¿Existe La Ironía En Dios? - Por Saúl Guevara (Estudio No. 853)

 


Ironía: proveniente del latín ironia y a su vez del griego eirōneía, es un concepto complejo y se extiende más allá de una simple burla. Su significado ha evolucionado en la historia, enriqueciéndose con matices y usos diversos. En la antigua Grecia, la eirōneía se refería a una forma de fingimiento, a menudo utilizada en debates o discursos. El "eiron" era un personaje que se hacía pasar por ignorante o ingenuo para, con preguntas aparentemente inocentes, revelar la ignorancia o las contradicciones de su oponente.

 Con el tiempo, el término adquirió una connotación más cercana a la burla y el sarcasmo, manteniendo la idea central de una discrepancia entre lo que se dice y lo que se quiere dar a entender. En la literatura, se convirtió en una herramienta retórica, utilizada para criticar, satirizar o generar un efecto humorístico.

 ·         Tipos de Ironía:

 Ironía verbal: es la forma más común, en la que se dice lo contrario de lo que se piensa. Por ejemplo, decir "Qué buen día" cuando está lloviendo a cántaros.

Ironía situacional: se produce cuando hay una diferencia entre lo que se espera que suceda y lo que ocurre. Ejemplo sería un bombero al que se le quema la casa.

La ironía dramática: utilizada principalmente en la literatura y el teatro, se da cuando el público conoce información que los personajes desconocen, lo que crea una tensión dramática. Por ejemplo, en una obra de teatro, cuando el público sabe que un personaje está en peligro, pero él no.

Ironía cósmica o del destino: sugiere la existencia de una fuerza superior que se burla de los planes humanos y crea situaciones trágicas o irónicas. Por ejemplo, un atleta que se lesiona justo antes de la competición tras haber entrenado toda su vida para los Juegos.

 ·         La ironía puede utilizarse con diferentes fines:

 Humor: La ironía es una fuente inagotable de humor, permitiendo expresar ideas de forma ingeniosa y divertida.

Crítica Social: A través de la ironía se pueden denunciar injusticias o criticar comportamientos sociales sin ser directamente confrontativo.

Reflexión: La ironía puede impulsar la reflexión sobre temas complejos, obligando al receptor a pensar más allá de lo literal.

Énfasis: Al decir lo contrario de lo que se piensa, se puede enfatizar una idea o sentimiento.

 Es importante destacar que la ironía depende en gran medida del contexto y la capacidad del receptor para interpretarla.

 ·         Ironía en la Biblia

Nos es difícil imaginarnos por un momento el ver a Dios sentado en un sillón orquestando irónicamente parte de la historia sagrada, casi que no podemos imaginar al Creador de todas las cosas, sentado en su templo, gozando como hace que la historia de giros que nadie esperaba. Pero ¿de verdad hay ironía en la Biblia? ¡Sí, sí la hay!... De hecho, hay varias, y si aprendemos a verlas, podríamos interpretarla en maneras que no lo hemos visto antes. Hagamos un intento:

 ·         Éxodo 1

Jacob y su familia llegaron a Egipto por el hambre, y se establecieron ahí. Pasaron muchos años, siglos de hecho, y el faraón de turno ya no conocía a José ni recordaba lo que había pasado con Israel. Pero ahora Israel era todo un pueblo, y dice el texto que crecieron y se hicieron poderosos en la tierra de Egipto. Entonces al faraón se le ocurre una estrategia: “Vamos a someterlos, vamos a hacerlos nuestros esclavos para evitar que sigan multiplicándose y fortaleciéndose”. Suena como una buena estrategia, pero entonces el texto dice literalmente: “Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y más se extendían, de manera que los egipcios llegaron a temer a los hijos de Israel”. Ahí es cuando les digo que tenemos que aprender a ver la ironía en el texto. Podemos comenzar a imaginarnos a Dios con una pequeña risita burlona.

Ante el fracaso el faraón diseña una segunda estrategia: “Que las parteras que atienden a las hebreas maten a todos los varones que nacen. Así evitaremos que se sigan multiplicando y fortaleciendo”. Parece una buena estrategia, pero casualmente entre todas las parteras de Egipto, escogieron a Sifra y a Puá, que casualmente temían a Dios, y no obedecieron la orden del faraón. El Faraón llama a las parteras: “¿qué pasa? ¿por qué no están matando a los niños?” – “Es que las hebreas son más robustas y fuertes, y dan a luz antes de que lleguen las parteras”– respondieron las parteras. Literalmente el texto dice: “Y Dios favoreció a las parteras; y el pueblo se multiplicó y llegó a ser muy poderoso”. Ya podemos ver a Dios con una risa. Pobre faraón: las cosas no le salen como esperaba.

 Finalmente, al Faraón se le ocurre una última estrategia: “Todo varón recién nacido será echado al Nilo”. Ya no es labor de las parteras; ahora todos tienen que obedecer y echar al Nilo a los recién nacidos. Ahí acaba el capítulo uno. Parece que esa estrategia sí va a funcionar: el pueblo de Dios no va a poder continuar multiplicándose, hasta que en el capítulo dos aparece un bebé al que se le da un nombre interesante: Moisés. ¿Por qué se llama Moisés? Porque fue sacado de las aguas. El Faraón está satisfecho con su última estrategia que no puede fallar, pero lo que no sabe es que Dios estaba usando esa estrategia para levantar al libertador de Israel, Moisés. Podemos imaginarnos la sonrisa de faraón pensando que lo logró, y Dios riéndose en los cielos.

 Eso es ironía, y se vuelve como una ventana para ver con mayor nitidez el poder, la sabiduría y la gloria de Dios.

 ·         La ironía del Evangelio

Ironías hay muchas en la Biblia como: Las ironías en los jueces, como Sansón matando a los filisteos; la ironía en Samuel al escoger a David como rey; la ironía en Ester de Dios protegiendo a su pueblo del exterminio. Necesitamos entrenarnos para ver la ironía de Dios, pero no hay una mayor ironía que necesitemos ver que la ironía del Evangelio.

 "Hermanos, consideren su propio llamamiento: no muchos de ustedes son sabios, según criterios meramente humanos; tampoco son muchos los poderosos ni muchos los de noble cuna. Pero Dios escogió lo tonto del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos. También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es nada, para anular lo que es, a fin de que en su presencia nadie pueda jactarse. Pero gracias a él ustedes están unidos en Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: «Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe en el Señor". 1 Corintios 1:26…31 NVI

 No es sino a través de la ironía de la salvación, (la ironía del Evangelio), que podemos ver la gloria de Dios y su hijo Jesucristo, y entonces podemos entender qué significa gloriarnos en Él. La gloria de Dios se ve a través de la ironía de Dios.

S.A.G. - 14 – SEP – 2025 (Estudio No. 853)

 

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