Dios Y El Descanso

¿Sabían ustedes que Dios también descansa? El hecho de que Dios descansa nos demuestra la importancia del descanso para nuestras vidas. Lo invito a leer Génesis 2:1..3

Al finalizar su obra de creación, la Biblia dice que Dios descansó. El descanso es algo tan importante que hasta Dios mismo lo hace, creando así un ritmo para nuestra existencia de trabajo y descanso. Al ver que Dios descansa, descubrimos una realidad básica que se manifiesta una y otra vez a través de la Biblia.

Este principio del descanso apareció bajo el pacto con Israel, conocido como el pacto de Moisés. Moisés fue el instrumento que Dios usó para establecer este pacto con su pueblo, el pueblo de Israel.

Recordamos que Dios había llamado a su pueblo a ser diferente de todos los demás pueblos. Una de las marcas de esa diferencia era el día de descanso que El les mandó tomar.

Ninguno de los pueblos vecinos de Israel descansaba el día sábado. Al observar que ellos lo hacían, entonces, se vería la importancia que tenía para el pueblo de Israel ese tiempo apartado por su Dios. Sería una marca distintiva del pueblo de Israel.

Nosotros en nuestra era, observamos como día de descanso el domingo, no el sábado. La observancia del día sábado era específicamente para el pueblo de Israel; esto lo deja claro Exodo 31:15..17.

La Iglesia primitiva reconoció que, cuando Jesús resucitó, Dios había terminado una obra aun más grande que la obra de creación; por este motivo, empezó a celebrar el domingo como su día de descanso. En varios lugares, el Nuevo Testamento deja claro que ya no estamos bajo la obligación del sábado Colosenses 2:16 es un ejemplo: "Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo". (Lo anterior sin animo de polemizar)

  • Cada quien necesita descanso físico

Ya planteamos que no estamos bajo la obligación del sábado, pero eso no anula la necesidad que Dios ha creado en nosotros de descansar un día de cada siete.

Como nota curiosa comparto lo siguiente: Durante los primeros años de la Unión Soviética, se introdujo una semana de diez días. La idea era que la gente sería más productiva si sólo descansaba un día de cada diez, en lugar de cada siete.

Lo interesante es que estas personas que pretendieron cambiar el ritmo que Dios creó para la vida humana fracasaron. El experimentó no fue exitoso, porque la producción bajó. Tuvieron que regresar a la semana tradicional de siete días.

Dios nos ha creado con la necesidad de descansar. Cuando no descansamos apropiadamente, las consecuencias para nuestra salud pueden ser desastrosas. El descanso es algo bueno, porque Dios mismo lo hizo.

Conozco y se de creyentes que trabajan siete días a la semana y me pregunto: ¿Por qué sienten la necesidad de hacerlo? ¿Será que Dios es incapaz de suplir sus necesidades con seis días de trabajo? Creo que Dios es capaz de hacer que nuestros cinco o seis días de trabajo alcancen, sobre todo si se lo pedimos.

Cuenta la historia de un hombre encontró a Esopo (el que se hizo famoso por sus fábulas con moraleja), jugando con unos niños en la plaza. ¿No debería usted de dedicarse a cosas más importantes? -le preguntó al fabulista.

Antes de responder, Esopo tomó un arco, le soltó la cuerda y lo colocó en el piso. Explíqueme lo que significa este arco, -dijo Esopo. El hombre se quedó desconcertado y Esopo le explicó: Si el arco está constantemente tenso, con el tiempo se romperá. En cambio, si se deja suelto, estará preparado para usarse en el momento deseado.

Así somos nosotros. Si estamos constantemente bajo presión, con el tiempo algo se descompondrá en nosotros. Nos hacen falta esos momentos de descanso, para relajarnos. Jesús mismo practicó esto; aunque El estuvo muy ocupado, encontramos estas palabras a sus discípulos en Marcos 6:31: "Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco". Todos iban a un lugar de descanso.

Tenemos que separar tiempo para estar aparte, para estar con nuestra familia, con nuestros amigos, con Dios.

¿Lo estás haciendo? Si no estás separando tiempo regularmente para descansar y para recrearte, pregúntate: ¿por qué no?

¿Es porque te estás afanando por lo material? ¿Es porque simplemente no has organizado tu uso del tiempo? ¿Es porque no has reconocido la importancia de hacerlo? Dios te dio el ejemplo al descansar después de su obra de creación.

Sin embargo, el descanso físico aunque es esencial, no es suficiente. Hay algo más.

  • Necesitamos descanso espiritual

Tenemos cuerpo, alma y espíritu. Nuestro cuerpo necesita una clase de descanso; nuestra alma necesita otra clase, que es la diversión. Nuestro espíritu también necesita descanso. De hecho, el descanso espiritual supera las otras clases de descanso.

Dice Mateo 11:28..29: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas

La vida sin Jesús resulta en pesadas cargas para nuestro corazón. Para algunos, esas cargas serán cargas de culpa por los pecados que cometen tratando de encontrar la satisfacción. Para otros, serán las cargas de la falsa religión, de los requisitos imposibles que imponen las religiones o iglesias legalistas.

Jesús te invita, si estás cansado y agobiado, a hallar descanso en El. Conociendo su presencia en tu vida, su perdón de tus pecados y sus promesas para tu futuro encontrarás descanso para tu alma y espíritu. El descanso no viene, como algunos piensan, de no tener ningún cargo ni responsabilidad. Viene al llevar el yugo de Jesús, pues su yugo es fácil y soportable.

Jesús te invita que para tu descanso deposites toda, lee bien, toda la carga en El, para que lo entiendas mejor lo de toda, permite contarte:
Un hombre iba con su carreta por la carretera cuando observó a un señor anciano caminando a la orilla de la calle con una pesada carga de leña. Movido por compasión, se detuvo para ofrecerse a llevarlo. Agradecido, el señor se subió a la caja a la carreta y los dos siguieron por su camino.

Al rato, el conductor vio para su sorpresa, que el anciano que había recogido aún cargaba
sobre sus hombros la pesada carga de leña. El boyero le preguntó al pasajero: Señor, ¿por qué no pone la leña junto a usted? El hombre respondió: ¡Bastante favor me haces con llevarme a mí! ¡Sería demasiado pedirte que también cargaras mi leña en el camión!

Si tú has aceptado a Cristo como tu Señor y Salvador, pero aún insistes en cargar con las preocupaciones y el afán de tu vida, estás cometiendo el mismo error.

Deja tus cargas con Cristo, porque El es bastante fuerte para llevarlas. Deposita en El toda tu ansiedad, porque El se interesa por tu bienestar. El te dará descanso para tu alma.

Si somos fieles a Jesucristo, confiando en El y siguiéndole, habrá un reposo eterno. No estoy hablando de lo que muchas veces se nos ocurre cuando pensamos en la muerte, es decir, dejar de existir. No es el reposo de no hacer nada.

Es, el descanso de la persona que sabe que ha terminado su trabajo y ahora puede disfrutar de sus resultados. De la misma manera en que Dios pudo descansar de su trabajo de creación y decir que era muy bueno.


Dios descansó después de su obra de creación. No ignores la importancia de descansar también. ¿Es parte de tu vida el descanso? ¿Estás descansando en Cristo? Dios descansó y te invita a ti a hacerlo también.

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