Nos centramos en una tendencia emergente en el
contexto de la violencia doméstica: el uso de la tecnología para facilitar el
acoso y otras formas de abuso.
Las encuestas con 152 defensores de la
violencia doméstica y 46 víctimas muestran que la tecnología, incluidos
teléfonos, tabletas, computadoras y sitios web de redes sociales, se usa
comúnmente en el acoso de la pareja. La tecnología se usó para crear un sentido
de la omnipresencia del perpetrador y para aislar, castigar y humillar a las
víctimas de violencia doméstica. Los perpetradores también amenazan con
compartir contenido sexualizado en línea para humillar a las víctimas. El acoso
facilitado por la tecnología debe ser tratado como una ofensa grave y se deben
desarrollar prácticas efectivas, políticas y respuestas legales a estas medidas
debemos agregar la iglesia en su misión de ser luz en este mundo.
Las investigaciones han demostrado que el 73%
de las mujeres en todo el mundo han sufrido abuso en línea.
La violencia doméstica es un problema en el
mundo. La investigación muestra que la abrumadora mayoría de los delincuentes
son hombres y las víctimas son mujeres.
Es necesarios que los entes incidentes en la
conducta social adopten posturas firmes contra la violencia doméstica,
centrándose principalmente en la prevención de las formas físicas de abuso. Por
ejemplo, que los gobiernos y las iglesias unidas implementasen una campaña
destinada a reducir la violencia doméstica contra las mujeres y sus hijos. Otro
aspecto podría tener como objetivo el mejorar la respuesta del sistema de
justicia penal a la violencia doméstica.
Algo ya se ha hecho en la prevención y combate
de la violencia domestica tradicional, pero lo que falta en estas estrategias
es un enfoque en la violencia doméstica facilitada por la tecnología. Esta es
una forma de violencia doméstica que brinda a los abusadores una forma
generalizada de controlar, coaccionar, acechar y hostigar a sus víctimas.
Incluye una gama de comportamientos. Esto
incluye enviar mensajes de texto o correos electrónicos abusivos, realizar
llamadas telefónicas amenazantes continuas, espiar y monitorear a las víctimas
mediante el uso de sistemas de seguimiento, abusar de las víctimas en las redes
sociales y compartir fotos íntimas de la víctima sin su consentimiento hecho
conocido como "venganza porno".
Se está volviendo un hecho cotidiano un ejemplo
bien publicitado de violencia doméstica facilitada por la tecnología como es la
publicación imágenes desnudas compartidas sin consentimiento del expuesto.
En la actualidad y con la facilidad del acceso
al internet, creo que no existe sociedad alguna que no haya experimentado un
abuso facilitado por la tecnología. Cinco de las plataformas tecnológicas y en
línea más usadas por los abusadores son:
* teléfonos inteligentes (82%);
* teléfono móvil (82%);
* redes sociales (82%);
* correo electrónico (52%);
* Seguimiento GPS (29%).
Otros estudios destacan además que la violencia
doméstica facilitada por la tecnología es frecuente y tiene importantes
implicaciones en el "mundo real". Por ejemplo, en una revisión de los
homicidios por violencia doméstica ocurridos entre 2000 y 2012, el Equipo
australiano de Revisión de Muertes por Violencia Doméstica de NSW observó que
la tecnología comúnmente se usaba para acechar, monitorear y controlar a sus
parejas mientras la relación era sostenida y cuando esta se había finalizado.
Esto demuestra el
concepto erróneo de que los comportamientos de
acoso generalmente solo se manifiestan después de que la relación ha terminado.
A nivel internacional, las Naciones Unidas, en
su informe de 2015 "despertar", estimaron que el 73% de las mujeres
en todo el mundo han sufrido abusos en línea. El informe también instó a los
países a reconocer que el abuso en línea puede ser tan dañino como la violencia
física y tiene consecuencias negativas para todas las sociedades en general y
daños irreparables para niñas y mujeres en particular.
Dada la fácil obtención de los dispositivos de
comunicación digital, no es de extrañar que algunas personas estén haciendo un
uso indebido de la tecnología para abusar y hostigar a sus parejas íntimas
actuales o anteriores. El desafío es desarrollar formas de enfrentar ese abuso.
Desafortunadamente, el abuso facilitado por la
tecnología ha recibido poca o ninguna atención en las iniciativas
gubernamentales dirigidas a enfrentar la violencia doméstica. Por ejemplo, la
Estrategia contra la Violencia Doméstica no menciona la violencia doméstica
facilitada por la tecnología.
En varios países existen leyes federales y
estatales que pueden tratar algunas formas del abuso digital, por ejemplo,
ofensas de acoso o el uso de un servicio de internet para amenazar y acosar a
alguien. Pero es necesario que haya una respuesta nacional coordinada con todos
los actores sociales, en lugar de un mosaico de leyes como en muchos casos
existe.
Esto es especialmente cierto dada la naturaleza
sin fronteras de Internet. Esto permite a los abusadores atravesar las barreras
geográficas para llegar a sus víctimas a través del uso de la tecnología.
También es evidente que es necesario que haya
iniciativas no legales que se centren en la responsabilidad del perpetrador y
desafíen las actitudes de culpabilización de las víctimas. A menudo la policía
le devuelve la responsabilidad a la mujer abusada y le dice que debería dejar
de visitar Facebook o usar dispositivos.
Las víctimas de violencia doméstica han de
tomar medidas preventivas adicionales mediante como apagar el GPS y el wi-fi
cuando no sea necesario; mantenerse alejado de las redes sociales: Twitter,
Facebook, Instagram; lo que sea, y recuerde que el perpetrador estará
monitoreando los sitios de su familia y amigos para verlo donde sea que esté,
por lo tanto, asegúrese de que los niños hagan lo mismo.
A las víctimas y sus hijos no se les debe decir
que abandonen sus comunicaciones digitales. En cambio, el enfoque debería ser
hacer que los abusadores rindan cuentas. Decirle a la víctima que abandone su
presencia en línea efectivamente desconecta a las mujeres, lo que marca Internet
como un espacio más dominado por los hombres. El objetivo debería ser evitar
que los perpetradores sigan abusando de las víctimas mediante el uso de la
tecnología y en última instancia, cambiar la actitud de culpar a las víctimas.
La respuesta cristiana a la violencia doméstica
comienza con la Palabra de Dios. Un hombre es la cabeza o autoridad, de su casa
(Efesios 5:23; 1 Pedro 3:1). Con esto viene la responsabilidad de ganarse el
respeto de su familia y la comunidad. Recordemos que el abuso infantil es
también fuertemente condenado por Dios. Aunque la disciplina es importante,
debe ser su propósito corregir y dirigir al niño a la justicia, no como una
manera de sacar la ira injustamente. "Y vosotros, padres, no provoquéis a
ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del
Señor." (Efesios 6:4).
Las víctimas de la violencia doméstica
necesitan ser protegidas, hasta ser trasladadas temporalmente a un lugar seguro
si es necesario. Si una esposa está siendo abusada por su marido, necesita
separarse de él mientras él recibe tratamiento por su violencia.
Dios condena el abuso, pero ¿y la iglesia?, cada
uno respóndase; pero lo que, si es cierto, es que el abuso y la violencia se
alimentan en la oscuridad. Hay que admitir que existe el abuso y exponerlo a la
luz. Hemos estado demasiado dispuestos a permitir que los pecados secretos
existan. La sanidad se encuentra al exponer los pecados a la luz.
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