Los Cristianos Y La Ley Del “Ojo Por Ojo” Por Saúl Guevara (Estudio No. 856)

 


"Ojo por ojo, diente por diente" es una expresión que se refiere a la ley del Talión, un principio de justicia retributiva donde el castigo debe ser equivalente al daño causado. Este refrán, originado en la antigüedad con el Código de Hammurabi y posteriormente mencionado en la Biblia, se ha interpretado a lo largo de la historia como sinónimo de venganza. Sin embargo, su propósito original era establecer un castigo justo y proporcional, y no un ciclo interminable de venganza.

 La ley del “ojo por ojo” forma parte del conjunto de leyes que Dios otorgó a los israelitas a través de Moisés. También, es pertinente mencionar que Jesús hizo referencia a este tema en el Sermón del Monte (Mateo 5:38; Éxodo 21:24… 25; Deuteronomio 19:21). Según esta ley, la sanción impuesta a un individuo culpable de un delito debe ser proporcional a la gravedad del mismo.

 La normativa se aplicaba a aquellos que deliberadamente causaban daño a otros. En tales circunstancias, la normativa mosaica establecía: “Fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; la misma clase de defecto que le cause al hombre, eso es lo que se le debe causar a él” (Levítico 24:20).

 La legislación vigente en ese momento, conocida como la ley del “ojo por ojo”, no contemplaba la posibilidad de tomar represalias. Su función principal consistía en asistir a los jueces en la imposición de castigos apropiados, ni excesivamente severos ni indulgentes.

 Esta ley también servía como medida disuasoria para los que hicieran daño a otros de manera intencionada o estuvieran pensando en hacerlo. Como la Ley misma explicaba, quienes vieran cómo se aplicaba en la práctica la justicia de Dios tendrían miedo y nunca volverían a hacer ninguna cosa mala como esta: Deuteronomio 19:20: "Y los que quedaren oirán y temerán, y no volverán a hacer más una maldad semejante en medio de ti"

 Con el debido respeto, me permito formular la siguiente pregunta: ¿deben los cristianos seguir la ley del “ojo por ojo”?

 No, los cristianos ya no están obligados a seguir esta ley. Era parte de la Ley mosaica, que quedó anulada con la muerte de Jesús. Romanos 10:4: "porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree"

 En cualquier caso, es evidente que esta ley nos permite comprender la forma de pensar de Dios. Por ejemplo, se puede citar el Salmo 89:14, donde se expresa que Dios valora la justicia. Además, se establece que aquellos que incurren en acciones indebidas deben enfrentar consecuencias “acorde a su transgresión” Jeremías 30:11: "Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehová, y destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo"

 Es preciso señalar que la legislación en cuestión no favorecía la aplicación de la justicia de manera estricta o implacable. Es importante destacar que, cuando se aplicaba de manera adecuada, los jueces designados solo podían imponer una pena después de evaluar las circunstancias y el grado de intencionalidad del infractor (véase Éxodo 21:28…30 y Números 35:22…25). Por lo tanto, la ley del “ojo por ojo” tenía como objetivo evitar castigos excesivos.

Algunos creen que la ley del “ojo por ojo” promovía un ciclo interminable de venganza, pero a la verdad, la Ley mosaica decía: “No debes tomar venganza ni tener rencor contra los hijos de tu pueblo” (Levítico 19:18). Así que, en vez de promover la venganza personal, la Ley animaba a confiar en Dios y en el sistema legal que Él había establecido para corregir cualquier mal (Deuteronomio 32:35).

 Jesús era plenamente consciente de que algunos habían interpretado erróneamente la ley del “ojo por ojo”. Por lo tanto, modificó dicha perspectiva, expresando lo siguiente: "Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra" Mateo 5:38...39

 Hemos de prestar atención a las palabras de Jesús: “Oísteis que fue dicho”. Según lo expuesto, la alocución parece referirse a ciertos líderes religiosos judíos que enseñaban la necesidad de tomar represalias. En referencia a la ley del “ojo por ojo”, el estudioso bíblico Adam Clarke expresó lo siguiente: “Parece que los judíos se sirvieron de esta ley para justificar sus resentimientos privados y todos los excesos que cometían movidos por un espíritu de venganza”. Al promover la venganza, dichos líderes religiosos distorsionaban el propósito de la Ley de Dios (Marcos 7:13).

 En cambio, Jesús destacó que las leyes de Dios se basan en el amor. Dijo: “‘Tienes que amar a Jehová tu Dios’. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es este: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo’. De estos dos mandamientos pende toda la Ley” (Mateo 22:37…40). Jesús enseñó que lo que identificaría a sus verdaderos discípulos sería el amor, no la venganza (Juan 13:34…35).

 Sea este estudio, para extender una invitación a todos los cristianos para que se unan a un llamado por la paz y la justicia. Es imperativo recordar la enseñanza bíblica que nos insta a no tomar la venganza por nosotros mismos, sino a confiar en el juicio divino. Recordemos las palabras de Dios, quien afirma: “Mía es la venganza, y yo pagaré”. Los cristianos, guiados por las enseñanzas de Jesucristo, deben optar por la victoria del bien sobre el mal, en lugar de responder con igual malicia, y así demostrar su naturaleza divina como hijos de Dios.

 Es preciso aclarar que, cuando Jesús habla sobre poner la otra mejilla y vencer el mal con el bien, no se refiere a situaciones que involucren abuso, violencia o actividad criminal. Por esta razón, resulta de vital importancia estudiar la Palabra y establecer conexiones con individuos que profesan un profundo amor por Jesús y que puedan brindarnos la asistencia necesaria para comprender adecuadamente la Biblia y su aplicación en nuestra situación particular.

 Me refiero a situaciones como cuando un compañero de trabajo se atribuye el mérito de algo que usted haya realizado, cuando su fe es motivo de burla o cuando se habla en su contra y esto daña su reputación.

 Por tanto, cuando se experimente el deseo de venganza o se perciba la necesidad de reparar a las personas en el entorno personal, se recomienda la interrupción de dicha conducta y la introspección a través de la oración. Por favor, consulte los pasajes que se mencionan en esta publicación. Recuerde que Dios mantiene una posición de liderazgo y supervisión sobre todos los aspectos de la vida. Él es el juez supremo. Es importante recordar el ejemplo de Jesús, quien nos enseñó a amar a nuestros enemigos. Se invita respetuosamente a la oración y a la reflexión sobre cómo Dios espera que se ame a los enemigos en el día a día. Asimismo, se recomienda buscar el asesoramiento de un consejero que pueda ofrecer orientación y compartir su experiencia en situaciones meramente personales.

 ¡Dios te bendiga!

S.A.G. - 05 – SEP – 2025 (Estudio No. 856)

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