En la
violencia domestica, hay muchos tipos de abuso y todos ellos son
difíciles de experimentar, pero recuerde que cada tipo de abuso es
grave y nadie merece experimentar cualquier forma de la misma.
Es
difícil para las mujeres cristianas separar las exigencias de su
marido de las exigencias de su fe. Puede suceder que algunas mujeres
se sientan totalmente responsables de la casa, los hijos y todo lo
que salga mal. En lugar de evaluar las circunstancias aceptan el
abuso con la esperanza de que su amor cristiano hará que la
situación cambie. Estas mujeres a menudo se niegan a creer que son
víctimas y en cambio ven su papel como constructoras de paz. Estas
mujeres rara vez reconocen el abuso hasta que se convierte en
agresión física.
Dentro
de las diferentes formas de abuso, encontramos uno muy sutil el Abuso
Financiero este es una forma de abuso manifestado cuando una de las
dos partes implicadas en una pareja tiene control sobre la otra en el
acceso a los recursos económicos, aun cuando hayan sido ganados por
esta, lo que disminuye la capacidad de la víctima de libertad
monetaria a sí misma y la obliga a depender financieramente del
perpetrador.
Puede
comenzar de forma inocente: quizás tu pareja te pide ver la boleta
del supermercado o te asegura que vio el resumen de tu cuenta
bancaria por accidente. Pero este tipo de hábitos puede derivar en
conductas tan controladoras que te produce temor y ansiedad cada vez
que sacas tu billetera.
El
llamado abuso financiero puede incluir muchas otras conductas
opresivas: tu pareja gasta el dinero ganado entre ambos, pide
préstamos en tu nombre, te hace pagar sólo a ti servicios como la
electricidad y el teléfono que los dos utilizan, o bien vigila cada
centavo que gastas, negocia en tu nombre e impide tu progreso y
realización como persona.
La
gran mayoría de las víctimas son mujeres, si bien los hombres
también pueden ser vulnerables, particularmente los ancianos o los
que tienen discapacidades.
En
América Latina hay pocos datos sobre el abuso financiero en sí, en
gran medida porque, como sucede con la violencia doméstica, las
víctimas tienden a no denunciar su situación.
Tampoco
abundan, en el ámbito global, las leyes que le hagan frente. Algunos
países, como Reino Unido, están trabajando en normas que pongan
freno a este tipo de conductas coercitivas, pero nadie sabe con
certeza cuán efectivas pueden ser.
Entre
tanto, numerosas organizaciones internacionales tratan de dar
respuesta a una pregunta fundamental: ¿cómo se puede detectar el
abuso financiero tempranamente, antes de que se torne grave?
ONU
Mujer y numerosas ONG dedicadas al tema afirman que casos como este
abundan en el mundo, aunque no hay cifras confiables que precisen la
magnitud del fenómeno. Según Naciones Unidas, el 30% de las mujeres
que han tenido una relación de pareja refieren haber sufrido alguna
forma de violencia física o sexual por parte de su pareja. Y en esta
realidad incluye el factor económico: "Pueden llegar a
encontrarse aisladas e incapacitadas para trabajar, perder su
sueldo".
En
Reino Unido, un informe reciente de la organización Women's Aid
titulado "Atrapada y controlada" confirma que el abuso
financiero es frecuentemente uno de los primeros síntomas de la
violencia doméstica.
El abuso financiero puede ser muy sutil, el
abusador le dice lo que puede y no puede comprar o requerirle para
compartir el control de sus cuentas bancarias. Sus cuentas bancarias
y sus tarjetas son sus cuentas bancarias y sus tarjetas; cada cónyuge
debe ser responsable de su buen uso en beneficio del hogar.
El
abuso financiero en una situación doméstica puede incluir:
- Impedir a un cónyuge la
adquisición de recursos, tales como restringir su habilidad para
encontrar empleo, mantener o avanzar en sus carreras y adquirir o
desarrollar bienes de valor propios de su profesión.
-
Impedir a la víctima la obtención de educación
-
Limitar la cantidad de recursos a utilizar por la víctima,
poniéndola en vigilancia o monitoreando cómo la víctima gasta el
dinero
-
Gastar el dinero de la víctima sin su consentimiento y creando deuda
o gastar por completo los ahorros de la víctima para limitar sus
recursos disponibles
-
Usar a la victima como responsable directa o fiadora de los negocios
del abusador
-
Explotar o investigar los recursos económicos de la víctima
En su
forma extrema (e inusual), esto incluye dar a la víctima una
estricta "asignación o sueldo", ocultando dinero y
forzando a la víctima a rogar por el dinero hasta que el abusador le
entrega algo de dinero. Es común para la víctima recibir menos
dinero mientras el abuso continúa. Esto también incluye (pero no
está limitado a) evitar que la víctima termine su educación u
obtenga empleo, o intencionadamente derrochar o hacer un mal empleo
de los recursos comunes.
Un mecanismo de control
El
abuso económico es utilizado frecuentemente como un mecanismo de
control, formando parte de un patrón de abuso doméstico, que
también puede incluir abuso verbal, emocional, físico y sexual. El
abuso físico puede incluir amenazas o intentos de asesinar al
cónyuge.
Lo
siguiente son diferentes maneras de utilizar el abuso económico por
parte de los agresores, con otras formas de violencia doméstica:
-
Usando la fuerza física, o amenaza de violencia, para conseguir
dinero.
-
Proveer de dinero por actividad sexual.
-
Controlar el acceso al teléfono, automóviles o la habilidad para ir
a comprar u otras formas de aislamiento.
-
Amenazas de echar al cónyuge e hijos de la casa sin soporte
económico.
-
Explotar la desventaja económica.
-
Destruir o tomar recursos del cónyuge y/o hijos.
-
Echar la culpa a otros, afirmando que las cosas se hacen así porque
el cónyuge no puede manejar el dinero y por eso tiene que hacerlo el
agresor, o que el cónyuge instiga formas de abuso económico, como
la destrucción de la propiedad.
Si su
pareja hace cualquiera de estas cosas, usted está probablemente en
una relación malsana o abusiva. El abuso financiero es por lo
general acompañado de abuso emocional o físico.
Hay
muchas organizaciones que pueden ayudarle a "volver sobre sus
pies" y obtener el control sobre sus finanzas algunos incluso
ofrecen ayuda psicológica, legal y material, para escapar de una
relación abusiva.
También
es posible que desee hablar con alguien de confianza, como un amigo,
un familiar, profesional del derecho, un psicólogo, un consejero,
etc., o quizás necesite conseguir una orden de protección; si es
una mujer empresaria asegúrese de tener un asesor
financiero/administrativo y utilice siempre la figura de persona
jurídica. Sea que decida irse, quedarse o buscar consejo, considere
hacer un plan de seguridad que la proteja del abusador. No olvide que
la discreción es fundamental.
RECUERDE:
Toda persona tiene derechos que deben ser afirmados para impedir que
tenga lugar el abuso. Usted tiene derecho a ser tratado con respeto.
Todas las personas son creadas a la imagen de Dios (Génesis 1:26,
27) y tienen valor y dignidad. Usted merece respeto
independientemente de su condición económica, raza, religión o
sexo.
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