Diciembre, Me Dejaron A Mi

Si bien las fiestas de diciembre y de fin año son una época de alegría y paz en la tierra, ¿por qué pueden parecernos como si fueran un curso intensivo en carestía, codicia y urgencia? Muchos factores pueden hacer que las fiestas de diciembre se vuelvan agitadas, como son la presión de la familia y nuestras propias expectativas. Pero un factor inevitable es la publicidad. Esta es la época para estar alegre los fabricantes y comerciantes nos quieren hacer creer a nosotros (y a nuestros hijos) que la manera segura de tener éxito para sentirse feliz en esta época es haciendo compras. Con la entrega del aguinaldo, la indemnización, bonos y las vacaciones pagadas, las personas se dedican a gastar, gastar y gastar. Se gasta de manera irracional. En un tiempo donde la crisis económica y sus derivados aún se mantiene y los pequeños signos de recuperación apenas se ven, hay que ser muy precavidos a la hora de hacer las compras navideñas. No hay que gastar más de lo que tenemos. Debemos de tener presente las necesidades que demandaran ser cubiertas al no mas empezar el próximo año. Los gastos de cuadernos y libros se acercan y en estas vacaciones navideñas, donde los trabajadores reciben una buena cantidad de dinero, hay que economizar. En un año donde las principales noticias y portadas de periódicos han sido la crisis económica mundial, nadie se puede darse el lujo, en este tiempo de andar gastando demasiado, aun los que tienen, pues las cosas aun no se miran claras para los meses venideros.

En verdad que cada día me impresiona mas el efecto mercadotecnia... de algunos años a la fecha me he caracterizado por ser una persona que adquiero lo que verdaderamente necesito o considero indispensable, así que las ventas prenavideñas, navideñas y post navideñas siempre me han resultado un verdadero fraude; estoy de acuerdo que eso de los meses sin intereses nos facilitan un poco la vida. pero si nos detenemos a observar, todo esto solo hace que compremos sin ton ni son cuanta cosa a veces hasta tonta se cruce por nuestro camino, que si el regalo de la abuelita, que los intercambios en casa de la tía, que porque tenemos ganas de cambiar la decoración de este año, en fin.....tantas y tantas vanalidades, que lo único que ocasionan es que a principio de año sumemos gastos y restemos ingresos, pero ah que bonita se veía la tarjeta de crédito cuando pasaba por la banda y mejor aun que hermoso el vestido que estrene en fin de año.





Siempre me he preguntado hasta donde llegara todo esto, veo los anuncios por los periódicos on-line de varios países que en un principio fueron 6 meses sin intereses, después 12 meses y ahora ya vamos llegando a los 18 meses... será que la gente piensa vivir esclavizada de por vida al centro comercial... porque mejor no hacemos un pequeño ahorro a lo largo del año y verdaderamente compramos lo que se requiere para dicha fecha... no hay que dejar de lado que el verdadero valor de las festividades de fin de año es el compartir, el vivir un momento de unión familiar y no el de quedar en bancarrota.

Analicemos nuestros valores y el cariño verdadero que hay que prodigarnos. no nos dejemos comprar por las promociones de la época, ya que ello no genera el verdadero lazo familiar....solo aporta una mínima relación superficial. Y todo lo anterior desde el punto de vista humano, pero... ¿se ha puesto a pensar que hay un Dios?... que ese Dios todo lo ve. ¿Ya se acordó de Él?. En su nombre y en conmemoración de su natalicio el mundo superfluo ha levantado toda esta farsa materialista del concepto navideño. Jehová dice: "Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, Y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua" Jeremías 2:13

Me dejaron a mí, para ir en busca de las añadiduras.
Me dejaron a mí, por amor a los lugares, puestos e influencias en este mundo.
Me dejaron a mí, por ministerios, reconocimientos, éxitos y por ser vistos.
Me dejaron a mí, por autos, casas, lujos y dinero.
Me dejaron a mí, por amor al conocimiento, dones, ministerios y manifestaciones.
Me dejaron a mí, por cosas perecederas y temporales.
Me dejaron a mí, Me dejaron a mí, Me dejaron a mí.

Amados hermanos y amigos, ¿cuanto estaremos dejando a Dios por conceptos equivocados de la celebración de una navidad 100% pagana?. El año pasado ha raíz de esta época y un articulo sobre la celebración de la navidad en este mes escrito por este servidor, recibí una preciosa carta que me sirvió de mucha reflexión por parte de un bello pastor a quien brindo mis respetos hablo del Rev. Arturo Fernández Izaguirre, de la bella Republica de Guatemala y de quien me permito reproducir los siguientes párrafos: “El otro aspecto corresponde a la celebración de la navidad y su fecha. Estoy totalmente de acuerdo contigo que Jesús no nació el 25 de diciembre. Y si se trata de averiguar la fecha exacta mi convicción es que Jesús nació el 6 de Septiembre del año 4 A.C. Fecha en que en Israel se celebraba la fiesta de los Tabernáculos. Esta fiesta celebraba la habitación de Dios con nosotros y por eso la gente iba a hacer sus enramadas a Jerusalén, en donde estaba el Templo y la presencia de Dios según el Antiguo Testamento. También creo, que al final de los tiempos la venida de Cristo será durante la fiesta de los Tabernáculos. Esta fiesta abre el ciclo de las manifestaciones de Dios y también lo cierra. Todas las demás fiestas hablan de la obra de Cristo entre nosotros.

