Primero, déjame que te aclare los términos para que
podamos hablar con propiedad. El abuso sexual puede producirse con o sin
contacto físico; y cuando hay contacto físico, cabe que sea con o sin acceso
carnal. Si se produce con violencia o intimidación, entonces es cuando se
convierte en agresión sexual. ¿Sabes qué significa ¿abuso sexual? Es cuando un
niño o un niño es engañado, forzado u obligado a participar en actividades
sexuales para el placer de la persona abusiva. ¿Sabes qué es la ¿agresión
sexual? Es una conducta que ocurre cuando el abusador y la víctima son adultos.
El cristiano debe denunciar el abuso sexual:
1) Porque es la ley (en el caso de menores) y bíblicamente
debemos someternos al gobierno que Dios ha puesto sobre nosotros para ejercer
Su justicia;
2) Porque como cristianos se nos pide que defendamos al
oprimido y vulnerable;
3) porque al hacerlo desanimamos a otros posibles
ofensores; y,
4) porque al denunciar al ofensor le proveemos la
oportunidad de ver su pecado por lo que es y arrepentirse.
Deuteronomio 22:25…27 puede bien describir una agresión o
abuso sexuales de acuerdo con las normas de hoy día, dependiendo de la edad del
abusado. En él vemos que la violación, de acuerdo con la ley de Dios en el
Antiguo Testamento, era un crimen a la par con el homicidio. No era el tipo de
asunto resuelto con el prójimo, como el hacer restitución por la pérdida de un
burro o buey (Éxodo 21:33…36). A pesar de que la ley del Antiguo Testamento ya
no aplica a los creyentes hoy día y nadie debe asumir el asesinar a agresor
sexual, el pasaje todavía expone la naturaleza seria del abuso sexual y
establece el precedente para denunciar la ofensa y llevar al ofensor delante ante
una corte para justicia.
Las Escrituras mandan la denuncia en caso de abuso y
agresión sexual. Romanos 13:1…5 exhorta a los creyentes a someterse a las
autoridades de gobierno. Las razones que Pablo ofrece son:
- ·
Teológicas:
porque Dios, en Su soberanía, ha ordenado tal autoridad sobre nosotros,
- ·
Lógicas:
porque por medio de esa autoridad, Dios venga a los que sufren ofensas y
- ·
Prácticas:
porque al obedecer esa autoridad, los creyentes evitan la ira de Dios sobre sí.
Denunciar tal incidente es un medio por el cual nos
sometemos a la autoridad de Dios al someternos al gobierno que Él ha puesto
sobre nosotros. Esta es la manera cómo ponemos el castigo del ofensor en las
manos de Dios en vez de las nuestras. Por último, francamente, al hacerlo así
también evita que seamos considerados culpables y recibamos el castigo bajo la
ley por haber permanecido en silencio.
Proverbios 31:8…9 exhorta a los creyentes a defender a
los que no pueden defenderse. Este pasaje no es muy conocido, por lo que vale
la pena citarlo completo, antes de nuestra breve discusión: “¡Levanta la voz
por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos! ¡Levanta
la voz, y hazles justicia! ¡Defiende a los pobres y los necesitados!”
Este es uno de muchos pasajes que hablan del deseo de
Dios por que Su pueblo proteja al oprimido y se asegure de que reciben
justicia.
En el caso de abuso sexual, las víctimas probablemente
han sido forzadas a guardar silencio y someterse. Necesitan un defensor que
hable en nombre de ellos. Denunciar el abuso a la policía es una manera de
hacer esto. El alcance de este pasaje y su llamado a defender a otros, va más
allá de los eventos particulares del caso conocido de abuso sexual. El abusador
puede tener otras víctimas en el pasado, en la actualidad, o en el futuro.
Denunciar su conducta aborrecible también protege a estas víctimas en potencia.
Puede que la víctima necesite exhortación con compasión
para encontrar su voz y hablar con las autoridades acerca de su abuso, y
posiblemente un amigo que vaya con ellos y los afirme en este valiente acto de
fe.
1 Timoteo 5:20 exhorta a los creyentes a reprender
públicamente al pecador que no se arrepiente, por el bien de los demás. Afirma:
“A los que pecan, repréndelos en público para que les sirva de escarmiento.
Esta es una perspectiva que no escuchamos con frecuencia. Una reprensión en
público desanima a otros posibles ofensores al revelarles las consecuencias de
sus actos. En el caso del abuso sexual, denunciar la ofensa comunica que estos
asuntos son tomados en serio y tratados como corresponde. Si se riega la voz de
que un agresor sexual fue enjuiciado, desalentaría a otros predadores. En el
caso de una comunidad de fe, donde digamos que se descubrió que alguien en
posición de liderazgo abusó de su poder al agredir sexualmente a un miembro de
la congregación, denunciarlo a la policía comunicaría que tal conducta no es
propia de los creyentes, y no será tolerada.[9]
1 Corintios 5:1…5 exhorta a los creyentes a remover al
inmoral sexual de en medio de ellos. Pablo describe el proceso como un acto de
misericordia, en vez de uno de venganza o juicio. Afirma, respecto al miembro
no arrepentido de la congregación en Corinto, “entreguen a este hombre a
Satanás para destrucción de su naturaleza pecaminosa a fin de que su espíritu
sea salvo en el día del Señor”. En otras palabras, él debe enfrentar las consecuencias
por sus actos, en vez de recibir protección de adentro de la comunidad de fe,
con la esperanza de que finalmente él “abandone” su maldad y “reconozca su
pecado y se arrepienta”.
Romanos 12:17…19 habla de no buscar venganza ni pagar mal
por mal sino dejar lugar para la ira de Dios, pero ¿es esta una razón para no
denunciar el abuso sexual? Puede que haya escuchado historias de mal manejo de
acusaciones de abuso sexual, donde a los padres de una víctima se les dijo que
denunciar la ofensa sería un acto de venganza y que, en vez, ellos simplemente
debían de perdonar al ofensor. Sin embargo, como mencionamos anteriormente en
la discusión de Romanos 13:1-5, someternos a las autoridades de gobierno al
poner a alguien en las manos de la ley es poner la justicia en las manos de
Dios. Hacer lo opuesto es protegerlos de Su disciplina, y de una situación que
pudiera resultar en arrepentimiento.
S.A.G. - 1 – JUN – 2025
(Estudio No. 838)
Si deseas escribirnos, puedes hacerlo a:
igelrenuevo@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario