Cuanto Costara Este Diciembre...

El final de un año es siempre un tiempo de balances y reflexión, que debería incluir no sólo los aspectos laborales y económicos, sino también los afectivos y familiares, todo dentro de nuestros valores y preceptos cristianos. Cada mes del año tiene sus propias características de acuerdo a la cultura y país, por ejemplo en El Salvador, los meses de enero y febrero los asociamos a los inicios del año escolar, marzo y abril con las vacaciones en la playa, agosto con fiestas capitalinas, septiembre mes de la patria y octubre con la llegada de los vientos del norte. Sin embargo, diciembre iguala a muchos países, posee ciertas particularidades: es el último mes del año, tiempo de celebración y finalización del año. Es un mes donde todo pareciera terminarse, nos reunimos para despedirnos, festejamos, cerramos agendas y por sobre todo andamos precisos porque el mes es muy corto para tantos eventos.

En el plano familiar, los chicos finalizan el colegio lo cual trae aparejado un cambio en la dinámica diaria. Algunos llevan materias, otros duermen, otros no saben que hacer, otros van de aquí para allá, en fin se van acomodando al tiempo libre de las vacaciones. En este contexto particular comenzamos a evaluar como fue nuestro año. Hacemos el clásico balance con los aciertos y dificultades atravesados. Y nuevamente reformulamos el nuevo año. Quizá, sería interesante detenernos a reflexionar que lugar le damos a nuestros afectos, aquellos que siempre están a nuestro lado más allá de los éxitos y los fracasos. Y aun más importante es reflexionar que lugar le hemos dado a Dios en nuestras vidas, durante todo el año. Todo porque en un mundo donde la velocidad no nos permite mirar el paisaje, sería bueno detenernos unos instantes y "mirar". 

"Mirar" a nuestros hijos, que también recorrieron un año más, que han crecido, no solo en altura, sino en nuevos conocimientos, experiencias que vivieron, alegrías, tristezas y un sin fin de situaciones ¿pudimos acompañarlos a lo largo del año? ¿Pudimos llevarlos a la iglesia? ¿Caminaron por los senderos del Señor? ¿Los descuidaste y ahora...?..."Mirar" a nuestro marido o mujer, que también tuvieron sus momentos buenos y malos, ¿pudimos apoyarlos, escucharlos? ¿Pudimos decirle Te Amo? ¿Pudimos ponerlo en las manos de Dios? ¿Se han tratado bien? o...Y así quizá podríamos seguir con cada una de las personas que se vinculan con nuestros afectos, que nos quieren por lo que "somos" y no por lo que "tenemos"; aquellos que nos llaman por nuestro nombre y quienes nos dan un sentido de pertenencia.

Te propongo hacer un cambio de mirada cuando hagamos nuestro balance personal del año. Comencemos por reconocer y agradecer a Dios y a todos aquellos que hicieron posible que llegáramos nuevamente a diciembre. Y para el año nuevo, cuando nos propongamos nuevos objetivos y metas, no perdamos de vista compartir y afianzar lo más profundo y esencial que le da sentido a nuestras vidas: los vínculos con Dios y la Familia.

También diciembre es el mes de los regalos, los viajes... para muchos son celebraciones especiales que le ocasionan gastos pero no deudas porque tiene como cubrirlas en efectivo pero hay otras personas que con chequera en mano, tarjetas de crédito o prestamos incurren en terribles gastos llegando a tener deudas, que prácticamente lo pueden dejar en la calle. Por otro lado el sentimiento de la época y la saturación comercial de una sociedad de consumo como en la que vivimos, les lleva a muchos a subirse al carro del consumismo y endeudarse. Para una gran mayoría e incluyendo cristianos, este mes es fiesta aun endeudándose, pero... ¿cómo estará halla en febrero del próximo y feliz año nuevo? De seguro con las deudas, aparecerán los temidos prestamistas o bancos y entonces su feliz año nuevo de diciembre se le vuelve en un amargo año nuevo. Generalmente los deudores vienen a reaccionar con las consecuencias de sus hechos y hasta entonces reflexionan... “si alguien me lo hubiese dicho antes”...

