La cultura que vivimos en la actualidad, junto
con su desmedido culto a la belleza, habla a las niñas y las mujeres, e igual a
niños y hombres, comenzando desde la infancia.
Nos bombardean por todos lados: televisión, películas,
música, revistas, libros, anuncios, internet, etc. Pintan una imagen de lo que
realmente importa para ellos y sus negocios e insisten en la belleza: la
belleza física.
En los cristianos nuestra atención por la
apariencia externa se remonta al Génesis 3:6 “Y vio la mujer que el árbol era
bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para
alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió…” ¿Que atrajo a Eva del
fruto?
Eva vio que el fruto era bueno, agradable a la
vista y deseable para tener sabiduría, la fruta tenía un atractivo funcional
puesto por Satanás: era bueno para comer; era deseable para obtener sabiduría e
igualmente era agradable a la vista, físicamente atractivo. Logró que la mujer
valorara la apariencia física.
El problema no fue que el fruto fuera bello,
Dios lo había hecho así. Tampoco que Eva lo disfrutara y apreciara la belleza
de la creación de Dios. El problema era que ponía énfasis no debido en la
apariencia externa y la prioridad puesta en el atractivo físico se convirtió en
el modelo aceptado para todos los seres humanos.
Desde ese momento, ella y su marido se vieron
sus cuerpos físicos a través de diferentes ojos. Se volvieron conscientes y
avergonzados de sus cuerpos que habían sido divinamente formados por un creador
amoroso. Trataron de encubrir sus cuerpos temerosos de verse defectos.
El engaño de que la belleza física debe ser
estimada por encima de la belleza del corazón, el espíritu y la vida, deja
tanto a los hombres como a las mujeres sintiéndose poco atractivos,
avergonzados e irremediablemente defectuosos.
Se podría preguntar, ¿cuánto mal puede hacer el
poner un valor excesivo en la belleza física externa? Es lo que creemos lo que determina,
en última instancia, el cómo vivimos.
Si creemos algo que no es verdad, tarde o
temprano actuaremos sobre esa mentira; creer y actuar sobre la mentira nos
lleva a la esclavitud.
La comparación, la envidia, la competitividad,
la promiscuidad, las adicciones sexuales, los trastornos alimentarios, el
vestido inmodesto, el comportamiento coqueto y muchas actitudes más conforman la
lista de actitudes y comportamientos arraigados en una visión falsa de la
belleza.
¿Qué puede liberar a las mujeres y hombres de
esta esclavitud?
Sólo la verdad puede vencer las mentiras que
hemos creído. La Palabra de Dios nos dice la verdad sobre la naturaleza
transitoria de la belleza física y la importancia de perseguir la belleza
interior duradera:
- · Proverbios 31:30 "Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada"
- · 1 Pedro 3:3…5 "Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos"
Estos versículos no enseñan, como algunos
podrían pensar, que la belleza física es pecaminosa o que es erróneo prestar
atención a nuestra apariencia exterior. Eso es un engaño similar a la mentira
que pone un énfasis excesivo en la belleza externa.
En ninguna parte la Escritura condena la
belleza física o sugiere que la apariencia externa no importa. Lo que se
condena es estar orgullosos de la belleza dada por Dios, prestar atención
excesiva a la belleza física o atender a asuntos físicos, mientras se descuidan
las cosas del espíritu.
Una de las estrategias de Satanás es que nos
movamos de un extremo a otro.
En nuestras sociedades actuales, manifiestan
una creciente aversión a la limpieza, el orden, el atractivo en el vestido y la
apariencia física.
Hace un tiempo atrás, fui llamado a una iglesia
tradicionalista a celebrar un matrimonio, ya para terminar la ceremonia pedí a
ambos novios acariciar el rostro del que ahora ya era su cónyuge y le dijera
tan bella era, menudo problema me busqué y todo por malas interpretaciones
bíblicas.
Me gusta decirles a las mujeres cristianas:
Dios te hizo una mujer. Acepta Su regalo. No tengas miedo de ser femenina y
añadir belleza física y espiritual al lugar donde Él te ha puesto. Eres una hija
de Dios. Eres parte de la novia de Cristo. Tú perteneces al rey, eres realeza.
Vestirse y comportarse de una manera que refleje su alta y santa vocación. Dios
te ha llamado fuera del sistema de este mundo, no dejes que el mundo te
presione en su molde. No pienses, vistas o actúes como el mundo; Tu belleza
física es el reflejo de tu belleza interior, déjala fluir de adentro hacia
afuera, que otros vean la diferencia que Él hace en su vida. Piensa, compórtate
y has todo decentemente y en orden.
La mujer cristiana, debe tratar de reflejar la
belleza, el orden, la excelencia y la gracia de Dios a través de su persona
exterior e interior.
La esposa cristiana tiene aún más razones para
encontrar el equilibrio adecuado en este asunto. La "esposa virtuosa"
de Proverbios 31:22 es físicamente apta y bien vestida: “ella se hace tapices;
De lino fino y púrpura es su vestido”. Ella es un cumplido para su marido. Si
una mujer se viste de una manera descuidada y descuidada, si no se preocupa por
su aspecto físico, ella refleja negativamente a su marido (y a su Novio
celestial).
Además, si ella no hace ningún esfuerzo para
ser físicamente atractiva para su marido, puede estar seguro de que otra mujer
por ahí estará en fila para llamar su atención.
Cuando el apóstol Pablo escribió a Timoteo
acerca de cómo debían estar las cosas en la iglesia, tomó tiempo para tratar la
manera en que se visten las mujeres. Sus instrucciones muestran el equilibrio
entre la actitud interior del corazón de la mujer y su atuendo y conducta
externa.
Pablo exhorta a las mujeres, "En cuanto a las mujeres, quiero que ellas se vistan decorosamente,
con modestia y recato, sin peinados ostentosos, ni oro, ni perlas ni vestidos
costosos. Que se adornen más bien con buenas obras, como corresponde a mujeres
que profesan servir a Dios" 1 Timoteo 2:9…10 NVI
Las palabras traducidas "decorosamente"
y "modestia" en este texto significan "ordenado, bien dispuesto,
decente"; Hablan de "arreglo armonioso".
La apariencia exterior de la mujer cristiana es
el reflejar de un corazón que es humilde, puro y bien ordenado; su ropa y sus
peinados no deben distraer ni llamar la atención sobre sí misma al ser extravagante,
extremo o indecente. De esta manera refleja la verdadera condición de su
corazón y su relación con el Señor y hace que el Evangelio sea atractivo para
el mundo.
Dios ha dado a la mujer belleza, el acentuarla,
ordenarla, engalardonarla, cuidarla y gozarla, no es pecado, nuestro Dios es un
Dios de balances y no de extremos, toca a la mujer y al hombre cuidar que estas
expresiones sean dentro de marco de la decencia y el orden.
Todo debemos hacerlo decentemente y con
orden. La
palabra decentemente significa con decoro, con dignidad, orden, arreglo,
armonía.
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