Aconteceres
como los que está viviendo el mundo, ahora con el coronavirus, nos demuestran
lo vulnerables que somos. Dichosos los que reconocemos nuestra debilidad y que
podemos acudir a Dios confiando que, sea que todo esté bien o vaya mal, Él nos
guardará en su perfecta paz.
Desecho
a aquellos legalistas, que lejos de predicar el evangelio y las buenas nuevas,
quieren jugar el papel de Dios y decidir cómo y cuándo enjuiciar. Utilizan situaciones
anormales como la que se vive hoy con el coronavirus, para sembrar terror y
condenar. Muchos en vez de predicar arrepentimiento para el perdón de pecados,
declaran condenación.
Estamos
llamados, como cristianos, a no ser ciegos guiando a ciegos; a no dejar que
otros se pierdan porque no se les predica el evangelio. Y hay que recordar que
Dios, que demanda santidad, sí tiene la potestad de juzgar y hacerlo como le
plazca.
Y en
su soberanía escoge a quién ha de salvar, pero nos hace partícipes del
proceso. Por eso nos ha mandado a
anunciar las buenas nuevas.
Cuando
escribo para quienes viven en flagrante pecado, no es para meterme en sus vidas,
sino para enseñar lo que dice la Palabra de Dios acerca del juicio que le
espera si no hay arrepentimiento y cambio de vida. Yo llevo la enseñanza y la
persona acepta o lo rechaza. Pero no puedo dejarlo ahí. El mensaje tiene que
ser completo y no limitarlo solo a la mala noticia. Debo mostrar la
misericordia que Jesús mostró dando oportunidad al arrepentimiento. Hay que
proclamar el mensaje de que, aunque el pecado nos separó de Dios y estamos
expuestos a la muerte eterna (la mala noticia), tenemos salvación de la ira y
del juicio de Dios, arrepintiéndonos y aceptando que Jesús murió por nosotros.
No se
trata de decir palabras mágicas; se trata de un cambio de mente, de actitud, y
un cambio en las acciones como testimonio de la obra de Jesús en nosotros. Y no
es que la salvación dependa de nuestra elección, pues Dios es soberano y decide
a quien salva.
En un
pasaje muy citado de Juan, se nos deja claro que son los no creyentes quienes
se juzgan a sí mismos, pues Dios dejó expresa su voluntad, pero el ser humano
no quiere obedecerla. Juan 3:16…17 nos da primero la buena noticia de que “… de
tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo Unigénito, para que todo aquel
que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque Dios no envió al
Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por medio
de Él”.
En la
Biblia, siempre existe el balance y Dios hace una seria advertencia en el verso
18. No es una advertencia de condenación, sino un recordatorio de su amor al
proporcionarle al ser humano oportunidades. Juan 3:18 comienza con más buenas
noticias: “Quien cree en Él, no es juzgado”. Pero advierte en la segunda parte
del verso, “el que no cree, ya ha sido juzgado, porque no ha creído en el
nombre del Unigénito Hijo de Dios”.
¿Qué
control tienes sobre los acontecimientos recientes?
Mencione
en el inicio que muchos creen tener el control de todo a su alrededor, pero quien
piensa así vive un autoengaño. ¿Qué control puedes tener para evitar que al
exponerte al virus, este, no entre en ti? Si tuvieras hoy el control, no
tendrías que temer contagiarte con el coronavirus que tiene en vilo ya a todo
el mundo. Tal vez te sientes aún en control porque en tu mente el problema aun
no parece de gran magnitud.
Poco a
poco he ido siendo mas y mas cuidadoso con lo que estudio, pues este es un
proceso de aprendizaje diario y de búsqueda de la gracia de Dios, pero eso sí,
desde el primer escrito hasta ahora nadie, nadie significa ninguno, puede
acusarme de que estoy sembrando temor para convencerte de que tienes que
arrepentirte de tu pecado. Esa no es mi intención. No lo es porque en primer
lugar no es bíblico y segundo, porque la estrategia de terror que han
practicado por generaciones muchos legalistas, ha demostrado que no tiene
ningún efecto permanente. Lo que ha producido son muchas conversiones falsas.
Porque tan pronto el ser humano pasa de su estado de urgencia por alguna
crisis, si es que en algún momento se volvió a Cristo, dejará de seguirlo tan
pronto pasa su problema.
