Rudimentos Teológicos A saber Por Un Pastor (Parte 2) Por Saúl Guevara


2. Teología propiamente dicha (la doctrina de Dios)

Prácticamente podemos decir que solo hay dos tipos de teología cristiana, aquella que es centrada en Dios y la otra que es centrada en el ser humano.

Casi todas las iglesias reflejan uno u otro tipo de estas teologías. Lo que nos permite preguntarnos: ¿es mi iglesia más “teo-céntrica” o más “antropo-céntrica”? ¿Quién está en el centro del escenario?

El pastor fiel es el que conoce a Dios, que teme a Dios, que ama a Dios y que quiere auxiliar a otros a conocer a Dios cada vez más lo que requiere un estudio consciente y continuo de Dios, de la Trinidad, de los atributos de Dios, de la soberanía de Dios.

Pero también la voz de lo que decimos versus lo que hacemos o voz pragmática del espíritu del mundo de hoy, nos animará a ir a “lo práctico”, a centrarnos en “las necesidades reales” de la gente. Y en este sentido el dedicar horas a leer un libro como “La existencia y los atributos de Dios”, puede sentirse como una pérdida de tiempo imposible de justificar. Pero quizá sea precisamente lo que necesiten hacer muchos cristianos para salir de la mediocridad espiritual.

Reiteramos, el pastor fiel será alguien que conoce a Dios, que teme a Dios, que ama a Dios, y que quiere ayudar a otros a conocer a Dios cada vez más.
           
3. Antropología (la doctrina del ser humano, incluyendo la doctrina del pecado)

Podríamos decir que se fundamenta sobre la tesis expuesta por Thomas Boston (1676-1732) en su libro “La naturaleza humana en su cuádruple estado”, que distingue cuatro estados de la naturaleza humana:
·         La naturaleza humana inocente (Adán y Eva, antes de la Caída)
·         La naturaleza humana caída
·         La naturaleza humana regenerada
·         La naturaleza humana glorificada

Los cuatro estados son diferentes: Adán y Eva antes y después de la Caída; el ser humano antes y después de ser regenerado por el Espíritu Santo; y el ser humano regenerado antes y después de la glorificación.

La tesis de Boston puede parecer interesante pero poco práctica. Si el pastor entiende la idea de Boston, esta le proveerá un marco teológico desde el cual podrá ejercer su ministerio pastoral, pues en el centro de ese ministerio hay todo tipo de personas; todas ellas algunas son personas caídas y aun no regeneradas (o sea, espiritualmente muertas), o son personas regeneradas, pero todavía no glorificadas. Así, según la tesis de Boston, la teología resulta muy simple.

4. Soteriología (doctrina de la salvación)

La soteriología se trata de la doctrina de la salvación, pero en su sentido más amplio: desde la predestinación hasta la glorificación, pasando por el llamamiento, la justificación y la santificación. Según ella, pudiéramos resumir el ministerio pastoral en tres fines soteriológicos:
a.    Guiar a las personas perdidas hacia la justificación
b.    Ayudar a las personas ya salvas con su santificación
c.    Preparar a los santos para su glorificación

¿Qué aspecto del trabajo de los pastores no está relacionado con uno o más de esos fines? El pastor sabio se preguntará si ve su ministerio desde esa óptica soteriológica, hasta qué punto está ayudando a las personas a su alrededor con su salvación y cómo podría hacerlo mejor. Una visión soteriológica correcta salvará a muchos pastores de no ser más que trabajadores sociales religiosos.

5. Eclesiología (la doctrina de la iglesia)

El término pastor pertenece al área de la eclesiología. Y los pastores deben tener claro lo que enseña la Biblia sobre esta área de la teología sistemática.

¿Qué es la Iglesia universal, qué son las iglesias locales, cuál es la relación entre ellas y cuál es la base bíblica de ambas? ¿Cuáles son las características de una iglesia verdadera? ¿Quiénes pueden (y deben) ser miembros de una iglesia, cuáles son sus privilegios y responsabilidades? ¿Cómo se gobierna una iglesia local según la Biblia y dónde está el equilibrio entre la autoridad delegada por el Señor en el conjunto de los miembros y la autoridad delegada por estos en los pastores? ¿Cuáles son las ordenanzas instituidas por el Señor de la Iglesia y en qué consiste su administración correcta? ¿Qué motivos requieren la aplicación de la disciplina bíblica y cómo se debe aplicar?... Estas son algunas de las preguntas que los pastores deben estar preparados para contestar. Muchas iglesias hoy están enfermas por una eclesiología débil.

6.    Escatología (la doctrina de las últimas cosas)

Lo más importante aquí no es a qué escuela pertenezcan nuestros pastores. Lo más importante es el glorioso hecho de la futura venida de Cristo; el consuelo y la esperanza que se derivan de ese hecho; el efecto santificador que la escatología bíblica debe tener sobre las vidas de los creyentes y las implicaciones de la escatología para el urgente cumplimiento de la gran misión de la Iglesia de dar a conocer a todo el mundo el maravilloso mensaje acerca de la salvación en Jesús.

En otras palabras, el fin de la escatología bíblica no es en absoluto avivar la curiosidad de nadie o tenernos obsesionados con la búsqueda de posibles cumplimientos proféticos en las noticias de cada día, sino el doble reto de la santificación y la evangelización. O sea, vivir hoy a la luz del mañana. Es en ese sentido que todo pastor fiel debe tener un ministerio escatológico.

Para cerrar, volvemos a la aseveración de que todos los pastores deberían ser teólogos; todos deberían dedicar tiempo a profundizar en esos diferentes tipos de teología mencionados arriba, comenzando con una buena teología bíblica y siguiendo con las demás teologías, para poner los pilares de un ministerio fiel y útil.

Y en cuanto a la teología sistemática, los pastores deberían tener muy claro qué es y cómo es la Biblia; ser creyentes y pastores más teo-céntricos que antropo-céntricos; ver y pastorear a todo tipo de personas desde la perspectiva de la antropología bíblica; ver todos los aspectos de su labor pastoral en términos soteriológicos; cultivar y enseñar una robusta eclesiología bíblica y elevar la mirada tanto de creyentes como de no creyentes hacia el Rey que viene pronto, para que el futuro transforme al presente.

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