Me leí días anteriores lo siguiente: Contaban que en las montañas de Escandinava vive una especie curiosa de animales conocidos como lemingos. Por un tiempo los lemingos se contentan con vivir en las montañas. Allí se alimentan, cuidan sus crías y en el invierno excavan y se esconden bajo la nieve. Entonces, por alguna razón inexplicable, a cada tres o cuatro años los lemingos realizan una marcha dirigiéndose al mar. Para eso suben montañas, cruzan ríos y enfrentan muchos peligros; pero nada puede convencerlos de volver a casa.
Parece locura, ¿no es verdad?. Pero sigamos... Ninguno de los animales se detiene para preguntar por qué está participando de eso. Sencillamente siguen a los compañeros que van delante de ellos. Llegando al mar, continúan en fila, corren hacia el agua y nadan hasta ahogarse. Millares de lemingos siguen a otros, hasta la muerte.
Desde que Adán y Eva se dieron cuenta que estaban desnudos y Dios los vistió con túnicas de pieles, todo el mundo usa ropa (Génesis 3:7,21). Pero el hombre a creado la moda y muchos de nosotros siguen la moda como esos animales, sin observar lo que sucede alrededor y ni siquiera preguntamos por qué. Como ciegos, siguen las últimas tendencias de la moda. Su ropero está repleto de ropas que no usa porque esta "fuera de moda". Tan pronto las mejores novedades aparecen en las tiendas, es el primero en gastar el dinero en ellas.
Existe cierta confusión sobre cuánta ropa porque Dios no estableció medidas sino principios y estos dependen de la cultura y del sentido común. La cultura cambia. Por ejemplo, los judíos por muchos siglos creían que el cabello de la mujer era muy seductor, y por lo tanto, tenía que taparse hasta en la casa y sólo el marido podía mirarlo. Cien años atrás era indecente la mujer que enseñara sus piernas en público. La industria de la moda se nutre de dos elementales: el de tener cosas nuevas y el de ser aceptado.
Quienes se toman la moda demasiado en serio a veces se preocupan en exceso por su aspecto. Las modelos de las pasarelas por lo general son altas y delgadas, y se nos bombardea con su imagen constantemente. El físico "perfecto" lo vende todo, desde automóviles hasta confites. El mundo de la moda oculta un lado oscuro que no debe pasarse por alto. Los compradores pueden verse atrapados en un ciclo interminable de comprar y desechar en su afán por actualizar su guardarropa. Al fin y al cabo, la industria sigue creando nuevos estilos a más no poder.
La Biblia dice que Dios "todo lo ha hecho bello a su tiempo" (Eclesiastés 3:11). Solo tenemos que mirar a nuestro alrededor para comprobarlo. De hecho, también percibimos esa belleza en los seres humanos. Por eso, los diseñadores de ropa tratan de realzar nuestro atractivo con sus creaciones. Pero, como se ha visto antes, la industria de la moda ha cambiado el concepto de belleza. Está claro, pues, que no es sensato permitir que el actual concepto de belleza del mundo nos presione para que nos adaptemos a él. El cristiano debe regirse por un patrón superior a la moda... la Palabra de Dios.
Como cristianos debemos pensar en cuál es nuestra respuesta a la moda. ¿A qué punto llegan los límites que determinamos? Cuando nuestras ropas reflejan los valores de un diseñador de moda en lugar de nuestros propios valores, nos convertimos en un lemingo de la moda. Estamos tan concentrados en seguir al resto de la multitud que no nos damos cuenta de nuestra desenfrenada y fatal marcha hacia el mar.
Reflexionemos algunos principios bíblicos que deben regir en nosotros por la moda: No traspasar los límites establecidos. Hoy vemos a hombres vistiéndose como mujeres y a mujeres perdiendo el pudor mostrando partes que no deben de mostrar. La Biblia en Deuteronomio 22:5 nos dice: "No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace." Lo anterior nos da una clara indicación de que el hombre debe de vestir como tal y la mujer de manera femenina. Cualquier vestimenta que lleve al hombre a perder su masculinidad, como se promueve hoy día a través de los "metrosexuales" o bien, cualquier mujer que pierda su feminidad, como lo promueve el llamado "movimiento de liberación femenina" entonces están fuera de los parámetros escriturales.
