Estarás Formando Pandilleros (Parte 1 de 2)

§ "La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre" Proverbios 29:15.
§ "Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; mas no se apresure tu alma para destruirlo." Proverbios 19:18.
§ "No rehúses corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara, no morirá. Lo castigarás con vara, y librarás su alma del Seol" Proverbios 23:13-14.

Existe algo divino y dulce acerca de los niños. Eso es herencia de Dios, por encima de todo. Pero cada precioso niñito tiene adentro de sí, el pecado innato. Cuando nace, cada persona tiene una naturaleza que puede terminar, a menos que sea corregida en su niñez, en un adulto delinquidor, enemigo de las sanas y buenas costumbres.

Dios castiga a la gente grande por sus pecados, inclusive a los cristianos, por ello es absurdo creer a los profesionales que dicen: "No es necesario, ni es justo castigar a los niños."

La gran mayoría de jóvenes inmorales y criminales de hoy, es el producto del descuido de los padres y/o tutores, en entrenar y disciplinar a sus hijos. Les toca a los padres cooperar con Dios en la preparación de sus hijos que nacen con una naturaleza pecaminosa y perversa.

El castigo una necesidad en la formación del carácter.

§ "La necedad está ligada en el corazón del muchacho; mas la vara de la corrección la alejará de él" (Proverbios 22:15).
§ "Los azotes que hieren, son medicina para el malo, y el castigo purifica el corazón" (Proverbios 20:30).

Tengamos presente que la voluntad propia es la raíz del pecado, todo lo que permita su desarrollo en los niños asegura su desgracia a futuro. Todo lo que lo refrena, promueve una vida de felicidad. El destino del niño, sea el cielo o el infierno, depende en gran parte de esto. Así que el padre que trata de corregir a su hijo, coopera con Dios en la salvación de su alma. El padre que no lo permite, coopera con el diablo en su perdición.

§ "El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige" (Proverbios 13:24)

Leí el testimonio de un Pastor, que contaba lo que una vez al finalizar su mensaje, un empresario notable se le acercó y le contó lo siguiente: "Pastor, tenemos un hijo en nuestro hogar. Ya es un hijo maduro y trabaja en la empresa conmigo. Es el orgullo y el gozo de nuestras vidas.

Por ser nuestro único hijo. Le amaba mucho y estaba muy orgulloso de él. Pero siempre le mimaba demasiado. Le dejaba hacer todo lo que él quería y nunca le corregí ni le negué nada. Creció y se hizo un muchacho travieso y rebelde. Cuando llegó a la edad escolar, le enviamos al colegio. Habían pasado unos cuantos días cuando una tarde me llegó a la casa una nota del colegio. En esta nota me decían que tendría que inscribir a mi hijo en otro colegio, puesto que ellos no podía hacer nada con él. No obedecía en nada y que estorbaba el programa del colegio.

Siguió el empresario: "Yo critiqué al colegio e inscribí a mi hijo en un colegio mas caro. Pasados unos días, él llegó a casa con una nota similar a la anterior, diciendo que no podían hacer nada con él. Para abreviar, inscribí al muchacho en cinco colegios mas y cada uno mandó a la casa una nota que decía que no se podía hacer nada con él. Me dijeron que él no obedecía las reglas en clases. Por eso se vieron en la necesidad de despedirlo. Cada vez que le despidieron criticaba a las maestras y a los directores de los colegios y les echaba la culpa.

"Por último, mi esposa no podía aguantar más y se paró frente a mí y me dijo: '¡Basta ya! ¡No hay una palabra de verdad en lo que tú dices de las maestras y de los colegios! La culpa no es de las maestras ni de los colegios. Tú tienes la culpa. Desde que el niño vino a este mundo, tú le has mimado, permitiéndole hacer lo que él quiere. Jamás has insistido en la obediencia y nunca le has corregido. Siempre has cedido a sus súplicas y nunca has permitido que otra persona le corrija. En otras palabras tú has hecho de tu hijo un proscrito y ahora cuando él ha de relacionarse con otra gente, acatar las reglas y obedecer a sus superiores, él no sabe hacerlo. Has incapacitado a tu hijo para vivir con otra gente.¡Tú tienes toda la culpa!'

Eso me cortó como si fuera un cuchillo, pero reconocí que mi esposa tenía razón. Entendí claramente que yo había faltado en mi deber para con mi hijo. Le tomé de la mano y le dije: Hijo, vamos a pasear. Caminamos hacia donde estaríamos a solas. Le enfrenté, le miré en los ojos y le confesé que le había fallado en cuanto a mis deberes para con él y para con Dios. Le pedí que perdonara mi pecado y le prometí, por la gracia de Dios ser mejor en el futuro.

