Esas Finanzas En Rojo

Ha raíz de haber escrito sobre las preocupaciones en el Estudio denominado “Los Amigos De Job”, he recibido muchas consultas sobre los problemas financieros en los hogares y con ello sus conexos y derivados. El tema es de primer orden y quiero hacer unas recomendaciones sobre como afrontar una crisis. Posiblemente, Usted ha gastado demasiado otra vez, y ahora está discutiendo con su cónyuge acerca de cómo pagar las cuentas. Pues, usted está dentro de lo típico: más peleas giran en el matrimonio en torno al dinero que del sexo o de los suegros. El dinero es una fuente de fricción, pero no tiene que ser así.

Debemos estar concientes que vivimos a nivel mundial, una época de mucha angostura económica. Es también una época en nuestras sociedades de consumo, en que los que mas tienen se hacen mas ricos a costillas de los que menos tienen. En este tiempo vemos ladrones que violan las leyes y ladrones que hacen las leyes para robar legalmente. Los buitres que esperan despedazarlo en el menor traspiés que lleve, ya no andan sobre nosotros, ahora los lleva Usted en su cartera, me refiero a esas tarjetas de crédito, que tan fácilmente se las otorgan y que de igual manera, fácilmente si no es sabio, lo despedazan en menos de un mes.

Si usted está cansado porque, mes tras mes, no sabe a dónde se va el dinero; permítame darle algunos pasos prácticos para que pueda poner en orden sus finanzas.

  • Establezca una cita con su cónyuge o persona de confianza (consejero), de aquí a un mes, para discutir sobre asuntos financieros. Probablemente va a necesitar tomar todo un día entero y sin niños. Si usted está solo/a, haga una cita para discutir estos asuntos con alguien de confianza. Le recomiendo que lo haga, por lo menos, una vez cada año.

  • No permitan que el dinero los divida. Aunque estén enfrentando una situación económica difícil. No haga ataques personales a su cónyuge. En lugar de ello, busquen juntos la manera de resolver el problema. Busquen la dirección del Señor, en vez de dejar que las dificultades económicas divida su matrimonio. Eviten hablar de problemas de dinero antes de irse a la cama o antes de salir a trabajar. Escojan el momento en que no estén cansados, con hambre o de mal humor. Revisen sus finanzas, sus metas y oren por las decisiones que tengan que tomar.

  • Mire sus gastos en los últimos doce meses. En varios países de Latinoamérica es común que la gente tenga libretas de cheques. La chequera es buen lugar al cual acudir cuando se trata de calcular cuánto se está gastando cada mes y en qué. Especialmente, para descubrir esos gastos que no hacemos regularmente. Si vive en un país con inflación, quizá bastará ver sus gastos en el último par de meses. Si no tiene una chequera, entonces trate de ver qué tipos de gastos tiene en forma regular e irregular.

    • No tomen decisiones económicas importantes sin el total acuerdo de ambos. Si Usted o su cónyuge quieren algo con vehemencia, pero no están de acuerdo, entonces se esperan. "Vamos a orar juntos y a tomarnos el tiempo que sea necesario, hasta que escuchemos claramente qué dirección quiere el Espíritu de Dios que tomemos".

    • Guarde los recibos de todos sus gastos del próximo mes. Otra idea que puede aplicar, antes de la cita con su cónyuge, es descubrir sus gastos regulares al guardar los recibos de todos sus gastos durante los próximos treinta días. Hoy mismo tome una cajita cualquiera (puede ser de zapatos) y colóquela en la cocina de su casa. Cada vez que haga alguna compra, pídale un recibo al vendedor y después colóquelo dentro de la cajita. Si en su país o en el área donde vive no se acostumbra a dar recibo, pídalo o simplemente llévese unos papelitos y cuando haga una compra escriba qué fue y cuánto costó y luego colóquelo dentro de la cajita. En la reunión que tendrá con su cónyuge o persona de confianza el mes siguiente, saquen los papeles de la caja, divídanlos por categorías (comida, transporte, casa, ropa, entretenimiento, etc.), y entonces tendrán una idea más clara respecto a dónde están situados económicamente.

