Durmiendo En Los Sermones

Hechos 20:7-12: 7 El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.  8 Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos;  9 y un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto.  10 Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alarméis, pues está vivo.  11 Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y así salió.  12 Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente consolados. 

He predicado en varias iglesias. También he asistido a conferencias diversas; talleres; platicas etc. y en todas ellas he visto un mal común: Una o más personas se duermen en las predicaciones o conferencias. Llegué a pensar con gran preocupación que era yo el causante. Pero con el correr del tiempo y para descanso de mi alma me pude dar cuenta que no era yo, sino ellos mismos los causantes de su sueño. Ya que incluso durante las charlas de los considerados grandes oradores se puede observar este fenómeno. En la porción bíblica que leímos al principio, podemos observar como ya en la época de antigua y ante un gran siervo de Dios hubo un concurrente que se durmió en la predicación. 

PERO VEAMOS A CONTINUACIÓN EL PELIGRO DE DORMIR:

I.- LA PRINCIPAL CAUSA DE DORMIRSE EN LAS PREDICACIONES ES LA FALTA DE ATENCIÓN A LA PALABRA DE DIOS (V.9):

A) Algunos que se duermen tienden a culpar siempre la persona que esta predicando (Es que el hermano no se preparó, o es que es muy mal predicador etc. Pero, igualmente, con cualquier orador se dormirían). 

B) El pasaje nos deja entrever que el único que se durmió fue EUTICO, osea que el motivo de su sopor no fue la voz chillona de Pablo, ni lo extenso del discurso, sino su falta de atención a la Palabra. 

II.- EJERCITÉMONOS EN IDENTIFICAR LAS DISTRACCIONES (HE. 5:14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal):

A) La dispersión mental o falta de concentración: Una persona que no es capaz de estar concentrada en algo será presa fácil de la distracción. Pr. 1:24. Por cuanto llamé, y no quisisteis oír,  extendí mi mano, y no hubo quien atendiese.

B) El espíritu de crítica: escuchan para ver que encuentran de malo en el expositor. Mt. 9:4. Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?. 

C) Los factores psicológicos: Preocupación, tribulaciones. Ex. 6:9. De esta manera habló Moisés a los hijos de Israel; pero ellos no escuchaban a Moisés a causa de la congoja de espíritu, y de la dura servidumbre. 

D) El escuchar defensivamente: cuando el predicador está diciendo algo que incomoda. Mr. 11:18. Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina. 

E) Ser uno de "los visuales": Miran el reloj, Voltean a ver lo que otra persona hace, prestan atención a un sonido, carecen de motivación y creen saberlo todo ya. 

III.- AYUDAS PARA PODER TENER CONCENTRACIÓN (MT. 13:16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen):
A) Mira directamente a los ojos. (Un truco: si ver fijamente a los ojos te incomoda, puedes mirar a la nariz). 

B) Mantén tu atención en estado de alerta. (Concéntrate en la persona que esta compartiendo el tema, está alerta a él para cuidar que tu mirada no se desvíe). Pr. 8:34. Bienaventurado el hombre que me escucha,  Velando a mis puertas cada día,  Aguardando a los postes de mis puertas.

C) Oye con los oídos espirituales. I Sam. 3:19 Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras.  

D) Samuel escuchó la voz de Dios que ni el mismo Elí pudo escuchar. Logró esto porque procuraba estar cerca de la presencia de Dios, orando y estudiando su palabra. I Sam. 3:3-4. 3 Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada,  3:4 Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí. Aprende a estar en quietud. Ec. 9:17 Las palabras del sabio escuchadas en quietud, son mejores que el clamor del señor entre los necios. A vivir en integridad: I Sam. 3:20 Y todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, conoció que Samuel era fiel profeta de Jehová.  

IV.- DIOS NOS QUIERE DESPERTAR DE NUESTRO SUEÑO DE MUERTE: HCH. 20:10-12 10 Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alarméis, pues está vivo.  11 Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y así salió.  12 Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente consolados: Pablo abrazó a aquel joven y lo revivió; nuestro Señor quiere despertar a todos aquellos que se encuentren dormidos espiritualmente y lo hace a través de su misma palabra: · La Biblia es nuestro alimento, nos hace crecer espiritualmente: nos estimula, nos da descanso, nos nutre y aviva el fuego del don de Dios. Debemos proponernos de ahora en adelante escuchar con atención y entonces y solo entonces resucitaremos del letargo en el que estamos. Muchos, con tristeza lo digo, van al templo solo a dormir. Y el peligro de este sueño de muerte es algo así como el sueño que les da a los alpinistas de montañas muy frías como el Everest. Jamás despiertan.

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