¿Cuál es entonces el tipo de vestimenta que debe utilizar cada uno, tanto varones como damas? Es una pregunta difícil de responder de manera práctica sin caer en un dogmatismo. Podemos mencionar parámetros: Por tradición hay una apariencia aceptada socialmente para el varón y otra para la mujer. Sin embargo esto cambia con los años y es el primer paso para no ser dogmático.
Otro parámetro es el aspecto cultural, de acuerdo a ello habrá cosas que se verán bien o no de una zona a otra; pero tampoco nos define algo claro. También podemos optar por la conciencia, de acuerdo a lo que considero bueno o malo, de acuerdo a con lo que me conforta o no. Lo malo de esto es que si no estoy alineado a la Palabra de Dios no necesariamente mi conciencia tendrá un parámetro apropiado.
Este es un punto donde las mujeres deben de cuidar su belleza interior antes que la exterior. Proverbios 7:10; 1 Timoteo. 2:9..10. El varón por su lado debe de buscar tener un porte masculino, pero la moda cada día promueve prácticas entre los varones que eran típicas de las mujeres: teñirse el pelo, pintarse las uñas, usar aretes entre otras cosas. Pero entonces surge una pregunta ¿quién establece el parámetro?, esto nos lleva al siguiente punto.
No imitar las costumbres paganas. Dios prohibía a los israelitas que imitara a los costumbres abominables de las demás naciones (Levíticos 18:30). Este es uno de los problemas que enfrentan los cristianos cuando deciden ir tras la moda. Romanos 12:1..2 nos dice que el cambio no debe empezar en nuestro exterior esto será consecuencia de un cambio en mi mente "transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento", debo ver el mundo como lo que es y luego decidir no tomar su forma. Cuando tengo esto en claro no tendré problemas en decidir que comprarme o ponerme.
Debo preguntarme: ¿es mi estilo de ropa mundano?, ¿mi vestimenta marca una diferencia con el mundo?. Tenga presente que no se debe ser piedra de tropiezo para otros, ni a los hombres ni a otras mujeres que van a imitar tu vestir (Lucas 17:1..2). Como el hombre no debe mirar a una mujer para codiciarla (Mateo 5:28) igual la mujer no debe vestirse para incitar las miradas. Algunos hombres van a tener pensamientos impuros no importa como se vista la mujer, pero ningún hombre normal puede mirar a una mujer con poca ropa por mucho tiempo y no tener pensamientos impuros.
Debemos estar satisfechos con lo que tenemos. En más de una oportunidad valoramos a una persona por la marca de ropa, tenis que anda, por ejemplo; o bien, valoramos un regalo si es Nike, Adidas. La Biblia nos dice en Mateo 6:11 que nos dé el pan de cada día, así que si tengo en mi casa para mañana soy millonario. En 1 Timoteo 6:8 nos dice que debemos estar satisfechos con lo que tenemos. Entonces ¿por qué nos es tan importante la marca de una determinada prenda?
No seas el lemingo de la moda. No pienses que tienes que vestirte como todo el mundo. Decídete por un estilo propio, de acuerdo con los principios establecidos por Dios. En Deuteronomio 26:19, Él hace una promesa a todos los que eligieron formar parte de su valiosa posesión. Él declaró que, "Te exaltará, sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para que seas un pueblo santo a Jehová tu Dios, como él ha dicho". Esa fama y gloria no están reservadas para esta vida. Pero si eliges seguir la moda de Dios, algún día, en el futuro, cambiarás las ropas de esta tierra por una vestidura que el propio Dios creó especialmente para ti.
La moda es efímera por naturaleza. Incluso en el mejor de los casos, las nuevas tendencias solo nos embellecen por un tiempo. Es más, cualquier buena impresión que podamos causar se desvanecerá rápidamente si nuestra personalidad no complementa nuestro aspecto. Recordemos que "el fruto del espíritu" -con cualidades como el amor, el gozo, la paz, la gran paciencia, la bondad y el autodominio- nunca pasa de moda (Gálatas 5:22, 23; 1 Timoteo 2:9, 10).
Estar a la moda no es malo; el problema está en llevar eso a los extremos.
es muy chuly!!!!!!!!!
ResponderEliminarMe parece excelente, por que es necesario que nosotros, los cristianos creyentes en Cristojesus, marquemos la pauta, y seamos el punto de referencia y equilibrio en un mundo tan complicado y combulsionado. Cumpliendo nuestro rol de ser luz y sal de esta tierra.
ResponderEliminarQue Dios te bendiga, por este mensaje tan educatico. AMEEEEEEEEN.
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