Justo aquí es donde entran a jugar un papel decisivo los consejos, aprendérselos y sobretodo, ponerlos en practica, es sin duda la mejor estrategia para vivir libre de deudas y feliz no solo en diciembre, sino por el resto de la vida, generación tras generación. Por ello me permito sugerirte una docena de consejos para este mes:
  1. Supere los impulsos de comprar y consumir
  2. Pare de endeudarse
  3. No involucre a sus familiares
  4. Defina prioridades
  5. Espere descuentos, promociones y similares
  6. No mienta a sus acreedores, no cometa irregularidades
  7. No le tenga miedo a la verdad
  8. Actúe racionalizando y priorizando su dinero.
  9. Obre en unidad con su cónyuge
  10. Ahorre
  11. Negocie con inteligencia
  12. No se pierda la vida, involucre en todo a Dios.

Si reflexionamos bien que significa estar por terminar un año contra todo lo que esperamos de la vida, caemos en cuenta que 365 días o 12 meses, no son suficientes para lograrlo. Por lo tanto, debemos esforzarnos por vivir lo que tenemos por delante, 52 nuevas semanas. Y para asegurarnos un año de victoria en nuestra vida, debemos extendernos a lo que viene por delante tomando en cuenta... No alejarnos de la presencia de Dios.

Cuando el pueblo de Israel llegó a la frontera de la Tierra Prometida, antes de cruzar el río Jordán, Dios les dio un consejo, Josué 3:3..4 “3 y mandaron al pueblo, diciendo: Cuando veáis el arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y los levitas sacerdotes que la llevan, vosotros saldréis de vuestro lugar y marcharéis en pos de ella, 4 a fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir; por cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora por este camino". Nadie de los que estamos leyendo este mensaje hemos pasado por tan siquiera un segundo del comienzo de un año nuevo. Es un camino completamente nuevo, por eso, así como el pueblo debía marchar detrás del arca con la presencia de Dios, así también cada uno de nosotros debe extenderse al año que está por delante siguiendo cada día a nuestro Señor Jesucristo.

Ese año nuevo debemos realizar las promesas de bendición que Dios tiene para nosotros. ¿Qué no conoce ni una?... Lea esta: Salmo 68:19 “Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios el Dios de nuestra salvación.” Es esperanzador el leer y apropiarse de esta promesa acerca de las bendiciones preparadas por Dios para cada día a favor de sus hijos. Para Dios no hay día de asueto para no bendecir a su pueblo. Ese año nuevo debemos enfrentarlo, confiando en el cuidado de Dios

La protección de Dios la necesitamos a diario. Cuando Dios le habla a su pueblo del cuidado que de ellos tiene, les dice en Deuteronomio 11:12 “…tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin.” Los que vivimos en países violentos, con altos índices de homicidios y extorsiones, sabemos lo que significa el cuidado de Dios sobre nuestra vida y la de nuestra familia. Debemos entrar a un nuevo año encomendándonos a la protección de Dios. Ese año nuevo debemos enfrentarlo confiando en la provisión de Dios Para muchos que vivimos en países pobres, entrar a un nuevo año es entrar a la lucha por sobrevivir y proveer para las necesidades básicas como son techo, alimento, trabajo, salud y educación. De allí la confianza que debemos tener en un Dios proveedor. Son muchas las promesas para confiar en la provisión de Dios, pero leamos únicamente dos:
  • Salmo 34:10 “Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; Pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.”
  • Salmo 37:25 “Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan.”

A pesar de las dificultades económicas que muchos tuvimos que enfrentar este año, una cosa es cierta: Aquí estamos, no perecimos de hambre, la mano de Dios nos sustentó y su Espíritu nos dio aliento. Estamos por entrar a un año nuevo y si usted todavía se conduele de este año, una cosa haga: olvídese de lo que queda atrás y extiéndase a lo que está por delante. No se aparte del camino de Dios, siga en pos de su presencia, propóngase crecer y servir a Dios más que el año anterior y confíe su vida y la de los suyos al cuidado de Dios. Enfrente este diciembre con nueva mentalidad lo que viene, para que en 2012 tenga el mejor año de su vida. Amen.

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