Mujer Sin Nombre, Pero Con Fe Por Saúl Guevara


Hoy quiero iniciar preguntándole: ¿Ha tratado de resolver algún asunto importante en su vida y al llegar a la persona indicada para resolverlo esta le ha rechazado o negado a resolverlo? ¿Cómo se siente uno cuando es rechazado por todos los que le rodean? ¿Vale la pena continuar cuando todo parece perdido?

 Platiquemos hoy de una mujer que si bien es cierto la Biblia no da su nombre nos demuestra una gran fe que sirve de ejemplo para aquellos que piensan que Dios no oye su clamor. Leamos Mateo 15: 21…28: “Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: Señor, Hijo de David, ¡ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas pérdidas de la casa de Israel. Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.”

 Ella era una extranjera y gentil para los judíos; por tanto, sin derecho a ninguna asistencia espiritual. Pero aun sabiéndolo, no le importó pues necesitaba resolver su problema: su hija estaba siendo atormentada por un demonio y creía que Jesús tenía poder para vencerlo.

 Para que el Señor oyera su oración esta mujer tuvo que:

1.            Vencer barreras

2.            Ser persistente

3.            Depender de la Gracia de Dios

 

  1.            Vencer barreras

 

a) Barreras interiores: el pecado, el egoísmo, el orgullo.

·         Pecado: 2 Crónicas 7:14: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”

·         Egoísmo: Santiago 4:3: “Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones”

Cuando oramos de una forma egoísta estamos orando a nosotros mismos, por eso la oración del fariseo no prosperó mientras que la del publicano se elevó a los cielos (Lucas 18:11…14).

·         El orgullo: Ella sabía quién podía sanar su hija. Tal vez conocía que Jesús ya había sanado al gadareno, por ello no confió en si misma o en sus recursos, sino que acudió humildemente a Aquel que tiene todo el Poder y el que merece toda la Gloria. Ella lo manifestó cuando le llamo “el hijo de David”.

 b) Barreras exteriores: mujer, gentil (cananea, siro-fenicia), los discípulos.

·         Mujer: sabemos que en aquella época las mujeres no tenían prácticamente ningún derecho. Dirigirse a un hombre extraño y en público era un riesgo. Ella venció la barrera del género.

·         Gentil: era cananea (o siro-fenicia), extranjera para los judíos y de baja condición social. ¿Se ha sentido discriminado por su origen nacional, su piel, su acento? Para Dios todos somos iguales pues todos somos hechura suya.

·         Los discípulos: Ellos quisieron impedir que la mujer llegara directo al maestro, tal vez por preservar el descanso de su maestro, pero más que todo por su concepto de excluir a los demás de las bendiciones de Dios. Nosotros como iglesia tenemos que ser cuidadosos en no poner barreras a otros para llegar a Jesús. Ella no descansó en otros su carga, sino que fue directo al Maestro. Hay un solo Mediador entre Dios y los Hombres: Jesucristo Hombre.

 

2.            Ser persistente

 Ella fue persistente: Gálatas 6:9: “No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos”

 ·         Persistió aun cuando los discípulos la rechazaron.

·         Persistió aun cuando Jesús permaneció en silencio. Aunque Él no habló, Él estaba escuchando, Él estaba al tanto de sus necesidades como está al tanto de las nuestras hoy.

·         Persistió porque tenía la fe en que Él era la Única solución. Ella sabía que era el Mesías, el hijo de Dios. ¿A quién otro acudir? El fundamento de la fe es aceptar quien es realmente es Jesús: el Salvador, el Señor, el Todopoderoso.

 Puede ser que hoy estés pensando igual que esta mujer sin nombre, pero con una gran fe, Jesús no oye tu clamor. Tal vez te sientas tentado a buscar otro camino. No desistas, porque Él tiene un plan, y “a su tiempo” segaremos.

 

3.            Depender de la Gracia de Dios

 Ella dependió de la Gracia de Dios. La gracia es el regalo inmerecido que Dios nos da: la salvación a través de su hijo Jesucristo, el mismo Dios hecho hombre. Aquel que cargo sobre si el pecado de todos nosotros. Esta mujer sin nombre dependió, al final de cuentas, en la gracia de Dios.

 ·         No hizo ningún reclamo (v 27): No se puso brava, no ripostó con una palabra aún más dura. Solo aceptó su condición y apeló a su misericordia a esa gracia abundante que El da. No somos digno de ningún favor de Dios (“de gracias recibisteis...”), pero podemos estar seguros que Él está deseoso de bendecirnos.

 Aceptemos nuestra condición y vengamos a Él tal y cual estamos. No te creas la gran nota porque eres alabante, danzor, predicador, ujier, etc., esas son vanidades de vanidades. A mí, no me importa ser un perrillo mientras este en la casa del Señor Jesús.

S.A.G. – 24 – MAY - 2021                    

 

 

 

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