No Sea Ignorante, Lea Por Saúl Guevara

 


Todos tenemos hábitos buenos o malos. Por ejemplo, hay quienes malsanamente, se hurgan las fosas nasales con un dedo cosa que no se ve con agrado, en cambio, hay otros que son de bienestar para nosotros como el baño, cepillarnos los dientes, etc. Hay hábitos que debemos adquirir, pero esto no se logra de un día para otro. ¿Se acuerda de aquella época en que bañarlo a usted era una lucha? Era una pelea, todo sucio, todo hediondo y, sin embargo, su mamá le decía venga para acá, hay que bañarlo. Hasta que al fin agarró el hábito.

 Si queremos tener un carácter templado, firme, de dominio propio, que valga la pena, tenemos que empezar con un pensamiento y el pensamiento da la acción y la acción hecha repetidas veces, se volverá un hábito que formará un carácter.

 Como cristianos necesitamos adquirir ciertos hábitos, hay unos que son muy buenos, hay personas a las que ya no se les dificulta, por ejemplo, traer su diezmo al alfolí, porque ya se volvió un buen hábito. Cuando reciben su cheque reconocen que primero es Dios, que hay que buscar primero el Reino de Dios, después vendrá el de la energía eléctrica, el agua, etc. Son hábitos buenos que una vez adquiridos, usted forma un carácter de cristiano autentico.

 Otro hábito muy bueno que debemos tener es el hábito de la lectura. Muchos tienen una Biblia, dos, tres, hasta diez, pero ¿cuántas veces la leen?... El problema hoy en día no es tener Biblias, el problema es adquirir el hábito de leerlas. Si leemos, aprendemos. La lectura nos enseña.

 Jesucristo tuvo el hábito de la lectura. Jesús entraba a la sinagoga todos los sábados como era su costumbre y se levantaba a leer. El pasaje bíblico dice que leía el rollo del profeta Isaías, porque la Biblia en esa época, no la tenían como nosotros hoy en día, en libros de distintos tamaños y ahora hasta se lleva en los teléfonos celulares, Jesús predicaba de memoria. Él no andaba con el gran rollo del libro del profeta Isaías de arriba para abajo, diciéndole a Pedro detenme ahí, desenrolla, voy a leer. En la sinagoga tenían los rollos y ahí pasaba cada uno y leía el pasaje que le asignaba el maestro de la Sinagoga, pero Jesús no sólo aprendió a leer la Biblia, aprendió a memorizarla.

 Es tan importante que seamos hombres y mujeres de la Biblia, que leamos la Biblia y que la memoricemos. Jesucristo cuando empezó su ministerio, fue llevado al desierto, por cuarenta días y cuarenta noches estuvo en ayuno y fue tentado por el diablo. Mateo cuenta que Jesús al enfrentarse al diablo, en tres ocasiones le citó la Biblia le decía “Escrito está”, ¿cómo sabía Jesús que estaba escrito? Porque Él lo había visto, Él lo había leído, Él lo había memorizado. Jesús había memorizado porciones completas de “así ha dicho el Señor”.

 ¿Qué va a pasar el día que usted tenga problemas, si no lee la Biblia? ¿Cómo va a enfrentar las batallas espirituales? Vivimos en una generación que se enfoca más en la alabanza y adoración que en la lectura de la Biblia, no hay nada de malo que sean musicales, que canten y alaben, lo malo es que sólo aprendan las canciones, hay muchas canciones que se cantan hoy en las iglesias que no tienen ningún fundamento bíblico, hay otras canciones que tienen basamento bíblico y nos sirven para aprender la Palabra del Señor.

 Es importante que los niños aprendan de la Palabra de Dios. A veces cumplen años y no sabemos qué regalarles, regalémosles Biblias. Existen algunas publicaciones pensando en los niños. Y esto es muy importante, no siempre va a poder enseñarla a sus hijos, ellos van a preocuparse en otras cosas. Entre más chicos empiecen, será mejor. No pudo hacerlo con sus hijos, empiece con sus nietos, ellos también lo necesitan. Es bueno el hábito de la lectura bíblica, porque nos revela Su perfecta voluntad y cómo vivir la vida en paz con Él y con nuestro prójimo.

Si usted quiere saber la perfecta voluntad de Dios para su vida, lea la Biblia. Salmo 119:105: “Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero”. Dios mismo le habló a Josué que debía leer y practicar Su Palabra para tener éxito. ¿Quiere tener éxito en la vida? Queremos tener éxito en la vida y sin embargo, no leemos la Palabra, no la meditamos, no la practicamos y no la cumplimos.

 Cualquier gobernante que tenga valor y firmeza para obedecer la ley va a tener un país bien gobernado, a la delincuencia huyendo de la ley, va a tener a los corruptos lejos del gobierno, porque va a tener el valor y firmeza para obedecer y aplicar la ley. La justicia enaltece a una nación, pero el pecado deshonra a todos los pueblos dice Proverbios 14:34. “¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas (Josué 1:7b-9)”.

 En el versículo 8 del capítulo 1 hay cuatro consejos muy prácticos.

 1.    Recitar siempre el libro de la ley. Recitar es decir o leer algo en voz alta.

2.    Meditar en Él de día y de noche. Meditar significa pensar detenidamente, el meditar viene de leer y pensar sobre lo que hemos leído.

3.    Cumple con cuidado lo que en él está escrito. Cumplir es ejecutar, llevar a efecto algo. Bien dijo Santiago, no basta con leer la Biblia, hay que meditarla, pero también hay que cumplirla, hay que ponerla en práctica.

4.    Prosperarás y tendrás éxito. Prosperar es mejorar, prosperar es avanzar. Éxito es tener el resultado feliz de un negocio o actuación, queremos tener éxito hagámoslo en base a lo que Dios enseña y nos va ir bien.

 ¿Cómo crear el hábito de la lectura?

·         Primero, tenga una Biblia, porque si no cómo va a leer. Lea la Biblia que compró, que le regalaron, la de su abuelito que apareció en la casa. Pero lea una Biblia.

·         Segundo, defina el lugar y la hora en la que la va a leer. ¿Cuál es el lugar en su agenda diaria para leer la Biblia? Si no tiene un lugar, una hora definida, le va a costar adquirir el hábito.

·         Tercero conozca la historia de Israel y las promesas que le fueron dadas, conozca Génesis, lea Éxodo, Josué, Jueces y continúe con los demás libros del Antiguo Testamento. Lea libros de sabiduría para vivir con destreza como Proverbios, Eclesiastés. El libro de Proverbios tiene 31 capítulos, usted puede leer uno por día. Lea, no hay excusa, lea por poquito que le servirá mucho en su vida.

 Santiago dice no sean oidores, olvidadizos sino hacedores de la Palabra. El éxito de este mensaje se va a medir de esta manera: va a leer usted la Biblia o no, va a practicar la Biblia o no, la Biblia hay que leerla para ser sabios, creerla para ser salvos, practicarla para ser santos, ahora si usted está dispuesto a comenzar pues decida, pero quiero decirle que hoy es el mejor momento.

 Comprométase hoy a leer la Palabra del Señor y deje de ser ignorante.

S.A.G. – 31 – MAY – 2021

 

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