Derrotemos La Envidia


Proverbios 27:4 "Cruel es la ira, e impetuoso el furor; mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?"


La palabra envidia procede del latín "invidere", que significa "mirar con malos ojos".  La envidia se define cortamente como el rencor o resentimiento al ver el éxito del otro. Al definir ampliamente la envidia, podemos hacerlo de diferentes maneras:

a) La envidia es sentir tristeza o pesar por el bien ajeno. De acuerdo a esta definición lo que no le agrada al envidioso no es tanto algún objeto en particular que un tercero pueda tener sino la felicidad en ese otro. Entendida de esta manera, es posible concluir que la envidia es la madre del resentimiento, un sentimiento que no busca que a uno le vaya mejor sino que al otro le vaya peor.
b) En otra acepción, la envidia se puede encuadrar dentro de la emulación o deseo de poseer algo que otro posee. Siendo en este caso que lo envidiado no es un sujeto sino un objeto material o intelectual. Por lo tanto en esta segunda acepción la base de la envidia sería el sentimiento de desagrado por no tener algo y además de eso el afán de poseer ese algo. Esto puede llegar a implicar el deseo de privar de ese algo al otro en el caso de que el objeto en disputa sea el único disponible.
c) Otra posibilidad para comprender lo que la envidia implica sería la combinación de las dos acepciones mencionadas anteriormente. Cualquiera sea el caso, la envidia es un sentimiento que nunca produce nada positivo en el que lo padece sino una insalvable amargura.
d) Otra definición de envidia, es que el envidioso cuenta mentiras sobre la persona a la que envidia o las cosas que tiene, para poder tenerlas, en ocasiones la envidia puede hacer que el envidiado muera a manos del envidioso.

En mi vida pastoral he notado que la envidia es "el problema más común que nadie tiene".  No recuerdo ni una sola vez que haya venido una persona a decirme: "Pastor ore por mí porque soy envidioso..."  Tampoco me imagino hacer un llamado al altar "pasen todos los envidiosos que vamos a orar por ustedes..." Cuando sientes envidia es porque quizá a otro le fue como tú querías que te fuera a ti. Otro obtuvo la posición en la empresa que tu deseabas, otra se caso con el hombre que tu amabas, otra familia pudo disfrutar de las vacaciones que tu anhelabas, otro lo tiene todo tan fácil, cuando tu, por todo has tenido que luchar. La envidia no es solo el deseo de tener lo que otros tienen o de poseer lo que otro poseen; si no el tener coraje o disgusto que la otra persona lo tenga o lo posea.

Todos en algún momento tenemos la tentación de envidiar a alguien. Ya sea a través de una palabra consciente o un simple pensamiento, la envidia es algo con lo que todos luchamos diariamente. Algunos ejemplos de pensamientos envidiosos pueden ser:
·    "Mario se acaba de comprar un BMW nuevo, blanco, full extras, ¿Cómo lo estará pagando?
·     "Silvia obtuvo el diez y yo era quien lo merecía."
·  "El Pastor se compró una nueva camisa, a la moda, de seguro se esta robando los diezmos”.

La envidia es un "resentimiento o rivalidad por el éxito, los logros y ventajas que otros logran, aun cuando estos sean bendiciones de Dios". No es una rivalidad o resentimiento por una maldad, por un abuso, por un crimen o un robo.... sino rivalidad  y resentimiento  por un éxito, por algo bueno que alguien mas tiene, por un logro, por un triunfo. La envidia nos hace pensar, actuar y hablar en una forma absurda, es como cuando escuchas una conversación entre un grupo de mujeres, que al ver que una amiga a perdido mucho peso, dice una de ellas a las otras "se ve enferma". Cuando alguien llora durante un servicio y dice alguien: "puro show". Le empieza a ir bien  a alguien: "de seguro esta lavándole el dinero a otro". Lo peor, es que la persona envidiosa, no solo se obsesiona con lo que le pertenece a otro, sino que menosprecia lo suyo.  La envidia es lo que hace que uno vea lo de los demás; en vez de verse a uno mismo. Tú no vas a resolver los problemas hablando de otros, sino que enfrentándote contigo mismo. Hay cosas que Dios te quiere dar a ti, pero por estar de envidioso, mirando y codiciando lo de tu vecino, no estas atento para recibirlo.  Te pierdes de las bendiciones que Dios tiene para ti, cuando te ocupas de lo que Dios le esta dando a tu vecino.  Dios tiene lo tuyo. Romanos 13:13..14"Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestios del Señor Jesucristo..."

