- Una salida dolorosa
Dejar
una congregación con doctrina malsana puede dejar cicatrices muy
profundas. Quienes dejan una iglesia malsana sufren aislamiento,
amargura, vergüenza, pena e ira. Esto se aúna a la confusión y a
la pregunta de cómo Dios pudo permitir que ocurriera. También se
reprochan a sí mismos por involucrarse con un grupo así y quedarse
en la organización el tiempo que se quedaron.
Muchos
miembros que salen tienen dificultades para ajustarse a la vida
diaria en la sociedad. Bastantes sufren de lo que los sociólogos
denominamos "pérdida de rol". Su propósito estaba tan
vinculado a la congregación que sufren ansiedad de no saber dónde
encajan o cuál será el futuro. Están en una situación de vacío.
Algunos, dejan de buscar a Dios y abandonan la iglesia por completo.
Muchos son incapaces de confiar en nadie --incluso Dios--, lo cual
complica el proceso, dado que el desarrollo de relaciones saludables
es esencial para el proceso de recuperación.
La
recuperación no es imposible. Tenga presente que el proceso de
sanidad no es el mismo para todas las personas. Para algunos, la
sanidad puede llevar años; para otros, puede ocurrir en unos pocos
meses. Algunos podrán recuperarse con la ayuda de una comunidad
cristiana madura, mientras que otros tal vez necesiten asesoramiento
cristiano profesional.
A
menudo, una congregación malsana está edificada alrededor del líder
que practica algunas formas malsanas de pastoreo. Muchos de estos
líderes presentan una necesidad de significación no satisfecha.
Pudieron haber comenzado con intenciones nobles, pero sus problemas
personales no resueltos los hacen volverse dependientes de su
ministerio para satisfacer sus necesidades.
Por
lo general, los líderes abusadores usan su posición para exigir
lealtad y sumisión. Si bien los pastores son llamados a liderar a
sus congregaciones, están bajo la autoridad de la Palabra de Dios.
Cuando actúan de forma contraria a la Biblia necesitan ser
confrontados y el comportamiento incorrecto necesita ser corregido.
En 2 Samuel 22, el profeta Natán confrontó al rey David por su
pecado. En Gálatas 2, Pablo confrontó a Pedro, el líder de los
apóstoles, por no actuar de acuerdo con la verdad. En vez de
alimentar y cuidar del rebaño, estos pastores se alimentan del
rebaño y lo usan para satisfacer sus necesidades de reconocimiento.
Los
verdaderos líderes espirituales se definen por el ejemplo de Cristo:
"El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro
servidor" (Mateo 20:26). El liderazgo como el de Cristo consiste
en ser un siervo.
Los
verdaderos líderes obtienen la lealtad de sus ovejas por la calidad
de su carácter y su actitud de siervo. Los miembros se someten
libremente a un liderazgo como el de Cristo, y no tienen que ser
forzados a seguirlo. Los buenos pastores aligeran la carga de sus
ovejas, mientras que los falsos les agregan cargas.
Como
discutimos anteriormente, salir de la situación de una congregación
abusadora o malsana es un proceso muy doloroso, pero la recuperación
y la sanidad son posibles.
Cuando
usted se da cuenta de que está en una iglesia autoritaria, es mejor
salir y hacer un corte completo. Muchos miembros se quedan, pensando
que su presencia ayudará a cambiar la situación, pero esto es
altamente improbable. De hecho, la permanencia puede perpetuar la
existencia de la organización. Reconozca que ha existido el abuso.
Negarlo solo demorará la recuperación.
Desarrolle
nuevas relaciones con cristianos maduros que lo escuchen y lo apoyen
en el proceso de sanidad. En un grupo seguro y reservado usted podrá
compartir sus sentimientos, experiencias, esperanzas y luchas. Si
bien puede ser difícil, debe entender que la recuperación raramente
ocurre en el aislamiento. Usted debe aprender a confiar nuevamente.
Luchara
contra algunas emociones difíciles. Reconozca que usted pasará por
un proceso de dolor por los años perdidos, los amigos perdidos y la
pérdida de su inocencia. Usted tal vez sienta también culpa,
vergüenza y temor. Es natural que se sienta como un tonto y
experimente dudas en cuanto a su propia capacidad. Estas son, en
realidad, emociones saludables que no deben ser contenidas.
Lamentarse por malas decisiones es una señal de crecimiento, y con
el tiempo usted dejará atrás esas emociones. Por lo tanto, es
crucial encontrar personas que sean de apoyo y lo ayuden a tratar con
sentimientos difíciles. Para algunos, la consejeria cristiana
profesional es necesario. Busque un consejero que entienda la
dinámica de los sistemas abusadores y que pueda brindar el cuidado y
el calor necesarios.
