Ser Agradecido

Aprendamos de Jesús que fue agradecido y lo manifestó en diferentes ocasiones durante su vida pública.

La gratitud es una virtud y tenemos muchas oportunidades para ponerla en práctica cada día.

¿Has tenido oportunidad la semana anterior?

Podemos ser agradecidos con Dios por lo que Él es y por lo que nos da, podemos ser agradecidos con nuestros padres, podemos ser agradecidos con nuestros hermanos, con nuestros hermanos de iglesia, con nuestros compañeros de escuela, con los profesores e incluso con la gente que no conocemos. No hay excusa para no ser agradecidos. Jesús también supo ser agradecido. Fijémonos en él; su ejemplo es una lección para nosotros.

"Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino. Entonces sus discípulos le dijeron: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande? Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos. 35 Y mandó a la multitud que se recostase en tierra. Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud. Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas. Y eran los que habían comido, cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños" (Mateo 15:32..38).

Todos conocemos este milagro de la multiplicación de los panes y los peces, pero tal vez no hemos descubierto la gratitud que mostró Jesús. Jesús no dijo: "¡vaya! siete panes y unos pocos peces, con eso no tenemos ni para empezar" o "que se vaya cada uno a su casa, que yo ya estoy muy cansado y no tengo ganas de hacer más por la gente" o "que se libre cada uno como pueda, a mí me da igual". ¿Tú has respondido así alguna vez cuando alguien te pide un favor?

Jesús no protestó ni se quejó, en su lugar Jesús dio las gracias a su Padre Dios y también a aquel que prestó su alimento para compartir. Y con acciones de gracias hizo el milagro.

En otra ocasión Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo: " Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! " (Juan 11:41..43).

Lázaro, un buen amigo de Jesús, había muerto. ¿Cómo está Jesús?... Jesús, ¿se queja? No, no se queja. Jesús está triste, hasta llora, pero no se queja. No dice "¿por qué tenía que pasarle esto a mi amigo?"... Jesús sabe que su Padre Dios tiene un plan más grande: un milagro que manifiesta su gran poder. Jesús hace una oración que comienza dando gracias.

¿Qué es más fácil, pedir o dar gracias?

Jesús quiere que demos gracias lo primero y luego pidamos; así lo hizo él, primero da gracias a su Padre Dios y luego pide que resucite a Lázaro.

En otra importante ocasión, "Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados." (Mateo 26:26..28).

Esta acción de gracias es sorprendente. Hace falta mucha fe y mucha confianza en Dios para dar gracias cuando sabes que vas a sufrir y, en este caso, el sufrimiento va a llegar hasta la muerte.

Ante esta situación Jesús no dijo: "esto es un fastidio, tengo que morir por un montón de pecadores, que me van a traicionar, insultar, azotar y crucificar".

En su lugar, Jesús, dio las gracias y pronunció con entereza: "ésta es mi sangre derramada por muchos para el perdón de los pecados"

¿Qué os parece? Jesús no se quejó ante el sufrimiento, Jesús dio las gracias.

¿Has dado alguna vez las gracias por una situación difícil para ti? ¿Qué sacaste de bueno de esa situación? Piensa, algo se aprende cuando se viven momentos de dificultad, porque "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,..." (Romanos 8:28).

Todavía estás a tiempo de dar gracias. ¡Vamos! Cambiemos la queja por la gratitud y la alabanza. Jesús lo hizo, no salió de su boca la queja, sino la gratitud. Jesús es Hijo de Dios y eso le da "ventaja", pero tú cuentas con la ayuda del Espíritu Santo que está deseando ayudarte a ser agradecido. Jesús quiere lo mejor para nosotros y eso es: ¡ser agradecidos!

Amados hermanos, queremos hoy aprovechar la oportunidad para ser agradecidos con ustedes, que semana a semana nos reciben, gracias por dedicarnos su tiempo y que Dios nuestro Señor eterno, los bendiga, multiplique y de sanidad a quien este enfermo. Amen

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