El punto es: ¿Lo queremos celebrar? Si la respuesta es NO, entonces allí se acabó el asunto, Si la respuesta es SÌ, entonces tenemos que ver el cómo y el cuándo. Según el apóstol San Pablo, nosotros tenemos la libertad de celebrarlo o de no hacerlo (Romanos 14:5-6). Yo no tengo problema en celebrarlo el 25 de Diciembre. ¿Por qué? Pues si no hay una fecha, entonces puedo hacerlo cuando quiera. El argumento básico ha sido que es una fiesta pagana. La de Jesús no sino la fecha en sí. Eso es cierto, pero ¿habrá alguna fecha en el calendario que no tenga también una celebración pagana? Tomemos como ejemplo los días de la semana: lunes significa día de adoración a la luna, martes, día de adoración a Marte, miércoles, día de adoración a Mercurio, jueves, día de adoración a Júpiter, viernes, día de adoración a Venus. Solamente nos dejaron dos días, el sábado (o Shabbat), día de reposo, y el domingo, día del Señor. Pero, ¿significa eso que no podemos adorar a Dios en todos los días de la semana. Aunque los nombres permanezcan en el calendario para nosotros todos los días son consagrados al Señor, y nos viene flojo lo que todos los brujos o paganos opinen al respecto. Así, aunque el 25 de Diciembre algunos celebren algunas fiestas paganas, para nosotros es un “día que ha hecho el Señor, y por lo tanto nos gozaremos y alegraremos en él.”

De todas maneras, Dios nos da la libertad de celebrarlo o de no hacerlo, en tanto el día sea para la gloria de Él. Permíteme definir el cómo. Yo celebro adorando al Señor, dándole la honra por todo lo que hizo, por todo lo que está haciendo y por todo lo que va a hacer. ¡Toda la gloria es para Él! Cualquier otra cosa es vanidad. Esto nos lleva al verdadero problema del día de hoy, y por cierto no tiene que ver con el paganismo antiguo sino con el materialismo contemporáneo. Los comerciantes, hombres astutos de este mundo, han tomado el control de esta fecha para querer vendernos lo que no necesitamos, y para lograrlo se han valido de la leyenda de “santa Claus”. Un personaje legendario que nunca existió y forma parte de la mitología moderna para obligarnos a comprar cosas y adorar al materialismo y a la familia (la parte aceptable de su propuesta). Sin embargo, ese amor meloso y barato que se mueve es para vender más. “Este es el día para que estemos juntos, que la familia se reúna y que disfruten de su amor”, dicen ellos. Es pura palabrería barata, todo es para vender la comida, los regalos, y todos, como borregos van haciendo lo que los comerciantes dicen.

En una sociedad mundana de consumo era de esperarse que los comerciantes se inventen cualquier cosa con tal de vender. Los cristianos hemos caído también en la trampa secular. El 14 de febrero, día del cariño. Hay un montón de Iglesias celebrando con un desayuno o cena esta fecha. ¿Sabes que esta fecha es mucho más pagana todavía y que está ligada a la prostitución religiosa? Puedes investigarlo en Internet. Bueno, creo que con esto es suficiente para compartir contigo. Te aprecio y ruego a Dios porque estas fechas de navidad y fin de año sean una oportunidad para tener encuentros cercanos del tercer tipo con Jesucristo. ¡A Él sea la gloria!”

Preciosa enseñanza que habla por si sola, ahora solo queda apartarnos del rebaño de los engañados por el diablo y sus secuaces comerciantes, solo queda demostrar que tan auténticos somos como cristianos o mejor escrito si somos cristianos auténticos, si somos de los que marcamos en este mundo la diferencia...

Permítanme terminar con esta anécdota:
Un hombre que acababa de conocer al Señor Jesús como Señor y Salvador de su vida, iba a toda prisa por el Camino de la Vida, mirando por todas partes y buscando. Se acerco a un anciano que estaba sentado al borde del camino y le pregunto: - Por favor, señor, ¿ha visto pasar por aquí a algún cristiano?. El anciano, encogiéndose de hombros le contesto: Depende del tipo de cristiano que ande buscando. Perdone, dijo contrariado el hombre, pero soy nuevo en esto y no conozco los tipos que hay. Solo conozco a Jesús. Y el anciano añadió: Pues sí, amigo; hay de muchos tipos y maneras. Los hay para todos los gustos: Hay cristianos por cumplimiento, cristianos por tradición, cristianos por costumbres, cristianos por superstición, cristianos por obligación, cristianos por conveniencia, cristianos por moda, cristianos por imitación... y cristianos auténticos...¡Los auténticos! ¡Esos son los que yo busco! ¡Los de verdad!, exclamo el hombre emocionado. ¡Vaya!, dijo el anciano con voz grave. Esos son los más difíciles de ver. Hace ya mucho tiempo que pasó uno de esos por aquí y precisamente me preguntó lo mismo que usted. ¿Cómo podré reconocerle?. Y el anciano contestó tranquilamente: No se preocupe amigo. No tendrá dificultad en reconocerle. Un cristiano de verdad no pasa desapercibido en este mundo de necios engreídos, porque un cristiano autentico marca en este mundo la diferencia.

Y tú... ¿Qué cristiano eres?. Amen.

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