Eclesiastés
10:1 “Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del
perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y
honorable”
La
palabra perfume se deriva de latín "per fume" que
significa "por humo", o a través de humo. El arte de
hacer perfumes comenzó en la antigua Mesopotámica y en Egipto; fue
desarrollada por los Romanos y los Árabes. Consideran a una persona
llamada Tapputi, el primer fabricante de perfume y es mencionado en
una tableta cuneiforme a partir del segundo milenio A.C. en
Mesopotamia.
El
perfumista es con eficacia un artista que es profundamente entrenado
en los conceptos de la estética de la fragancia y que es capaz de
transportar conceptos y humores abstractos con sus composiciones de
la fragancia. El trabajo del perfumista es muy similar al de los
probadores de sabores, que componen olores y los aromatizantes para
muchos productos alimenticios comerciales.
El
perfumista después de combinar múltiples mezclas del perfume,
procurará capturar las sensaciones deseadas por él o por el pedido
de un cliente. Después de presentar las mezclas del perfume a los
clientes, el perfumista puede ganar su aprobación y procede entonces
a vender la formula al cliente esa formula del perfume puede ser
utilizada para realzar otro producto como fragancia funcional
(champúes, maquillaje, detergentes, interiores del coche, etc.), o
puesta y vendida directamente al público como fragancia fina.
El
capitulo 10 de Eclesiastés, considera el caso de un hombre que se
dedicaba a la tarea de la perfumería. Como hemos aprendido, los
Buenos perfumes y aromas agradables por lo general no son fáciles ni
rápidos de producir. Existe un proceso que puede tomar meses o años
para conseguir un buen olor.
Cada
uno de nosotros es un perfumista dedicado a producir los mejores
olores de perfumes para aquellos que nos rodean y sobre todo para
Dios. Algunos han pasado mucho tiempo (largos años) desarrollando
el arte de producir un buen perfume y lo han logrado. El buen
perfume es comparado al "buen testimonio". La buena fama no
se hace de al noche a la mañana sino que cuesta trabajo y esfuerzo.
Pablo
fue escogido por Dios y ungido poderosamente por el Espíritu Santo
para la obra del ministerio, no obstante tuvo dificultades para ser
aceptado entre los cristianos porque su fama era muy mala. Le costó
años de trabajo y mucha paciencia el poder ganarse el respeto de sus
hermanos. Tuvo que pasar mucho tiempo para que las personas pudieran
ver el fruto de Pablo y su testimonio para poder recibirle como
hermano.
El
hombre de Eclesiastés 1 era un perfumista, una persona que para ser
llamado asi, debió haber pasado largos años de preparación y
experiencia. Día a día esta persona mejoraba su técnica y el
producto de su trabajo le llegó a ganar un renombre de manera que
cuando las personas hablaban de él, sabían que lo que producía era
de buena calidad y de gran valor. Ese hombre era conocido por el
fruto de su trabajo, era un perfumista.
Como
creyentes podemos llegar a ganarnos un buen nombre entre los hermanos
y el mundo. Dice Jesús que los hombres tienen su vista puesta, no
tanto en lo que decimos sino en lo que hacemos. Una vez han visto
"nuestras buenas obras" pueden glorificar a Dios, sin
embargo cuando nuestras palabras no van de acuerdo a nuestras
acciones, no podemos impresionar a nadie. No importa que mucho
hablemos de nuestro perfume, si a la hora de la verdad lo que
entregamos no es de la calidad que pretendemos, nadie nos tomará en
serio. Pero si nuestro perfume es de calidad, las palabrerías no son
necesarias.
Si el
producto continuo y constante de nuestra vida es un "grato
perfume", sin duda que llegaremos a obtener un buen nombre y de
la misma manera, el mal olor nos puede traer un mal nombre.
Proverbios 22:1 “Más vale el buen nombre que las muchas riquezas,
y el favor que la plata y el oro”
El
buen nombre se refiere a la buena fama. Alguien dijo; crea fama y
acuéstate a dormir, no creo que acostarse a dormir crea fama no es
una buena decisión, especialmente si la fama es "buena".
Hay veces que el dormir puede traer problemas a aquellos que han
alcanzado un buen nombre. No es bueno dormir cuando estamos en el
proceso de hacer buen perfume.
Cuando nos referimos al nombre pensamos en su:
carácter, su vida y mente piadosa, su reputación ante Dios y no
meramente ante los hombres, tal como Job tenía un buen nombre aun
ante Dios, así también nosotros si somos hombres y mujeres fieles
podemos llegar a tener un buen nombre ante Dios y los hombres.
En
el verso siguiente vemos un hombre que había alcanzado un "buen
nombre", era reconocido como perfumista y
estimado como sabio y honorable,
alguien que se había perfeccionado el arte de fabricar fragancias...
pero hay un problema... dice que moscas muertas cayeron dentro del
perfume. Un pequeño descuido, un poco de dormir en el momento
equivocado puede hacer que las moscas caigan en el perfume sin que el
perfumista se de cuenta. Pasó mucho tiempo levantando un "buen
nombre" pero un descuido causó un daño irreparable a su
perfume, "las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al
perfume del perfumista".
No sé
cuantos pueden entender lo que estamos hablando, pero lo que cuesta
trabajo fabricar, en un solo momento de descuido se puede desbaratar.
Tristemente
esta historia no es solo una escritura en la Biblia, sino una
realidad presente actualmente. Si descuidamos nuestro perfume
(testimonio) en un solo momento de distracción pueden las moscas
destruir nuestra fragancia.
No sé
cuantos nombres pueda recordar de personas que una vez dieron buen
perfume pero un triste día su aroma comenzó a heder. Gente grande
que por una pequeña locura permitió que las moscas cayeran dentro
de su frasco de alabastro y la pudrición dañara el suave aroma de
un perfume que todos apreciaban. Debemos recordar que mientras más
alto sea nuestro nombre, mientras más reconocido sea nuestro
testimonio, más doloroso será el momento de la caída y más
hediendo se tornará a los hombres.
Es
posible que pensemos que nunca podemos caer pero la Biblia dice "el
que crea estar firme, mire y no caiga". La confianza en
nosotros mismos es el camino más rápido a la caída. Nuestro aroma
de perfume puede llegar a ser hediendo. Si no cuidamos nuestro
testimonio "las moscas muertas harán heder y dar mal olor al
perfume del perfumista."
Algunas
áreas en nuestras vidas que debemos cuidar:
- Nuestros Pensamientos, “...y renovaos en el espíritu de vuestra mente” (Efesios 4:23)
- Nuestras palabras, “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes” (Efesios 4:29)
- Nuestras acciones, “Así que, por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:20)
- Nuestras compañías, “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1Corintios 15:33)
- Nuestra humildad, “Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu” (Proverbios 16:18)
No
podemos confiar en nuestra propia sabiduría ni en nuestras propias
fuerzas ni mucho menos en nuestros años de experiencia. Es posible
que seamos "estimados de sabios y honorables" entre los
hombres mas no ante Dios. Las moscas son plagas, son ataques del
diablo. Uno no puede evitar que vuelen de aquí para allá. La
advertencia del Espíritu en estos tiempos es a ser diligentes, estar
atentos.
Si
nos descuidamos por un solo momento las moscas muertas harán heder
nuestro perfume. Permita Dios que nunca nos descuidemos, que
permanezcamos siempre alertas y pendientes para espantar las moscas
que rodean nuestro frasco de buen olor.
Y
tu... ¡Cuida Tu Perfume!
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