Realicemos Nuestras Cuentas Con Dios Por Saúl Guevara



En muchos países de Latinoamérica, las anécdotas sobre los políticos tramposos abundan, el mío no se salva de ello; todo porque pareciera que nadie rinde a nadie cuentas, leamos esta anécdota:
“Un hombre, al pasar frente al Congreso de los Diputados, escucha un tremendo griterío que sale desde la sala: – «Ladrón, mentiroso, comisionista, difamador, chorizo, sinvergüenza, flojo, imbécil, haragán, corrupto, vendido, aprovechado, golfo, cara dura, falso, inútil, pesetero, vago, saqueador, bobo, oportunista, embaucador, tramposo, vividor, etc.»
El hombre asustado le pregunta al guardia de la entrada: – «¿Qué pasa dentro?, ¿se están peleando…?»
– «No» – responde el guardia – «yo creo que están pasando lista !!!!!!»”

Dios hace hasta lo imposible para que no llegues a ser catalogado como esos, por eso dice “Vengan, pongamos las cosas en claro”

Por otra parte, cuidado con pensar, pero ellos son los del congreso. Cuidado, de ellos existen en tu oficina, en el vecindario, en fin, en todas partes, hasta en tu iglesia o acaso, ¿no dice Dios que nos quedamos con sus diezmos?

Alguien podría decirme: pero es que estamos siendo asolados por el coronavirus o no es usted quien dice que vivimos tiempos anormales… Cierto, pero el mandato de Dios es eterno y para siempre. Por la pandemia no pagaste la luz… pero tendrás que pagar; no pagaste el agua… pero tendrás que pagar; no pagaste el cable… pero tendrás que pagar; no pagaste la tarjeta de crédito… pero tendrás que pagar; fiaste en la tienda dos meses… pero tendrás que pagar; no pagaste la casa… pero tendrás que pagar; no pagaste tus diezmos… pero tendrás que pagar; en fin tantas cosas, pero tendrás que pagar… tendrás que pagar… tendrás que pagar…

O pagas, o pasas ser parte de la lista que pasaban en aquel congreso de la anécdota. Todos personajes oscuros.

El acercarse, el ir hacer cuentas, es una invitación que Dios hace a todos los habitantes sobre la faz de la tierra. Lo importante de esto es que si en esta tierra nos acercamos a las personas que debemos, hacemos cuentas y tenemos no solo la obligación, sino, la voluntad de pagar, podemos llegar a ser limpios de toda deuda, de seguro habrán formas y oportunidades de hacerlo, pero, si no hablamos y creemos que si nos morimos nadie nos dirá nada, nuestras deudas terrenales nos las cobrara el Señor, porque como un Dios justo, Él cobrara la cuenta de los que supuestamente quedan burlados aquí en la tierra… por ello te pregunto ¿Cómo estas con las personas del mundo? ¿Cómo estas con tu iglesia?

Pero prestemos atención que Dios no dice que Él va a venir hacia nosotros, Dios dice: venid. Es un esfuerzo que tenemos que poner de parte nuestra para acercarnos a Dios. De igual manera es un esfuerzo el que debes de hacer de hablar aquí en la tierra con quienes les debes; ve y dile a tu pastor, “aquí estoy, hagamos cuentas”

Hay muchos cristianos que creen que Dios es un delibery (por usar el termino comercial de moda por el servicio a domicilio) y que los siervos tienen que ir a sus casas a buscarlos y ellos no hacen el esfuerzo para acercarse o comunicarse con los siervos. Aun medio muerto tengo que poner el esfuerzo para acercarme a Dios. Dicen muchos “No puedo pastor porque la iglesia me queda demasiado lejos”, es Dios el que invita a un acercamiento, es usted el que decide quedarse en la condición en la que esta, o salir de ella.

En el área espiritual y con la presencia de tanta tentación en el mundo actual y aprovechando la anormalidad que vivimos por la pandemia, Satanás está trabajando tiempo extra para crear aún más y más adeptos.

Ante tal tentación, muchos cristianos buscan un hermano o hermana responsable con quien contar, para orar y que les ayude a compartir las cargas que conlleva la guerra espiritual. Es bueno tener un hermano o hermana con quien podamos contar cuando nos enfrentemos a tentaciones. El rey David estaba solo la tarde en que Satanás lo tentó con Betsabé (2 Samuel 11). La Biblia nos dice que peleamos una guerra no de la carne sino del espíritu, contra los poderes y fuerzas espirituales que nos amenazan “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).

Sabiendo que estamos en una batalla contra las fuerzas espirituales de las tinieblas, debemos procurar tanta ayuda como podamos y animarnos en la lucha. En Efesios, Pablo prosigue diciéndonos que debemos equiparnos con todo el poder que Dios nos proporciona para pelear esta batalla. “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes” (Efesios 6:13). Sabemos sin lugar a dudas que la tentación de no pagar llegará. Deberíamos estar preparados.

Satanás conoce nuestras debilidades, y él sabe cuándo somos vulnerables. Él sabe cuándo una pareja de casados se pelea porque el hombre de es un buen proveedor. Él sabe cuándo un joven ha sido reprendido y castigado por sus padres y puede sentirse rencoroso. Él sabe cuándo las cosas no andan muy bien en el trabajo, y nos recuerda dónde está el bar, la cantina u otro distractivo camino a casa. ¿Dónde encontramos ayuda? Queremos hacer lo correcto a los ojos de Dios, y, sin embargo, somos débiles. ¿Qué hacemos?

Proverbios 27:17 dice, “Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo”. El semblante de un amigo, es una expresión de estímulo o de apoyo moral. ¿Cuándo fue la última vez que te llamó un amigo solo para preguntarte cómo te está yendo? ¿Cuándo fue la última vez que tú llamaste a un amigo y le preguntaste si necesitaba hablar? El ánimo y el apoyo moral de un amigo son a veces los ingredientes ausentes en la lucha de la batalla contra Satanás. Rendir cuentas mutuamente puede proporcionar esos ingredientes que faltan.

Hebreos lo resume así: “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” (Hebreos 10:24…25). El Cuerpo de Cristo está interconectado y tenemos el deber los unos con los otros de edificarnos mutuamente. Además, Santiago implica responsabilidad cuando dice: "Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho" (Santiago 5:16). La oración del justo es poderosa y eficaz" (Santiago 5:16).

Cada cristiano debe considerar el darse el momento de ir con quienes esta endeudado a hablar, confiar y confesar su situación real, a pedir disculpas por sus ausencias y a buscar una alternativa de cancelación de deudas, para ponerse a cuenta.

Y entonces como dice el Señor, “¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedarán blancos como la nieve! ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la lana!”

Piénselo y actúe.
S.A.G. 07 – SEP – 2020 



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