Vivimos
en un mundo que genera descontento. Nos bombardean con el mensaje que
para ser felices necesitamos más cosas, menos arrugas, mejores
vacaciones y un mínimo de problemas. Pero el verdadero problema es
el corazón del hombre pecador.
A
menudo nos mostramos descontentos en nuestros trabajos, nuestros
matrimonios, nuestras iglesias, nuestros hogares, en la mayoría de
las áreas de nuestra vida. Podemos desesperarnos fácilmente y creer
que nunca seremos capaces de alcanzar la satisfacción. Pero la
Biblia nos enseña que no sólo debemos contentarnos, nos enseña que
podemos estar contentos. Hebreos 13:5 “Sean vuestras costumbres sin
avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te
desampararé, ni te dejaré”
Este
es el punto que el apóstol Pablo hace en Filipenses 4:11..13 “No
lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme,
cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener
abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar
saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para
padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
En
este pasaje Pablo dice que ha aprendido y que ha sido enseñado a
estar contento. La alegría no es algo natural para el corazón
humano pecador. Necesitamos la gracia de Dios para fortalecernos y
para cambiar nuestros corazones. Pero también tenemos la
responsabilidad de aprender el contentamiento. Esto, requiere un
esfuerzo.
Pablo
indica no sólo que la alegría no es algo natural, sino que también
la forma en que buscamos la satisfacción es contrario a formas
humanas de pensamiento. Por ejemplo, el mundo enseña que el camino
para lograr la paz en su vida es salir de las situaciones difíciles
que le causan dificultades o no le son satisfactorias. Pero Pablo
indica claramente que él ha aprendido a contentarse, tanto en
situaciones buenas como en las malas, incluida la cárcel, que es
donde estaba cuando escribió esta carta.
También
hay diferentes maneras mundanas de pensar en la alegría y los bienes
materiales. Que el tener mas es lo mejor, nos enseña que para estar
satisfecho en la vida, tenemos que tener “x” producto. También
hay una mentalidad mundana "vida sencilla" que dice que la
satisfacción viene por deshacerse de cosas y vivir con menos. Sin
embargo, Pablo dice que ha aprendido a contentarse, tanto en la
abundancia y el hambre, en abundancia y necesidad. Aunque hay algo de
verdad bíblica a la forma de pensar que no debemos perseguir los
bienes terrenales continuamente, un estilo de vida sencillo por sí
solo no garantiza un corazón contento.
Aunque
muchas Escrituras enseñan acerca de los peligros de las riquezas
materiales, la Palabra de
Dios no enseña que la
pobreza es la alternativa de Dios. Dios quiere que entendamos que el
dinero es una herramienta a utilizar en el cumplimiento de su plan a
través de nosotros. Si hemos de encontrar la verdadera felicidad
debemos establecer algunas pautas básicas.
Mientras
reflexionaba sobre lo que hoy escribo, estaba sentado en el parque de
la población de Tecpan, en Guatemala, a la cual Dios me esta
llevando en estos días con muchísima frecuencia. Como salvadoreño,
no estoy acostumbrado a una sociedad eminentemente indígena
(naturales) como la que ahí predomina. Ninguno de ellos tiene mucho
en el camino de los bienes materiales. Sin embargo, ellos aman al
Señor. Tienen una gran satisfacción con lo que Dios les ha
concedido y son sinceramente agradecidos por sus condiciones. Cada
uno de ellos alaba a Dios por su bondad para con ellos.
¿Qué
podemos aprender de ellos y su estar contentos?
- Establecer un nivel de vida razonable.
Es importante desarrollar un estilo de vida basado
en la convicción de lo que somos, no las circunstancias. Dios asigna
a los cristianos en todos los niveles económicos. En el nivel que Él
te ha puesto, debes vivir dentro de los parámetros económicos
establecidos y suministrados por Él. El solo hecho de la abundancia
no es un signo de la bendición de Dios. Satanás puede duplicar
fácilmente cualquier riqueza mundana. La abundancia de Dios es sin
dolor y con propósitos.
- Establecer un hábito de dar.
En lo terrenal, Dios desea que todo cristiano
prevea las necesidades de los demás a través de la entrega de
ayudas, regalos y la implicación personal. En los espiritual, Dios
quiere tu diezmo, tus ofrendas.
- Establecer prioridades.
Muchos cristianos están descontentos, no porque
no lo están haciendo bien pero porque otros lo están haciendo
mejor. Con demasiada frecuencia los cristianos a ver lo que no tienen
y se vuelven insatisfechos y descontentos, en lugar de agradecer a
Dios por lo que tienen y estar contento con lo que ha suministrado.
- Desarrollar una actitud de agradecimiento.
Muchos cristianos llegan a creer que Dios les ha
fallado materialmente. Esa actitud es posible sólo cuando permitimos
que Satanás nos convenza y nos comparamos con otros. La principal
defensa contra esta actitud es la alabanza a Dios. Satanás usa la
abundancia y la escasez para crear el descontento y la ambición
egoísta. El agradecimiento es un estado mental, no una acumulación
de activos. Hasta que el cristiano pueda agradecer verdaderamente a
Dios por lo que tiene y estar dispuesto a aceptar la provisión de
Dios, hasta entonces la alegría será posible.
- Rechazar un espíritu temeroso.
Una de las herramientas más eficaces utilizados
por Satanás contra los cristianos es la pregunta, "¿Qué pasa
si?" Cristianos temerosos quedan atrapados en el acaparamiento
por temor al "¿Qué pasa si?" la jubilación, la
invalidez, el desempleo, el colapso económico y así sucesivamente.
Aunque Dios nos requiere preocuparnos por estas cosas, cuando los
temores superan nuestra fe, se asumen riesgos tontos y la
preocupación parece controlar cada decisión, entonces la
satisfacción es imposible.
- Buscar la voluntad de Dios.
"Y ciertamente, aun estimo todas las cosas
como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi
Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura,
para ganar a Cristo" Filipenses 3:8. La voluntad de Dios para
con nosotros siempre será buena y agradable.
- Supera el que temer.
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece"
Filipenses 4:13. El miedo es de las mayores armas con las que Satanás
nos ataca.
- Confía en la promesa de Dios
"Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos
en Cristo Jesús". Filipenses 4:7. Esta paz se construye a base
de nuestra relación con Dios, lo cual incluye nuestra fe en Él
Reconocemos que la alegría está tan lejos de
muchos cristianos que parece que nunca van a ser capaces de
encontrarlo o estar en paz.
Y
sin embargo entendemos y compartimos, que la alegría no es algo que
debe ser buscado y encontrado. Es
una actitud del corazón.
Una vez que la actitud ha sido modificada y todo ha sido trasladado a
Dios, la alegría será evidente.
Regocijaos
en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!
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