Cuando Dios Dice Aguarda – Por Saúl Guevara

 

Salmo 27.14: “Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová”.

 Conocer los principios bíblicos es necesario para caminar en los pasos de Dios como Él desea. Uno de los principios más importantes es obedecer al Señor y dejar todas las consecuencias en sus manos. Hay otro igual de importante el cual nos enseña a esperar por el tiempo del Señor.

 Obedecer a Dios no solo implica hacer su voluntad, sino también obrar en su tiempo y de la forma que nos exhorta hacerlo. Para mantenernos en el centro de la voluntad perfecta de Dios, debemos evitar adelantarnos a su tiempo.

 No siempre es fácil esperar en el Señor, no fallaremos si le dejamos guiarnos de acuerdo a su tiempo. Si nos adelantamos, caeremos en problemas. Antes de tomar una decisión rápida y avanzar, en vez de esperar en el tiempo de Dios, prestemos atención a las palabras del Salmo 27.14: “Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová”.

 El tiempo de Dios no solo es bueno, sino perfecto. Él es omnisciente y conoce cada aspecto del pasado, del presente y del futuro. El Señor ve cada área de nuestra vida; conoce todas nuestras necesidades y deseos. Sabe lo que es mejor para nosotros. Su plan divino para nuestra vida es perfecto y cumple su buena voluntad.

 En cambio, casi siempre estamos apurados para obtener lo que deseamos. Como poseemos un conocimiento limitado, debemos orar y esperar a que el Señor nos muestre el camino a seguir. Pero, en nuestra prisa por avanzar, casi siempre tomamos decisiones sin pedirle a Dios que nos muestre su tiempo perfecto para ese aspecto de nuestra existencia.

 Sin embargo, el Señor ha provisto todo lo que necesitamos para obedecerlo. Al bautizarnos, su Espíritu vino a morar en nosotros para siempre y una de las responsabilidades del Espíritu Santo es guiarnos de acuerdo a la voluntad y a la Palabra de Dios.

 El Espíritu Santo nos advierte acerca de los caminos equivocados y nos exhorta para que hagamos lo correcto, pues no tenemos la capacidad para tomar decisiones sabias por nosotros mismos.

 Cuando Dios dice que debemos aguardar, eso es exactamente lo que desea que hagamos. Así que debemos aprender a escucharlo y a seguir su dirección, en vez de tomar nuestras propias decisiones.

Si aprendemos a escucharlo, estaremos listos para oírle cuando necesitemos ser guiados en situaciones difíciles. Él promete que contestará nuestras oraciones y dirigirá nuestro andar; aunque a veces debemos aguardar a que nos muestre el camino.

 Hay requerimientos para esperar en Dios, veamos:

       Fe.

Si comprendemos quien es Dios, confiaremos en Él, pues sabe más que nosotros y su tiempo siempre es perfecto. Hace lo que es mejor para nuestra vida, de acuerdo a su conocimiento y sabiduría. Nos invita a pedir, buscar y llamar en oración; promete respondernos a su tiempo perfecto.  Debemos pensar que, si su respuesta no llega de manera inmediata, significa que no nos dará lo que le hemos pedido. Por el contrario, tenemos que recordar el poder, la sabiduría, el amor y el conocimiento de Dios, confiar en que tiene el control de toda situación y que nos dará lo que es bueno. Si su provisión no llega inmediatamente, es porque no la necesitamos, o porque no es bueno para nosotros, o no es el tiempo de recibirla.

       Paciencia.

El Salmo 37.7 enseña: “Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres…”. Esperar puede causar ansiedad e impaciencia, más cuando pareciera que Dios no hiciera nada. Sin embargo, debemos recordar que nos ama y ofrece dirección, provisión, ayuda y fortaleza durante el tiempo de espera. Cuando David fue ungido como rey de Israel siendo aún adolescente, no sabía que tendría que esperar más de doce años para que esa promesa se hiciera realidad. Lo que parecía como un tiempo perdido era parte del plan que Dios tenía con su vida. El Señor no estaba perjudicando a David con el retraso, lo estaba ayudando.

       Valentía.

Cuando una oferta nos parece buena, se requiere de gran valor para esperar en Dios, pues quizás tendremos que rechazarla. Aunque los demás no comprendan nuestra decisión, si esto no está de acuerdo al tiempo y a la voluntad del Señor, no debemos tomar la decisión equivocada. No podemos entender las dificultades que tendremos que enfrentar si avanzamos en desobediencia, en vez de esperar con paciencia y valor hasta que Dios nos muestre el camino.

       Determinación.

Como la influencia de otros tiene un efecto en nuestra vida, se requiere de fortaleza para esperar en el Señor. Aunque la situación parezca buena, si el Espíritu Santo nos advierte, debemos cambiar de parecer para obedecerlo y no dejarnos guiar por los consejos de otras personas.

       Fortaleza.

Si nos sentimos tentados a adelantarnos a Dios, debemos recordar que el Todopoderoso es la fuente de nuestra fuerza y quien provee el poder que necesitamos para esperar con paciencia.

       Perseverancia.

Si el Señor nos llama a esperar, necesitamos perseverar para mantenernos firmes cuando otros den sus opiniones y sugerencias sobre lo que debemos hacer.

 Aunque el mundo está lleno de ofrecimientos tentadores y muchos se apresuran para decirnos cómo debemos vivir, solo hay un Ser superior al que debemos escuchar, y es el Señor. Nuestra responsabilidad es obedecer y dejar las consecuencias en sus manos. Andar en la voluntad de Dios es la mejor decisión que podemos tomar. Aunque no recibiremos todo lo que anhelamos de acuerdo con nuestros planes, no nos perderemos las bendiciones del Señor, las cuales sí concuerdan con el tiempo y la voluntad de Dios.

 Por tanto, en todo momento debemos buscar la sabiduría de Dios en oración, mientras esperamos por su dirección y observamos cómo obra en nuestra vida.

S.A.G. – 18 – FEB – 2024

 


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