    • Analice las entradas y salidas. Le recomiendo que haga este ejercicio durante dos o tres meses seguidos. Le tomará aproximadamente de cuatro a seis meses el tener un buen presupuesto familiar bajo control. Tenga paciencia, vale la pena. Esto es un proceso igual que el bajar de peso. La idea no es bajar de peso en una semana o un mes (la mayoría de las veces volvemos a ganarlo en pocas semanas). Aquí, así como en la dietas, lo importante es cambiar nuestra forma de comportamiento para poder perder esos kilos extra o para bajar la cantidad de gastos que tenemos en nuestro presupuesto.

    • Si puede deshacerse de las tarjetas de crédito... Hágalo, o por lo menos trate de no usarlas. Si esta endeudado con ellas, hágase el propósito de no usarlas mas y trate de abonar mas de lo que ellos llaman pago mínimo, para que de esa manera pueda usted ir saliendo. Nunca deje de pagar una deuda, si no tiene el dinero vaya y hable, busque una forma de llegar a acuerdos. Pero honre las deudas en que este.

    • No compre lo que realmente no necesita, antes de comprar vestidos, zapatos, cosméticos, o electrodomésticos, primero analice bien que sean realmente necesarios. Viva de acuerdo a su poder adquisitivo y no de apariencias.

    • El secreto no está en ahorrar algo de dinero este mes y el que viene; el secreto está en aprender a ser buenos administradores, que controlemos la forma en que gastamos el dinero y tomemos decisiones económicas correctas por el resto de nuestra vida. Debemos entender que el camino al éxito no es una carrera de cien metros llanos, sino de cinco kilómetros... ¡y con obstáculos!

    • Oren en vez de discutir. Muchas veces, uno de los cónyuges está dispuesto a confiar en Dios en cuanto a las finanzas, pero el otro no lo está. No deben perder de vista lo más importante: el dinero debe ser utilizado para desarrollar una relación más estrecha entre los cónyuges. "Si la esposa quiere dar el diezmo, pero el marido es reacio a dar un centavo, yo no convertiría eso en un campo de batalla. Con frecuencia, las personas aceptan un consejo de alguien que no sea su cónyuge. Por tanto, yo oraría porque el Señor ponga al cónyuge en contacto con alguien que él o ella respete -con una persona piadosa que esté manejando su dinero de acuerdo con el deseo del Señor. Lo mejor que usted puede hacer es orar".

    • Celebren los avances. Cuando la mayoría de las parejas hablan de dinero, el tema se convierte en una guerra a pequeña escala. "El celebrar los avances crea un ambiente de gratitud y de confianza dentro de su matrimonio". Estas celebraciones no tienen que ser costosas; cuando con mi esposa logramos una meta económica, nos permitimos un viaje a una playa, por lo general a la iglesia de la Isla La Pirraya. Las celebraciones tienen el beneficio adicional de inspirar a otros a lograr, también, sus metas económicas.

    • Equilibren sus ahorros con generosidad. Cuando decidan bendecir a otros económicamente, no sólo se acercarán más ustedes como pareja, sino que también se acercarán más a Cristo. "Si nos concentramos exclusivamente en ahorrar e invertir, y no somos generosos, nuestro corazón estará puesto en esos ahorros. Pero si ustedes tienen un equilibrio y son generosos con su dinero dando a los demás y a la causa de Cristo... su corazón podrá estar más unido al Señor, que es el objetivo".
    Aparte de estos consejos, estoy seguro que habrán muchísimos mas... lo importante es que si usted esta pasando una crisis económica, todo nuestro ser tripartita debe ponerse alerta, nuestro espíritu tiene que llenarse mas palabra de Dios, para ser fortalecido, antes que caigamos en desanimo y después en estrés y terminemos en depresión; el alma... el alma donde se generan esas malas costumbres económicas, tiene que ser sometida a la racionalidad de la realidad que esta viviendo, no viva como dice un dicho en mi país: “Comiendo frijoles y erutando pavo”, ni tampoco queriendo estafar u oprimir mas al que esta mas amolado que Usted; y por ultimo el cuerpo... esta demostrados que mucha mala alimentación es parte de las fugas de nuestro dinero, que la pizza, los tamalitos, el cafecito, la repostería, etc. cuidado, como también cuidado con el gimnasio u otros tantos aparatos que ahora venden. Cuidado no caiga en el pecado de rendirle culto al cuerpo. Amen.

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