La palabra traducida aquí “sufre” quiere decir el paciente sobrelleva de lo que es desagradable. ¿Qué hace una persona cuando algo desagradable sucede? Se queja, murmura, critica, se desanima y se va de la Iglesia. ¿Por qué? Porque esa persona no ama con un amor, que todo lo sufre. Esta palabra “todo” es una palabra griega que significa todo. Pacientemente llevas lo desagradable.

 1 Tesalonicenses 5:14 “También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.”

 Pablo está hablando de cómo debemos de amar a la Iglesia, con un amor que todo lo sufre, con un amor que dice la Escritura somos pacientes, aquí habla de personas que son ociosos, débiles, de poco ánimo y de la necesidad de ser pacientes con todo. Si eres una persona activa en la Iglesia, que difícil es ser paciente con los ociosos… pero… el amor es benigno, el amor no tiene envidia, estas características son indispensables en nosotros, si queremos una Iglesia sana.

 1 de Corintios 13:5 “no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;”

 Cuando tú no amas con un amor sufrido, que pacientemente te permite llevar las cosas desagradables, es cuando vas a comenzar a guardar rencor. Todas las cosas que guardamos son cosas importantes, son cosas valiosas, ¿piensas que el rencor es importante? Si tu respuesta es no, ¿entonces porque lo guardas? 

 Rencor significa que algo desagradable sucedió y ahora tú lo estas guardando. ¿Por qué guardas ese rencor? Al hacerlo solo nos está destruyendo, está destruyendo tu paz, está destruyendo tu gozo, está destruyendo tu utilidad para Dios.

 En toda la Biblia mil ciento ochenta y nueve capítulos, la palabra rencor aparece tres veces, en toda la Biblia la palabra rencor siempre va acompañada de la palabra guardar. ¿Qué quiere decir eso? Quiere decir que deliberadamente la persona escoge tomar aquello que sucedió, que es desagradable, (la palabra guardar quiere decir atesorar) hacemos nosotros un tesoro, de aquello que nos lastimo.

 Ama tu Iglesia con amor sufrido, no con rencor, ni a tu pastor, a ningún hermano de la Iglesia, a ninguno de los líderes, no le guardes rencor a Dios, no lo hagas te va a destruir.

 Nuestras iglesias se están reabriendo, volvamos con una actitud nueva, aprovechemos dejar con el Covid-19 al hombre viejo. De las calamidades como esta pandemia, saquemos nuevos brillos, nueva vida y hagamos nuestras iglesias aún más grandes.

 Preparémonos, las cosas viejas pasaron y vendrán nuevas y como nuevas no pueden ser igual que las pasadas, Dios nos hizo recreadores de su creación.

S.A.G. 21 – SEP - 2020

 

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