"Luego le mandé que quitase su saco. Me miró con sorpresa y me preguntó: ¿Por qué? Le dije: Hijito, esta mañana te voy a dar dos varasos. Los has necesitado muchas veces en días pasados pero yo he sido demasiado flojo y sentimental para darte lo merecido. Pero de ahora en adelante voy a tratar de ser el padre que tú mereces”.

Él levantó su cabeza, me miró, se rió descaradamente y me dijo: “No, Papá. Tú no puedes pegarme a mí. Soy estoy grande para que tú me pegues.'

"Le aclaré que era mi intención darle dos varasos o morir en el intento. Cuando comprendió que hablaba en serio, se quitó su saco y le di fuertemente. Entonces oramos juntos. Cuando dejamos de orar y regresábamos a la casa, le di un abrazo y le dije: “Hijo, te quiero mucho. Te quiero más que nada en mi vida. Por eso te quiero hacer saber que desde ahora en adelante, vamos a cambiar nuestro modo de vivir, tú me vas a obedecer a mí y vas a obedecer a tu mamá. Mañana regresas al colegio y vas a obedecer a tus maestras y a portarte como a un buen muchacho le conviene. Y si tú no lo haces te voy a castigar cuando llegues a casa.'

"Pastor, jamás tuve problema alguno con mi hijo. Él se dio cuenta de que yo estaba decidido de una vez a cambiar. Él se dispuso a obedecer. Él se ha hecho un hombre obediente y hoy es el orgullo y gozo de nuestros corazones."

Con lágrimas en sus ojos y un sollozo en su voz, el empresario me dijo: "Pastor, esperé demasiado. Casi pierdo la última oportunidad de corregir a mi hijito."
¿Y TU COMO LOS ESTAS HACIENDO?

1 comentario:

  1. Apreciado hermano Cristiano: Despues de leer su excelente articulo sobre la DISCIPLINA CORPORAL que los padres Cristianos debemos aplicar a nuestros hijos tengo que dar gracias al Señor Dios por haber encontrado su pagina pues hace una descripcion correcta de como y en que condiciones se debe disciplinar corporalmente a un hijo o hija cuando todos los demas recursos de disciplina han fallado anteriormente .

    Usted ha mencionado las citas Biblicas que se refieren a la vara pero ha olvidado mencionar el pasaje que dice . ¡¡¡ EL LÀTIGO PARA EL TRASERO DEL NECIO !!! , como puede ver Dios prescribe los azotes no solo con vara sino tambièn con làtigo en el trasero de los hijos que estan poseidos por la NECEDAD y esta les impide obrar correctamente .

    Cuando se menciona en la Biblia la palabra ” làtigo ” este vocablo no se refiere al tipo de latigo que usaban los mayorales de las plantaciones de algodòn que poseian esclavos y los azotaban cuando no rendian en su trabajo y que era el latigo del tipo “serpenteado ” sinò que se refiere a un pequeño mango al cual van unidas cuatro o cinco delagadas correas de cuero , las cuales no van a causar mas daño sobre la piel de las nalgas que el extrictamente necesario para lograr la correcciòn de la maldad cometida y ese daño fisico ni va a causar la muerte al muchacho ni siquiera una enfermedad , cierto es que al muchacho o muchacha despues de haber recibido una severa zurra con este tipo de làtigo todo lo mas que le van a quedar son sus nalgas tan doloridas por los azotes que en adelante se va a pensar mucho si le conviene cometer de nuevo la maldad grave por la que sus padres le hicieron doler tanto la piel de sus nalgas .

    Debemos tener en cuenta que Dios no solo prescibe la VARA sino tambièn el LÀTIGO de correas para castigar las maldades o desobediencias graves que nuestros hijos a veces a lo largo de sus vidas en el periodo de crianza nos suelen cometer .

    Si desean debatir de forma mas precisa este tema acà les dejo mi email :

    mireycolina@yahoo.com.co

    Mi esposo y yo estamos a la orden para cualquier padre o madre que necesite orientacion y consejo sobre el tema de la aplicaciòn de la DISCIPLINA CORPORAL a sus hijos pero siempre ateniendose a los extrictos limites que la Biblia marca .

    MIREYA COLINA

    ResponderEliminar