Renueve
su andar con Dios. No renuncie a la verdadera iglesia, a pesar de sus
imperfecciones. De hecho, lo aliento a visitar numerosas iglesias
saludables. Es refrescante ver cuán diverso es el cuerpo de Cristo y
que hay muchas formas diferentes de expresar nuestro amor y
compromiso con Cristo. Luego, ¡relájese! Disfrute de las libertades
que acaba de encontrar. Tómese tiempo para la recreación física,
el arte, la música y la simple diversión. El Señor sabe que
necesitamos tiempo para hacer luto, reflexionar y sanarnos de nuestra
pérdida.
Si bien salir de una congregación abusadora puede
dejarnos con cicatrices mentales y emocionales, hay esperanza de
recuperación y plenitud. De hecho, este intenso proceso puede
fortalecer nuestra fe y comprensión de Dios y de lo que significa
caminar con Él.
Mientras
estamos en una organización autoritaria, nuestra visión de Dios se
vuelve distorsionada. Vemos a Dios como alguien que nos ama por lo
que hacemos por Él. Cada vez que faltamos a un estudio bíblico o no
convertimos a alguien, Dios de alguna forma se disgusta y tenemos que
trabajar más duro para recuperar su aprobación. En contraste con
esta falsa imagen, 1 Juan 4:8 dice que "Dios es amor". En
otras palabras, Dios nos acepta incondicionalmente. Solo pide que
recibamos el don de gracia que ha provisto para nosotros. Para muchos
que han vivido bajo una falsa imagen de Dios, enfrentarse a la gracia
y el amor de Dios puede ser una experiencia renovadora.
Podemos
aprender es que nuestra identidad está en Cristo, no en la
organización o en las relaciones dentro del grupo. Es un tiempo
oportuno para darnos cuenta de que nuestro valor y autoestima están
seguros por nuestra relación con Cristo. Esto nos ayuda a volvernos
más dependientes de Cristo y menos de otros.
La
Biblia enseña que Dios hace surgir lo bueno de una mala situación.
Romanos 8:28 dice: "sabemos que a los que aman a Dios, todas las
cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito
son llamados". Esta promesa se aplica aun a aquellos que han
sido abusados espiritualmente. A través del dolor y el proceso de
sanidad, Dios puede modelarnos para volvernos más como Él. Si nos
acercamos más a Dios en nuestro tiempo de necesidad, podemos ser
sanados y vencer nuestro pasado doloroso.
Aun
después de dejarla, muchos exmiembros suelen permanecer muy
interesados en los asuntos de la iglesia anterior, porque esperan que
pueda ocurrir todavía la restauración. Aun cuando con Dios todas
las cosas son posibles, es mi opinión que es altamente improbable
que una congregación abusadora cambie. Si bien algunas pocas han
cambiado, son las excepciones.
¿Por
qué es tan difícil el cambio en estas organizaciones? Una razón es
que la estructura de liderazgo está diseñada para que el líder
tenga control sobre las ovejas. Si bien podría haber una forma de
gobierno, los integrantes de este, son elegidos en última instancia
por el líder autoritario. Él elige hombres y mujeres leales a él,
que no lo cuestionen ni le hagan rendir cuentas. Por lo tanto, se
niega a tratar con temas difíciles o abordar sus prácticas
malsanas. También se resisten a cambiar porque sería un
reconocimiento de un fracaso.
A fin
de tener un auténtico cambio de corazón, los líderes deben
reconocer primeramente un problema y arrepentirse. Sin embargo,
raramente se humillará confesando sus fallas. La plenitud espiritual
y la renovación no pueden lograrse hasta que se reconozca el
comportamiento malsano y sea tratado. A menos que se confronte este
comportamiento, la posibilidad de un verdadero cambio se reduce.
En la
mayoría de los casos, el líder centra la culpa en otros. Los que se
fueron de la iglesia no estaban consagrados, eran personas que saltan
de iglesia en iglesia, etc. En fin, todo el que se rebela contra el
sistema debe ser atacado personalmente para que las personas piensen
que el problema está en otras personas y no en el. Suele ser inútil
señalar las fallas, porque el abusador vive en un mundo de negación.
Suelen ser tan narcisistas y están tan centrados en alguna cosa
grande que están haciendo para Dios que no notan las heridas que
están causando en sus seguidores. Estos líderes suelen torcer las
Escrituras para justificar su comportamiento malsano.
Los
miembros que no están de acuerdo son amenazados y se les dice que
permanezcan en silencio o son apartados silenciosamente. Por estas
razones, opino que lo mejor es dejar una iglesia abusadora o malsana.
Aprenda a dejar las cosas y dejar que Dios trate con ese grupo. Si
bien es doloroso, dejar una iglesia malsana, el unirse a un cuerpo
sano de creyentes hará comenzar su proceso de sanidad y abrirá
nuevas puertas de comunión, adoración y servicio para usted. De
todas formas USTED DECIDE.
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