Satanás Al Ataque – Por Saúl Guevara

  

1 Juan 2:16 "Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo"

 La Biblia enseña que Dios le permite a Satanás una cierta cantidad de libertad (Job 1:12), sin embargo, esa libertad siempre es limitada. Satanás no puede hacer todo lo que desea. Satanás escoge atacar a los hijos de Dios (1 Pedro 5:8), y su plan es siempre perverso; Satanás es un homicida (Juan 8:44). En cambio, el propósito de Dios al permitir ciertos ataques satánicos, siempre es bueno; Dios ama a sus hijos (1 Juan 4:16).

 El enemigo no tiene nada nuevo, generalmente utiliza tres pasos en su plan de ataque contra nosotros. Se trata del mismo plan que utilizó para tentar a Jesús en el desierto en Mateo 4:1…11. Este hecho nos dice que, si bien el enemigo puede ser poderoso, también es predecible. Veamos sobre esos pasos:

 1.    Hacer que anhelemos algún tipo de gratificación física hasta el punto de obsesionarnos con ello.

 Estas cosas pueden ser las drogas, el sexo, el alcohol, vestuario, posesiones o la comida. Satanás tentó a Eva con el fruto, el cual “era bueno para comer” Génesis 3:6 NVI. Satanás tentó a Jesús con pan mientras Él estaba en ayuno. (Mateo 4:3…4, NVI)

 Satanás nos tienta con cualquier sentido físico que nos preocupe demasiado, ya sea el gusto, el olfato, el oído, el tacto o la vista. Dios dice que nuestros sentidos son buenos. Él nos los dio para disfrutarlos dentro de sus límites. Pero aventurarse fuera de la intención de Dios con los sentidos, se convierte en un intento de satisfacer nuestras necesidades lejos de la voluntad de Dios. No podemos culpar a Dios por lo que Satanás hace. Nuestra vulnerabilidad a los ataques satánicos comenzó con la elección de Adán para seguir las sugerencias mentirosas de Satanás en el jardín del Edén.

 2.    Hacer que queramos adquirir cosas hasta el punto de inclinarnos ante el dios del materialismo.

 El objetivo es mantenerlos distraídos haciendo que sus ojos deseen más y más cosas. Satanás tentó a Eva llamando su atención a aquello “que tenía buen aspecto” (Génesis 3:6 NVI). Satanás Le mostró a Jesús los reinos del mundo y Le dijo que Él podría tenerlos todos. (Mateo 4:8…10 NVI)

 Satanás nos muestra las cosas llamativas más nuevas, más grandes y supuestamente mejores de este mundo, tratando de atraernos para que pensemos que debemos tenerlo. Nos tienta a pensar que con ello estaríamos satisfechos. Esto me hará feliz. Y luego esas cosas se desgastan, se descomponen, envejecen y revelan que las cosas materiales son temporales. Cuando Satanás atacó a Job por medio de la pérdida de su familia, sus riquezas y la salud, Job no culpó a Dios. Fíjese lo que dice Job 1:21…22: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno".

 3.    Hacernos jactanciosos de lo que tenemos o hacemos.

 Satanás tentó a Eva prometiéndole un conocimiento mayor, el cual supuestamente la haría ser más como Dios. (Génesis 3:4…5 NVI). Satanás tentó a Jesús diciéndole que se tirara del punto más alto del templo y ordenara a los ángeles que lo salvaran. (Mateo 4:5…7 NVI).

De la misma manera, Satanás nos tienta a que tratemos de ser superiores a los demás. Erróneamente creemos que debemos convertirnos en algo que el mundo considera digno. Esto crea una necesidad dentro de nuestra carne para que las personas nos reconozcan, nos elogien, nos veneren y acaricien nuestro orgullo. Entonces nos atrevemos a jactarnos de todo lo que somos.

 En la medida que los creyentes experimentemos los ataques de Satanás, podemos confiar en la verdad de Romanos 8:28, "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…" Por lo tanto, la suposición es que vamos a experimentar cosas "buenas" y cosas "malas", pero "todas" estas cosas se pueden hacer para ayudar a fines "buenos" mientras Dios obra en medio de eso. Aquí es donde debemos parar y recordarnos a nosotros, que no tenemos por qué ser rehenes de Satanás. Ya conocemos sus planes y trampas. Y el poder del enemigo es nada en comparación con las promesas liberadoras de Dios.

 Existe una gran diferencia entre la respuesta de Eva a Satanás y la respuesta de Jesús a Satanás. Eva dialogó con Satanás y le permitió tejer su telaraña enmarañada de justificaciones. Sin embargo, Jesús, citó versículos de Deuteronomio en respuesta a cada tentación: “Está escrito...” e inmediatamente le cerró el camino a Satanás con la verdad de Dios.

 ¿Cuál será nuestra respuesta?... La decisión es nuestra.

 Decisión tras decisión, paso a paso, ¿operaremos con la verdad poderosa de Dios o permitiremos que Satanás nos enrede en sus mentiras?

 1 Pedro 5:8, Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. (NVI)

 1 Juan 2:14…15, "Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno. No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él"

 ¿Cuál parte del plan de Satanás te afecta más? Dedícate hoy a pasar tiempo en oración, pidiéndole al Señor que te guie hacia la Escritura que puedes utilizar para luchar contra tus tentaciones.

 Y recuerda: Satanás no puede leer tu mente, platica con Dios en silencio, usa tu mente y traza tu plan de resistencia.

S.A.G. – 03 – MAR – 2024

 


 

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