Una vez, un padre
de familia acaudalada, llevo a su hijo a el campo con el propósito de que viera
cuan pobre son la gente del campo. Estuvieron un día y una noche en una granja
de una familia campesina muy humilde.
Al concluir el viaje y de regreso a casa el padre le pregunta a su hijo:
- ¿Qué te pareció el viaje?
- Muy bonito Papa
- ¿Viste que tan pobre puede ser la gente?
- Sí
- ¿Y qué aprendiste?
- Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen
cuatro. Nosotros tenemos una manguera que llega por todo el jardín, ellos
tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lámparas importadas en
el patio, ellos tienen las estrellas. El patio llega hasta el muro de la casa,
ellos tienen todo un horizonte de patio.
Al terminar el relato, el padre se quedó mudo, y su hijo agregó:
-Gracias Papá por enseñarme lo pobre que somos.
Efesios 5:13...14 NVI: "Pero
todo lo que la luz pone al descubierto se hace visible, porque la luz es lo que
hace que todo sea visible. Por eso se dice: Despiértate, tú que duermes,
levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo"
Cuando hablamos de los
que duermen, la Biblia se está refiriendo con la imagen del sueño a aquel
estado de vida, que ya sea por una u otra razón aun cuando estemos en una
iglesia, nos mantiene alejado de Dios, viviendo en total desconocimiento de las
consecuencias que se avecinan.
El que duerme es como el enfermo que lleno de enfermedades cree
gozar de perfecta salud. Cuando vemos el cristianismo desde el punto social,
los pueblos que duermen, sin darse cuenta están apresados entre hierros y
cadenas, creen gozar de perfecta libertad, creen habitar en un lugar seguro.
Vivimos en una sociedad
dormida:
·
Dormida por la injusticia que hace a
millares pasar hambre y necesidades.
·
Dormida por la corrupción, a la que
llegamos a tratar como si fuera algo que de ninguna manera pudiera evitarse.
·
Dormida por las inmoralidades de todo tipo
que llegamos a justificar y hasta consentimos desviando la mirada a otra parte.
¡Vivimos como
cristianos dormidos!!
El texto bíblico no
está dirigido en primer lugar a la sociedad sino a cristianos de una comunidad.
Y a ellos les reclama que no caigan en el sueño que los aleje de Dios.
El que a todas luces se
reconoce pecador está muchas veces más cerca de la redención que los que nos
decimos cristianos y cubrimos con una pinturita la podredumbre de nuestras
vidas.
Este es el sueño del
cristiano que se cree bueno, que no le hace mal a nadie, fiel a la religión,
inofensivo, amable, tal vez celoso de su fe y correcto, pero que aún no ha
tomado conciencia que estamos llamados a afectar este mundo y este mundo tiene
su realidad social, unas sociedades más justas o injustas que otras, pero que
como sean debemos afectarlas.
Decía Martín Lutero:
“Hermanos, como no pensar en un cristianismo dormido frente a una realidad como
la que vemos”
Hay que despertar. Soy
consciente de que estas palabras para los oídos de varios lo podrán espantar o
hacer tener una reacción adversa hacia mi, pero no importa, porque si es así,
es que está despertando. Solo ruego a Dios, que sea para bien.
Estamos viviendo en un
tiempo donde todavía disfrutamos de la herencia espiritual que plantaron
nuestros antepasados, pero estamos dejando muy poco para las generaciones
futuras. Estamos malgastando la herencia. Ha llegado el momento de hacer un
alto en el camino y mirar para atrás y ver cual es la senda antigua, porque hoy
en el mundo muchas sendas se han marcado, sendas de todo tipo de perversión y
nos están apartando del verdadero sentir de la senda antigua.
Es el grito de toda la
palabra de Dios, que ahora te dice... despierta tú que duermes, levántate de
entre los muertos, que se nos llama a abandonar el sueño, para llegar a la
tierra prometida.
¡Levántate de entre los
muertos!
Quienes viven en el
sueño están alejados de la presencia de Dios y viven sin sentido, buscando
satisfacer la vida con cosas perecederas que se consumen con su uso.
Hermanos, Dios no nos
ha creado para que vivamos una vida a medias, a mitad de camino entre la
frustración y la plenitud. No nos conformemos con las migajas que caen de la
mesa, como cristianos el Señor nos invita a cenar con Él, aceptemos con
plenitud su invitación.
Nuestras vidas son
valiosas a los ojos de Dios, no las dejemos en el sueño, llevémoslas a la luz
de Cristo. Despierta tú que duermes y Cristo te alumbrará.
Nuestra sociedad pide a
gritos la presencia de esa luz en medio de ellos. Despertemos antes que sea
demasiado tarde para recomponer lo que está definitivamente roto.
Que Dios Levante A
Hombres Y Mujeres Que Hagan Brillar La Luz De Cristo En Todo Lugar.
S.A.G. - 31 – AGO – 2025
(Estudio No. 851)
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Aviso: Hemos dejado de
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contactos, de todas formas, les damos las gracias a Hotmail por los años que
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