El que no es contra nosotros… - Por Saúl Guevara (Estudio No. 835)

 


En estos dia en que los católicos han electo su jefe superior, he leído y visto de mis hermanos evangélicos una cantidad enormes de opiniones unas justas y verídicas y otras ofensivas, mentirosas y venenosas; y también he visto ataques a hermanos evangélicos de diferentes denominaciones tan solo porque no se expresan como ellos se expresan. Preocupado solicite a Dios, Jehová único y verdadero, me diese discernimiento sobre que escribir este domingo de ahí la razón de este estudio, el cual invito a leer:

 Marcos 9:38…41 NVI “—Maestro —dijo Juan—, vimos a un hombre que expulsaba demonios en tu nombre y se lo impedimos, porque no es de los nuestros. —No se lo impidan —respondió Jesús—. Nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor de nosotros. Les aseguro que cualquiera que les dé un vaso de agua en mi nombre por ser ustedes de Cristo no perderá su recompensa”

 El rechazo expresado por los discípulos ante los anuncios que Jesús les había hecho sobre la necesidad de su muerte y resurrección, provocaron una cadena de fracasos que se recogen en este capítulo. Primero la incapacidad de los discípulos de echar fuera el demonio de un muchacho (Marcos 9:18), luego la discusión que mantuvieron en el camino acerca de cuál de ellos sería el mayor (Marcos 9:34), y ahora los hallamos expresando un espíritu sectario que nuevamente mereció la desaprobación del Señor.

 Asi, encontramos a el Señor contestando una pregunta de mucha importancia: ¿Hasta qué punto debemos recibir a alguien que hace cosas en su nombre pero que no nos acompaña? Como ya hemos señalado, los discípulos se negaron a recibirle, pero ¿cuál fue la postura de Jesús? ¿Qué opinará el Señor acerca de las modernas divisiones en denominaciones en las que se agrupan los cristianos de hoy día y que con frecuencia defendemos parecidos a Juan?

 ·         "Uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue"

No tenemos mucha información acerca de este hombre. Solo sabemos que echaba demonios en el nombre de Jesús y que no iba con el grupo de los apóstoles. Notemos que en ningún momento se pone en duda el hecho de que realmente echaba fuera los demonios. No se trataba aquí de un falso exorcista como los hijos de Esceva que Pablo encontró en Éfeso (Hechos 19:13…16). Por lo tanto, era alguien que estaba siendo usado por el Señor para liberar a las personas del poder de Satanás. No se hace mención de que estuviera enseñando alguna falsa doctrina o que viviera en pecado. Por la referencia que el Señor hizo más tarde de él, podemos pensar que con toda se trataba de un creyente, y no uno de esos exorcistas a los que Jesús condenó (Mateo 7:22…23).

 ·         "Se lo prohibimos, porque no nos seguía"

La actitud de los discípulos deja claro que ellos se sentían orgullosos de contar con el monopolio absoluto de Jesús. Cuando los apóstoles fueron enviados a predicar, el Señor les dio poder y autoridad sobre los demonios (Marcos 6:7). Esto los llevó a pensar que ellos tenían la exclusiva y que eran los únicos colaboradores en la obra del Reino. Y cuando vieron a alguien que no era de su grupo haciendo lo que ellos hacían, creyeron que era inapropiado y trataron de impedírselo. No estaban dispuestos a reconocer a nadie que no perteneciera a su propio grupo.

 Veamos cómo se manifiesta este espíritu sectario. La clave está en por qué los discípulos le prohibieron que siguiera echando fuera demonios: "él no nos seguía". El pasaje nos deja con la impresión de que lo que realmente desagradó a los discípulos fue que el hombre no les seguía "a ellos". Todo este asunto era realmente triste. Hacía poco los mismos discípulos no habían podido echar fuera el demonio de un muchacho (Marcos 9:17…18), pero ahora querían impedir que este hombre, que obraba en el nombre de Jesús, hiciera lo que ellos no habían logrado. Y esta no era la forma de hacer progresar la obra del Señor. Desgraciadamente esto sigue siendo así. ¡Cuán a menudo criticamos a otros por los éxitos que no podemos conseguir nosotros mismos!

 ·         "Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis"

La postura del Señor quedó clara: Él no admitía el espíritu sectario de los discípulos. Moisés enfrentó un caso similar cuando un joven vino diciéndole que Eldad y Medad estaban profetizando en el campamento en lugar de hacerlo junto a los otros en el tabernáculo y Josué le dijo que los impidiera. Moisés respondió: "¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos" (Números 11:25…29).

 Desgraciadamente, a este espíritu intolerante debemos algunas de las páginas más negras de la historia de la iglesia.

 ·         "Ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí"

El Señor dijo que aquel hombre estaba con Él en espíritu, ya que echaba fuera los demonios en su nombre y que lógicamente, hablaría bien de Él. Está es la clave para entender la respuesta de Jesús: el hombre estaba actuando de acuerdo con lo que el nombre de Jesús significaba. Cuando Pablo escribió su primera carta a los Corintios, estableció un principio similar para determinar quiénes actuaban verdaderamente por el Espíritu Santo: "Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo" (1 Corintios 12:3). Según Pablo, obrar por el Espíritu implicaba aceptar las implicaciones doctrinales y prácticas que el nombre de Jesús tiene.

 Por otro lado, no hay garantías de que todo aquel que obre en el nombre de Cristo, cuente con la plena aprobación del Señor en todo lo que hace. Para nosotros sigue resultándonos curioso que alguien que echaba fuera demonios en el nombre de Jesús no estuviera con ellos. Y, de hecho, el Señor no dijo nada acerca de esto. Pero no debemos olvidar que será el mismo Señor en su venida quien juzgará toda cuestión de lealtad y obediencia (Marcos 8:34…38). Este asunto no les tocaba decidir a los discípulos.

·         "Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es"

La cuestión de fondo es con quién se asocia alguien en el servicio al Señor. Por la forma en la que los discípulos se referían al que no iba con ellos, parecía que más que hermano y colaborador, lo consideraban como un enemigo y opositor. El Señor les enseña que debían considerarle como alguien "de los nuestros", entre los cuales el Señor también se incluía.

 ·         "Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto no perderá su recompensa"

El Señor les dice que cualquiera que procure servirle, por insignificante que su servicio parezca, no quedará sin recompensa. Esto ponía en evidencia que la actitud de los discípulos hacia aquel que echaba los demonios en el nombre de Cristo no había sido la correcta. Notemos también que para el Señor no hay ningún servicio insignificante, que pase desapercibido o que quede sin recompensa. La lógica de lo que el Señor estaba diciendo es que Él considera que un vaso de agua dado a una persona porque es de Cristo, lo consideraría como ofrecido a Él mismo. Todo esto nos recuerda que para el Señor nuestros hermanos son muy importantes, igual que lo que hacemos por ellos.

 Y tú… ¿Cómo actuaras?

 S.A.G. - 11 – MAY – 2025

(Estudio No. 835)

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