En
otras palabras, una gran mayoría busca a Dios por conveniencia y no porque
verdaderamente seamos discípulos.
Jesús
no predicó sembrando terror, a pesar de haber vivido en un momento de
convulsión social que se lo hubiera facilitado. El modelo que nos mostró para
predicar y para hacer discípulos, fue un modelo de enseñanza y entendimiento,
de misericordia y de dar por gracia lo que por gracia hemos recibido de Él. Ese
modelo tampoco está en el otro extremo. En el de los que solo quieren la parte
del Jesús que más les conviene: La de todo amor, pero nada de justicia.
Muchos
citan de memoria la historia de la mujer sorprendida en un acto de adulterio, a
quien los legalistas y fariseos de aquel tiempo querían apedrear. Y son muchos
los que usan ese pasaje y manipulan la Biblia para hacer ver que Dios acepta a
todos tal y como están, no importando su condición. Pero por alguna razón, ya
sea por amnesia selectiva o porque no les gusta reconocer su pecado, nunca
citan la parte de esa historia en la que Jesús le dice a la mujer, “vete en paz
y no peques más”.
Jesús
señaló el pecado múltiples veces y habló directo. Jesús señaló el pecado sin
rodeos. Y a muchos de los que se lo señaló, cambiaron su vida y no lo tomaron
como un mensaje de desprecio ni odio, sino de oportunidad. Dejaron su vieja
manera de vivir y lo siguieron.
En
esta sociedad actual, nuestro peor pecado, más allá de esas malas acciones u
omisiones, es que nos hemos abrazado a ese pecado e insistimos en defenderlo.
Se ha convertido en nuestro ídolo. Cada quien sabe cuál es su pecado favorito.
Así
que traigo este mensaje en estos tiempos en que la muerte está ahí afuera, cual
león en espera, para recordar dos cosas, en primer lugar, instruirnos, dejar ya
afuera la conciencia mágica religiosa y segundo, que tú puedas evitarlos.
La
parte buena, es que estos sucesos como el coronavirus y otros eventos que no
podemos controlar, nos hacen reconocer nuestra vulnerabilidad y a algunos los
conducirá a Dios. Pero, como señalé antes, no podemos caer en el extremo de
usar estos acontecimientos, como pretexto para sembrar miedo y forzar una
conversión que en muchos casos será falsa porque responderá al miedo y no a la
obediencia o amor a Dios.
Tampoco
quiero caer en el otro extremo como algunos cristianos de dejar de proclamar el
evangelio por temor al qué dirán o por temor de que la Palabra de Dios sea muy
fuerte. Que Dios nos libre de sembrar terror usando las catástrofes. Pero que
nos libre también de ocultar lo que su Palabra advierte.
Nada
de lo anterior es nuevo, Marcos 13:6…10 NVI dice que “Vendrán muchos que,
usando mi nombre, dirán: “Yo soy”, y engañarán a muchos. Cuando sepan de
guerras y de rumores de guerras, no se alarmen. Es necesario que eso suceda,
pero no será todavía el fin. Se levantará nación contra nación, y reino contra
reino. Habrá terremotos por todas partes; también habrá hambre. Esto será
apenas el comienzo de los dolores. Pero ustedes cuídense. Los entregarán a los
tribunales y los azotarán en las sinagogas. Por mi causa comparecerán ante
gobernadores y reyes para dar testimonio ante ellos. Pero primero tendrá que
predicarse el evangelio a todas las naciones.”
Dios
es soberano y todas estas circunstancias las puede usar para su gloria, para
que algunas vidas se acerquen a Él. Puede que por un instante algunos lo hagan
por conveniencia, pero en su providencia puede formar corazones de piedra en
barro moldeable por sus manos y crear vasijas que le den honra.
El
mensaje para los cristianos es no temer lo que pueda hacerte el hombre, que no
tiene más poder que el de Dios.
Para
los no creyentes la exhortación es reconocer su vulnerabilidad, aceptar que no
tienen control de su vida y que contrario a como muchas veces expresan, Dios es
un Dios justo. Un Dios que demanda obediencia, santidad y que juzga al pecador.
Pero un Dios que perdona y restaura al que se arrepiente de su mal camino.
Así
que piensa y en cual quieras de los aspectos de tu vida, En La Adversidad
Busca Las Oportunidades
S.A.G.
31 AGO 2020
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