La
internet es una red informática de comunicación internacional que
permite el intercambio de todo tipo de información entre sus
usuarios. El nombre proviene del acrónimo de las palabras inglesas
International
Network
(red internacional).
Hoy
vivimos en un mundo donde los predicadores, maestros y escritores de
las iglesias grandes y pequeñas ponen sus sermones o estudios en
línea casi al momento que dejan de predicarlos o escribirlos. Unos
lo hacen en transmisión en vivo y algunas iglesias incluso ofrecen
experiencias de visualización sofisticadas que permiten a los
espectadores ver a su predicador desde cualquier ángulo.
Con
la aparición de los llamados teléfonos inteligentes y el auge
tomado por las redes sociales, se ha hecho de estas disciplinas una
experiencia interactiva. Conferencias cristianas son transmitidas en
vivo y en directo en Twitter con las etiquetas especiales de hash,
fotos Instagram y el comentario.
Algunos
se lamentan de esta nueva realidad. Dicen que estamos erosionando el
valor de la experiencia personalizada y comunicativa de escuchar un
mensaje. Esta es una preocupación válida, pero los lideres y ovejas
de la iglesia deben incursionar en el mundo a la velocidad que este
se desarrolla y que ahora es la conversación digital que dicho sea
de paso, llego para quedarse.
Así
que los predicadores deben tener en cuenta la realidad, hoy en
cualquier momento y en cualquier lugar, usted está hablando el mundo
exterior.
Esta
realidad debería hacernos pensar a través del contenido que
ofrecemos, sabiendo que estamos hablando a menudo simultáneamente
tanto a los conocidos de la congregación, como para los extraños,
algunos de los cuales están listos para abalanzarse sobre cada
palabra mal proferida o utilizada.
Quizás
para algunos de ustedes estará pensando que el hablar de este tema
sea algo irrelevante o fuera de lugar, probablemente piensen que en
la iglesia solo se deben tratar temas de espiritualidad, de
doctrinas... pero no podemos ignorar la realidad, usted como
cristiano debe tener un punto de vista Bíblico ante esta situación,
si estudiamos Marcos 12 veremos que Jesús siempre tuvo respuestas
para las preguntas de la gente y si él estuviera hoy físicamente
con nosotros, probablemente este seria un punto a tratar en alguno de
sus sermones.
Sólo
para hacernos una idea del impacto que las redes sociales están
teniendo en nuestros niños, adolescentes, jóvenes y aún en los
adultos, basta leer sobre las cantidades de personas que tienen una
cuenta activa en el FaceBook y que el número sigue en aumento. Hasta
el vendedor del pan anda diciendo "Síguenos en Facebook"
Por
si alguien no está familiarizado con el tema, comenzaremos
definiendo
- ¿Qué son las redes sociales de internet?
Son
grupos de personas (cientos, miles o millones) que se han
registrado o afiliado a un sitio Web, en el cual pueden interactuar
con otras personas afines, ya sean conocidas o no conocidas. En
palabras sencillas, es un sitio Web donde hay que afiliarse
(registrarse proporcionando nuestra información personal) para poder
conversar, jugar, compartir ideas, fotografías, videos, música y
todo lo que usted desee con un mínimo de censura.
- ¿Será pecado usar las redes sociales?
En si
mismo no es pecado, sería un legalismo afirmar que el tener internet
y ser miembro de una red social es pecado. El problema radica en el
uso que le demos,
- ¿Para qué utiliza usted el Facebook/twitter?
En
una red social se pueden hacer muchas cosas buenas, hasta podemos
predicar el evangelio a otras personas que están a millones
kilómetros de nosotros. Pero también se puede usar para promover
el reino de Satanás, para fomentar relaciones ilícitas, para
engañar, difamar, promover una vida inmoral, para mostrar nuestro
cuerpo de forma sensual... en fin se puede usar hasta para poner en
mal el nombre de nuestro Señor Jesucristo haciendo que los no
creyentes vean (a todo color) que a pesar de que soy cristiano/a vivo
como me da la gana y allí están las fotos para comprobarlo.
- Todo me es licito, pero no todo me edifica
1
Corintios 10:23 “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me
es lícito, pero no todo edifica” Pablo nos recuerda que en Cristo
tenemos libertad para hacer cualquier cosa (menos pecar) y que cuando
nos encontremos en situaciones de duda entre si es pecado o no,
debemos hacernos dos preguntas: ¿Me conviene? ¿Me edifica?
Antes
de publicar cualquier cosa en el internet, deberíamos de
preguntarnos ¿y esto que voy a escribir es conveniente, me edifica o
edifica a otros? Les aseguro que si pasáramos este filtro a nuestro
perfil de FaceBook (por mencionar al más popular) seguramente
tendríamos que borrar gran parte de las fotos y mensajes que ahí
tenemos. ¿No es cierto?
Para
aquellos que son Padres o madres y tienen hijos que usan las redes
sociales piensen:
- ¿Qué tan conveniente o edificante es que usted permita a sus hijos pequeños utilizar una red social?
Usted
tiene la respuesta. Su deber como padre es tratar de preservar a sus
hijos de la influencia del mundo sobre ellos, no de exponerlos a ella
y si desea que ellos tengan esa experiencia supervíselos.
- ¿Quiere conocer verdaderamente a sus hijos/as, quiere saber con quienes anda, quien es el novio o la novia?
¡Fácil!, Pídale que lo acepte como amigo en la
red social que el o ella utiliza y verá en que cosas andan metidos.
Si usted no entiende el mundo del internet o no puede crear una
cuenta pídale a su hijo/a que de vez en cuando le enseñe todo lo
que él o ella comparte con otros en internet, si logra hacer eso
tenga la seguridad que sabrá de ellos mas de lo que se imaginaba
saber.
Para
terminar, el utilizar el internet o una red social no es pecado en si
mismo, el problema está en el uso que le demos, que bien puede ser
para bendecir, para compartir y divertirnos sanamente con otros, aún
para llevar el evangelio a nuestros amigos o bien puede ser un punto
débil del que Satanás se aproveche para hacer quedar mal al reino
de Dios... USTED DECIDE.
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