La envidia ha estado presente desde el comienzo de la humanidad:
-Caín mató a su hermano Abel por envidia. "Porque sus propias obras eran malas, y las de su hermano justas".
-Raquel tuvo envidia de Lea porque ella tenía hijos.
-También los hermanos de José tuvieron envidia de él y lo vendieron como esclavo.
-La envidia lleva a Saúl a perseguir a David.
-Los fariseos se molestaban y perseguían a Jesús, no porque era un ladrón o criminal como lo era Barrabás, sino porque era bueno, porque sanaba, porque comía con los publicanos, porque hacia milagros y resucitaba a muertos.  Por envidia, lo llevaron a la cruz.

Eclesiastés 4:4"He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo". Esto es un hecho, te va pasar.  Todo lo que se hace con excelencia...va provocar envidia. Cuando eras empleada del montón, eras una de las tantas comadres; ahora que eres supervisora, eres una creída". Existe un dicho popular: “No pueden ver ojos bonitos en cara ajena”. Por todo hasta aquí expuesto sobre la envidia, muchas personas frenan su desarrollo exitoso, evitándose por si mismas llegar a lograr las victorias y conquistas que tiene para ellos y es a partir de esta reflexión que surge mi pregunta: ¿Vas a detener la bendición de Dios en tu vida sólo porque a otros les despierta envidia?. ¡No!, tu no debes detenerte, te has de comportar como Dios manda y vas a ver lo que Dios hace con tu vida. Porque tu debes ser lo que Dios dice que eres... triunfador, victoriosa, bendecido, exitosa... eres hijo de Dios. Cuando Dios te bendiga, quizá a algunos les va a dar envidia.  Antes en el mundo eras del montón, ahora en Cristo Jesús la cosa a cambiado, la gente hablara de ti. Antes cuando descuidabas tu casa nadie hablaba de ti, ahora que  peleas por tu matrimonio y tu familia, por tu trabajo... todos te criticaran. La Bendición de Dios despertara envidia... “...Y todos los pozos que habían abierto los criados de Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de tierra."

Los envidiosos echarán tierra a tus pozos. Trataran de tapar tus pozos, de apagar tu gozo, empezaran a hablar mal de ti, de cuestionarte, te criticaran. El envidioso reparte veneno donde quiera que va, levantando odio y rebelión. Trata de que se le considere el mejor y el mayor, no por sus propios esfuerzos de excelencia, sino disminuyendo el valor de los esfuerzos de los demás. Aun cuando digan No Vas A Poder, SI vas a poder, este año derrotemos la envidia, permite contarte: Juan hoy adulto mayor; desde que era un niño, su madre continuamente le decía “No vas a poder” cada vez que emprendía algo nuevo. El lo recuerda y lo tiene mucho más presente, hoy que es padre de familia y que su madre ya no está. Cada vez que las condiciones de vida, trabajo o familia varían y lo obligan a un cambio, a nuevas estrategias, a realizar otro tipo de esfuerzos fuera de lo habitualmente rutinario; las palabras de su madre se hacen presentes... “No vas a poder” ha sido una declaración constante en su mente y en su vida. Cada vez que Juan debe iniciar algo nuevo, la sombra de la duda, el fantasma del fracaso, cobran vida a través de esta triste y penosa declaración que escuchó demasiadas veces en su vida desde que era un tierno niño.

Una sana advertencia con sabiduría, es una cosa. Pero cuando se trata de una declaración constante, enfermiza, que mina la autoestima y corrompe los cimientos de la confianza y el valor… es una daga clavada en lo más íntimo del alma. Cuántos de nosotros hemos sido y aún hoy lo somos como Juan, portadores sin quererlo ni merecerlo del fracaso de otro! ROMPE LAS CADENAS HOY... Este año ¡SÍ VAS A PODER!, VENZAMOS LA ENVIDIA.

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