Hoy
en día a nadie se le ocurre plantearse el porqué de leer. Leemos
porque es "lo que hay que hacer" y no porque de verdad
queramos.
Leer
es bueno. Leer te ayuda a mejorar tu ortografía; te ayuda a
expresarte de mejor manera; te ayuda a saber más cosas sobre el
mundo; te ayuda a desarrollarte; a ver las cosas desde otro punto de
vista... todas estas son buenas y sensatas razones, las puedes
escuchar en cualquier platica, sin embargo yo nunca he leído por
eso, pero he obtenido esos beneficios. El leer en mi persona tal vez
sea porque verdaderamente me gustaba leer por la simple y llana razón
de que leer sale de mí. Y es esto lo que hemos de buscar en nuestros
niños; que lean porque quieren.
A
nosotros los cristianos nos han tildado y quizás jamás podamos
quitarnos la etiqueta de ignorantes, incultos e intolerantes. Vivimos
contracorriente en un mundo que señala con el dedo, así que
intentar probarle algo a los demás está de más. Tristemente, los
adjetivos con los que nos señalan muchas veces tienen más verdad
que mentira.
A
la mayoría de los cristianos no les gusta leer, prefieren ignorar
los temas difíciles de cultura y ética, para vivir en una pequeña
burbuja cristianoide en la que están aislados y de remate somos
soberbios sabelotodo.
No
estamos llamados a eso, estamos llamados a transformar este mundo y
para ello hay que alzar la voz. Pero hay que alzar la voz de forma
inteligente, no recitando textos bíblicos sin vivirlos o entenderlos
o hablando cosas que le escuchamos al pastor. Hay que pensar, hay que
leer. Hay que meditar y formar un juicio propio. Hay que renovar la
mente, diría Pablo.
Hay
cierto prejuicio hacia la lectura porque erróneamente se asocia a
algo muy académico, de buen mundano. La lectura es una actividad
compleja, que requiere esfuerzo y que necesitas ejercitar mucho para
que te guste. Padres, profesores y muchos pastores, tampoco leen.
Estas son sólo algunas de las muchas razones que aducen profesores,
bibliotecarios, escritores, editores y especialistas en literatura
cristiana para justificar la pérdida de afición a la lectura.
Hasta
aquí hemos hablado de la lectura en general, pero... ¿Y que hay de
la Biblia?...
¡Es
lo mismo, la gran mayoría no la leen!
La
razón número uno que dan las personas para no leer la Biblia es:
"No tengo tiempo". Pero eso no es una real razón. Todos
tenemos la misma cantidad de tiempo todos los días y cada uno escoge
utilizarlo en las cosas que son más importantes para cada uno.
En
muchas ocasiones reflexiono y me pregunto: ¿Por qué la gente,
particularmente los cristianos, no pasan un tiempo leyendo su Biblia?
Y he llegado a hacerme de este criterio:
1.
Íntimamente consideran que es algo sin mucha importancia.
Creo
que muchos cristianos y demás, ubica a la Biblia como uno de tantos
clásicos literarios. Algo que sienten que deberían leer pero, no
saben exactamente por qué. Después de todo, es difícil comprobar
como es que leer la Biblia produce un cambio medible y positivo. Creo
que muchos cristianos en lo secreto se preguntan si la Biblia
realmente les hace algún bien.
2.
Prefieren depender de profesionales para que se las lean y expliquen
Ya
sea su propio pastor o una celebridad teológica. La mayoría de los
cristianos prefieren ser alimentados de las verdades bíblicas por
alguien mas que alimentarse por si mismos. Y es verdad, los
profesionales religiosos probablemente son mejores para buscar,
enseñar y entender las verdades bíblicas que cualquier cristiano
amateur. Después de todo, han tenido más práctica. Pero no se
fijan que se convierten mas en dependientes que autosuficientes.
3.
No tiene un sistema de apoyo
Aun
si los cristianos resolvieran pasar más tiempo leyendo la Biblia,
tal como se lo se proponen como propósito de cada año nuevo, la
mayoría sucumbirá en su intento. Creo que el factor principal es la
falta de un sistema de apoyo. Muchos cristianos creen que
"Devocionales personales" deben ser sólo eso, personales.
Así que intentan hacerlo completamente solos. No se dan cuenta que
verdaderamente la lectura bíblica es aún más rica y benéfica en
comunidad con otras personas. No solo eso, sino que es más exacta.
Si
nos abandonamos a tratar de interpretarla solamente en soledad, lo
más seguro que perdamos parte de la verdad completa. La Biblia
originalmente fue dada para ser leída y entendida en comunidad.
Es
más autentica de esta manera, más efectiva, más divertida debido
al sistema de compartimiento que un sistema de apoyo provee.
Aunque
la religión sigue siendo una influencia muy fuerte en la vida de la
gran mayoría de los hispanos, la comunidad hispana en general es una
comunidad "en transición espiritual", especialmente entre
los jóvenes hispanos que se siente "insatisfechos" con las
tradiciones cristianas, ante las oleadas del supuesto mundo moderno y
liberal.
Esa
transición y esa insatisfacción quedan en evidencia en el hecho de
que "aunque los hispanos mantienen una fuerte cultura de fe, esa
fe no se aplica en la vida diaria".
Una
encuesta latinoamericana encontró que el 85% de los hispanos
encuestados se considera cristianos (la gran mayoría de ellos
católicos), aunque solamente el 40 por ciento asiste regularmente a
servicios religiosos y sólo uno de cada cuatro hispanos lee la
Biblia con regularidad. De hecho, sólo el 8 por ciento de los
hispanos son "lectores involucrados" de la Biblia, es
decir, leen la Biblia por lo menos cuatro veces por semana. No hay
que convencerlos que la Biblia es la palabra de Dios, pero necesitan
ser convencidos que la Biblia tiene aplicaciones en la vida diaria,
incluso entre los cristianos activos".
Renovar,
no apagar... es la consigna.
Pensar
no depender... es la acción. Nadie piensa bien sino se prepara y
nadie se prepara sino lee.
Te
invito a que te unas a los cristianos que piensan, a los cristianos
que buscan respuestas. Que saben que Dios es la verdad pero no se
limitan a escucharlo del pastor cada domingo.
Por
que sí, los cristianos también leemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario