O Eres Pastor O Eres Político – Por Saúl Guevara

 

Mateo 6:24 NVI "Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro o querrá mucho a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a la vez a Dios y a las riquezas"

 El hombre que ha sido llamado verdaderamente por Dios a pastorear sus ovejas es a tiempo completo. No está mal que un cristiano esté involucrado en algún partido político si no es alguien que ha sido llamado por Dios para pastorear la iglesia.

 Los cristianos en un país democrático tienen la oportunidad de votar y hay muchos cristianos temerosos de Dios en todo el mundo, que Dios ha escogido para ejercer carreras políticas. Pero, es un grave error que pastores pierdan de vista el mandato de Cristo (Mateo 28:18…20) y se desvíen del trabajo a tiempo completo de formar discípulos. Eso es un mandato que todo verdadero pastor debe tomar en serio.

 Problemas en el ejercer político siempre habrá y el hombre que ha sido llamado por Dios entiende que su responsabilidad delante de Él es el de ser apto para la enseñanza, 1 Timoteo 3:2, su única exclusividad es la de saber gobernar no la casa del gobierno de su país, sino la de gobernar la iglesia de Cristo.

 Alguien que dice ser pastor y al mismo tiempo quiere ser político, está claro que evitará proclamar toda la verdad de Dios, de lo contrario tendrá graves problemas con su partido político.  Ante problemas como; el aborto, la guerra, el gobierno, la homosexualidad, el papel de la mujer, etc., si él es un “pastor político”, no hablará con claridad para explicar lo que dice la Biblia acerca de esas cuestiones.

 Por conveniencia los “pastores políticos” usan versículos de la Biblia fuera de contexto para justificar su participación en la política. Un pastor verdadero nunca evitará temas políticamente incorrectos; él siempre hablara claramente acerca de la verdad bíblica, ya sea popular o no, si el ajuste es “apropiado” o no, a tiempo y fuera de tiempo.

 Un pastor verdadero se ha comprometido a dos cosas en su ministerio: el mandato de la iglesia de Cristo (Mateo 28:18…20) y su prioridad dada por Dios, entendiendo los ministerios corrientes, Evangelista, pastor, maestro (Efesios 4:11…16). “El pastor es llamado en la tierra para hacer discípulos no miembros de derechas o izquierdas.”

 A continuación, apunto cinco razones para qué un pastor no se involucre en política.

 1. El ejercicio de la política demanda tiempo y energía

 La tarea principal del pastor es la de pastorear las ovejas de Dios. Un pastor debe hacer todo lo posible para aprovechar el tiempo (Salmo 90:12; Efesios 5:16), es un encargado, escogido por el Señor para la administración de su verdad en la iglesia y tendrá que dar cuenta al Señor.

 Su participación en la política lo distrae (1 Corintios 3:12…15; 4:1…5). Simplemente no puede pastorear eficazmente a su pueblo cuando él está tratando de ser eficaz en la política. Nadie puede servir a dos señores.

 2. La política demanda de una actitud combativa para una causa común o resistirse a un enemigo común


 
Cuando sectores políticos adoptan una posición similar en un tema como por ejemplo el aborto, la homosexualidad, etc. para unir voces y tener una mayor influencia, esa actitud combativa implica compromisos que oscurece los contrastes y acentuar algún terreno en común. El espíritu de actitud combate, ya sea favor o en contra de algo, es todo lo contrario de lo que la Biblia exige de un pastor, ser un hombre de profunda convicción bíblica (Tito 1:9).

 Hombres de Dios de convicción bíblica son perjudiciales para causas políticas comunes, especialmente para aquellos que son indiferentes al evangelio.

 3. Los cambios políticos, son superficiales y temporales

 Las reformas de una generación o de una administración cambian rápidamente. Cuando alguien que dice ser pastor pasa mucho tiempo reuniéndose y mantiene su atención por causas políticas, quedará en arenas movedizas, los vientos serán cambiantes, ante el flujo y reflujo de la tendencia política.

 El evangelio de Jesucristo sin embargo es la base de la verdad inalterable, que muestra el camino de la salvación eterna. Eso es lo que toda persona necesita, así como el pastor y la congregación por igual.

 4. Participar en la política puede confundir fácilmente el mensaje de la iglesia.

 Muchos creyentes están totalmente confundidos, es fácil pensar que por causa de Cristo va a ganar algún partido o aprobar alguna legislación, o la defensa de causas sociales. El mensaje de la Iglesia es que los pecadores puedan ser reconciliados con un Dios santo (2 Corintios 5:20…21). Dios envió a su Hijo amado para redimir al caído, al quebrado, al condenado, a moribundos, para convertir a sus enemigos en sus amigos, a adoptar y amarlos como parte de su familia, recibirlos en su reino.

 Alguien que dice ser pastor y está participando en la política, debilita y confunde este mensaje.

 5. El compromiso con lo político se convierte en campo enemigo que detiene la misión de la iglesia

 Las campañas políticas son claros ejemplos. Impulsadas con armas carnales, donde cada lado demoniza al otro, empleando la más nítida y a veces hasta repugnante argumentación. Ese no es el mandato de la iglesia.

 En cambio, “Que vuestra conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada persona.” (Colosenses 4:6). Esa gente por ahí en ese ambiente puede ser el peor de los pecadores, ya sabes, tipos de activistas, como erais algunos de vosotros. Y, sin embargo, Dios te lavó, santifica, y justificados en el nombre del Señor Jesucristo y el Espíritu de Dios (1 Corintios 6:9-11).

 El mundo es enemigo de Dios, como una vez fui yo o usted (Efesios 2:1…3), pero ellos tienen que ser reconciliados con Dios, como usted lo ha sido (Efesios 2:4…10). El mundo es nuestro campo de misión y no la consecución del gobierno.

S.A.G. – 16 – OCT – 2023


 


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