Ezequiel 11:19 NVI "Yo les daré un corazón íntegro, y pondré en ellos un espíritu renovado. Les arrancaré el corazón de piedra que ahora tienen, y pondré en ellos un corazón de carne"
Debemos saber que el espacio espiritual que existe entre lo que se ve y lo que no se ve, entre la luz que ilumina nuestro caminar y aquello que es oscuro y no nos deja ver el fin del camino, que ahí, existe un espacio que o bien nos conduce a la luz, o bien nos conduce a las tinieblas.
Ahora bien, ese espacio según, manifestemos nuestros actos, ya sean en la fe o en el mundo, tal espacio se ensanchará hacia uno u otro lado de nuestro ordinario vivir. Por eso en tal espacio tan pequeño, definimos ser de Dios o ser del mundo.
Corazones de piedra o de carne parafraseado podría decir: “Yo les daré un solo corazón y pondré en ellos un espíritu nuevo: quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que caminen según mis preceptos, observen mis normas y las pongan en práctica, y así sean mi pueblo y yo sea su Dios”.
Cuando iniciamos esta marcha forzada de la pandemia, si, forzada porque nadie la quiere, en ese momento se advertía que después de ella nada volvería a hacer igual… pero eso depende de que tu sepas aprovechar este tiempo de incertidumbre para surgir a un tiempo de nueva vida, Dios esta dispuesto por lo que el problema esta en tus manos: o sigues igual de malo como antes o surges como nueva criatura.
El profeta Ezequiel en el capítulo 11, versículos 19 y 20, escribe que el Espíritu le hizo decir, o lo que es lo mismo, escribir, que el Creador iba a proceder de tal manera con el pueblo de Israel, que vendrían a ser, un nuevo grupo de elegidos por Dios en el que ya no predominara la dureza del corazón sino, que, al contrario, predominara la misericordia, la obediencia y el amor.
Eso era lo que el Padre quería suscitar entre los suyos: un corazón nuevo, una nueva forma de ser, un nuevo renacer de entre las tinieblas de la perdición que habían hecho que obraran según las pasiones del mundo.
Eso es lo que, precisamente, en esta nueva normalidad, también se nos pide a nosotros, no podemos seguir por el camino equivocado de la dureza de corazón.
Podríamos quejarnos, porque para eso somos buenos y decir: ¿Cómo?, pues bien leamos Deuteronomio 10:1…2 "En aquel tiempo el Señor me dijo: talla dos tablas de piedra como las primeras, y haz un arca de madera: después de eso sube a la montaña para que te encuentres conmigo. Yo escribiré en esas tablas las mismas palabras que estaban escritas en las primeras y después las guardaras en el arca”.
Recordemos que Dios había alistado dos tablas de piedra y en ellas había escrito los diez mandamientos que le entregó a Moisés, pero Moisés cuando llegó y encontró al pueblo pecando, se enojó tanto, que rompió las tablas, Pero ahora Dios estaba dando una nueva oportunidad.
Siempre hay una oportunidad para volver a empezar, pero debemos poner algo de nuestra parte como le toco a Moisés, y eso es "volver"
-Volver a subir a su presencia
-Volver a preparar mi corazón para que Él lo llene con su Palabra
-Volver a estar a diario en su presencia
-Volver a buscar su rostro
-Volver a subir al monte de oración
Cuando hagamos esto, entonces el Señor va a Volver a escribir en mi corazón, va a volver a llenarme, va volver a limpiarme y va volver a regalarme promesas.
Si lees Deuteronomio 10:3 verás que Moisés dice: "entonces hice". Eso implica que: Hubo obediencia. Lo llevo a una acción, es decir se puso a trabajar:
-Hice el cofre
-Prepare dos piedras lisas como las primeras
-Subí con ellas a la montaña.
Siempre hay un nuevo comienzo de parte de Dios, si yo me decido volver a Él.
Para volver a empezar hay que volver (otra vez) a hacer cosas que ya no se hacían, volver al primer amor con Dios, restaurar una intimidad con Él. Si quieres tener más intimidad con Dios, entonces te regalo esta invitación, leamos Job 22:21 "Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; Y por ello te vendrá bien.”
Vuelve ahora en amistad con Él, y tendrás paz. alejarás de tu casa la aflicción; tendrás más oro, el Todopoderoso será tu defensa, te deleitarás en el Omnipotente; alzarás a Dios tu rostro, orarás a Él y él te oirá y tus oraciones serán contestadas y resplandecerá luz sobre tus caminos
Vale la pena volver a empezar, vale la pena volver a Dios, que esta semana, sea una semana de volvernos en amistad con Dios, de dedicarle tiempo, amarle escucharle, leer su Palabra y dejar que Él haga su obra en nosotros
¡Feliz Semana y mis deseos porque Dios te bendiga grandemente!
S.A.G. 28 – SEP - 2020
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