Tres Mujeres Y Una Lección



La historia se ubica cuando los jueces gobernaban la tierra, cuando la familia de Elimelec, impulsada por el hambre, emigró a la tierra de Moab. Allí una tragedia alcanzó a la familia. Noemí primero quedó viuda, muere Elimelec; más tarde mueren sus dos hijos Mahlón (esposo de Rut) y Quelión (esposo de Orfa) quedando solamente con sus dos nueras, Orfa y Rut. Para que finalmente, Noemí decide regresar a su tierra al saber que no había más hambre en Judá acompañada de Rut y Orfa sus nueras.

Hay tristeza en las tres mujeres, las tres han quedado viudas, sin embargo, en Noemí aún es más grande ya que no solamente pierde a su esposo como en el caso de Rut y Orfa, ella ha perdido a sus dos únicos hijos también y sin embargo todavía le queda espacio para preocuparse por sus nueras por lo que podría pasar con ellas.

Así comienza una sugestiva platica: “Andad, volveos cada una a la casa de su madre; Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo. Os conceda Jehová que halléis descanso, cada una en casa de su marido" (Rut 1:8…9).

La relacion existente entre suegra y nueras es ejemplar, la preocupación por ellas es tal que incluso les habla de un futuro matrimonio alguien que pueda cuidarles nuevamente, nótese que enriquecedor es todo esto, primero reconoce lo buenas esposas que fueron y lo buenas que habían sido y seguían siendo con ella hasta ese momento no les pidió más simplemente las despide y las anima a regresar y dice más adelante "luego las besó.", no fue un simple beso, habla de un amor grande de Noemí hacia sus hijas (nueras) de una tierna despedida; sin embargo no deja de sorprendernos la reacción de ellas al no quererla dejar. (En el tiempo en el que se ubica esta historia los hijos o hijas se casaban y al quedarse con la familia del esposo o esposa eran tomados como hija o hijo también, por eso vemos esta relación entre Noemí con sus nueras) 

Noemí estaba consciente de su futuro, de la soledad a la que se enfrentaría, pero era más fuerte la preocupación por ellas que su propio bienestar. "Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos, ¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿Habíais de quedaros sin casar por amor a ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí. " (Rut 1:12, 13).

Orfa decidió que era correcto regresar y se despidió de su suegra regresó a su pueblo y a sus dioses, no se vuelve a mencionar nada de ella en las escrituras. El beso y la partida de Orfa contrastan con la actitud de Rut, que se queda con su suegra, aun cuando esta la exhorta a irse "He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella" (Rut 1:15).

Pienso que Rut estaba consciente del futuro, Noemí era una mujer mayor que requeriría cuidado en muchos aspectos y Rut está dispuesta a sacrificar su bienestar, tal vez la posibilidad de volverse a casar, para pasar el resto de sus días cuidando de su suegra.

Y la contestación no se hace esperar y a través de sus palabras trasmite un inmenso amor: "No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aún me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos" (Rut 1:16).

La contestación de Rut nos plantea el gran amor, respeto y responsabilidad que siente por su suegra. El ejemplo de Noemí, su vida y su fe en el único Dios (en oposición a la mayoría de los Moabitas que eran idolatras) había tenido efecto en Rut.

La respuesta debió darle paz y apoyo a Noemí en esos momentos tan devastadores, sin embargo, ha de haber sorprendido a Noemí, puesto que sin decir más siguieron su camino hasta Belén.

A la llegada la población se conmovió por lo acontecido a Noemí y se preguntaban "¿No es esta Noemí?" Habían pasado muchos años y más el dolor, infringieron gran cambio en Noemí y ella contesta: "No me llaméis Noemí (placentera), sino llamadme Mara (amarga); porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso. Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías."

Los recuerdos de tiempos felices oscurecían la bendición de ver a una hija en Rut, falla muy humana y comprensible. Noemí no podía saber en esos momentos cuánto iba a significar Rut para ella, por eso su expresión “me ha vuelto con las manos vacías”.

Frecuentemente las dificultades o problemas parecen tan grandes para nosotros, al grado de no permitirnos ver las bendiciones que el Señor nos envía y que está a nuestro alcance poder encontrar alivio o respuesta a nuestras muchas dudas, pero nos gana el "pobrecito de mi" o "por qué a mí".

Noemí no tenía idea de la bendición que sería Ruta a su vida, descrita como mejor que 7 hijos (Rut 4:15) y ni Rut tenía idea de la recompensa por su fidelidad mostrada no solamente a su suegra sino a Dios cuando pronuncia “Tu Dios será mi Dios” (Rut 1:16).

Si leemos el libro de Rut que son cuatro capítulos cortos, nos da, primeramente, una enseñanza de amor y lealtad grande “no me ruegues que te deje” … hemos podido demostrar esa lealtad a los que amamos, al grado de sacrificar nuestro propio yo por el cuidado a los demás, se entiende que Rut era una mujer joven (Rut 3:10).

Dios es un Dios de orden y cuando estas dos mujeres llegaron ya todo estaba listo para ellas, pero tenían que dar el primer paso, qué hubiera pasado si Rut no se esfuerza en salir a espigar, la que conocía y pertenecía a la población era Noemí, que hubiera pasado si ella no hubiera aceptado quedarse entre las criadas como se lo dijo Booz, ¿Yo con las criadas, cómo? y sin embargo ella sintió que hallo gracia delante de él y aún más ni siquiera cree llegar a la altura de las mismas criadas por ser ella extranjera.

Y que tal nosotros, a veces nos creemos merecedores de todo y cuando se nos asigna un trabajo o actividad determinada pensamos ¿Y por qué yo? que lo haga otro, para eso estudie… recuerden que tenemos un Creador que nunca se queda con nada, siempre nos recompensa, nos premia tarde que temprano.

Nada sucede por casualidad, Dios tiene todo bajo control. Recordemos que Rut era extranjera, Moabita y que abandono todo por seguir con su suegra Noemí y eso es notorio ante el pueblo "He sabido todo lo que has hecho con tu suegra...y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes" (Rut 2:11). Este pequeño detalle es algo que nuestro Señor Jesucristo nos pide "Cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo" (Lucas 14:33).

¿Podría existir tal relación hoy en día? y no estoy hablando meramente de nuera a suegra, sino de todos nosotros, tener verdaderamente ese espíritu de amor, paciencia y entendimiento, con el reconocimiento de que Jehová es quien otorga las cosas; estar en sumisión y obediencia a la voluntad de Dios. Veamos como lo expresa el Salmista: "¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!" (Salmos 133:1).

La manera en que Noemí instruye a su nuera para prepararse en lavarse y ungirse Rut 3:3 nos da ejemplo de que manera debemos de presentarnos delante de nuestro Señor y Dios, limpios con olor fragante, solo para El.

Casi al concluir el libro de Rut nos da un amplio panorama de lo que significó ser leal, obediente, responsable, fiel y amoroso, por un lado, Rut es premiada, ella entra en la línea directa de nuestro Señor Jesucristo y Noemí se llena de gozo nuevamente.

Una historia que abarca más o menos once años. Y después de leer el libro podríamos preguntarnos ¿Y qué estamos haciendo nosotros? ¿Cómo podemos marcar la historia de nuestra propia vida, como lo hicieron Rut y Noemí?

La lección está ahí, al alcance de todos nosotros, solo es cuestión de tomar la iniciativa, tal y como lo hizo Rut.



No hay comentarios:

Publicar un comentario