Cuidado Con Los Fanatismos (Parte 2 de 2)


De esto debemos aprender que no toda actitud u obligación o prohibición religiosa es de Dios. La Biblia enseña en 1 Juan 3:4 que pecador no es quien infringe las normas de los hombres, sino los mandamientos de Dios. 

El problema con el que nos encontramos es que muchos mandamientos que consideramos que vienen de Dios, realmente son de origen religioso y no tienen nada que ver con Dios, ni con Su Palabra, sino con el modo en que algunos la entienden.

El fariseo se justificaba en sus obras, el hacer ayuno y dar diezmos. Estas dos cosas se han enfatizado en la Iglesia, como imprescindibles para la santidad y para recibir la bendición de Dios. Pero tus obras no impresionan a Dios. Es mucho más valioso a los ojos del Señor un corazón contrito y humillado. Salmo 51:17.

Podemos ver también que no existe pasaje alguno que prohíba que un cristiano se acerque a la mesa del Señor aun cuando aún no esté bautizado. Que los cristianos debemos bautizarnos, es un mandamiento del Señor que hay que cumplir. Pero no, que el no estar bautizado, es impedimento para prohibir celebrar la Cena del Señor. 

Recordemos que la Cena del Señor, según enseña Pablo, es un símbolo de la comunión con Dios y con los hermanos en la fe. 1 Corintios 10:16. De modo que si un cristiano tiene comunión con Dios y con sus hermanos no hay fundamento para prohibirle tomar la comunión.

En América hay muchos que afirman que no se debe beber ningún tipo de bebida fermentada, eso no está en la Biblia. 

Quienes creen en esa doctrina, afirman que mienten quienes dicen que el vino que tomaba Jesús era fermentado. Sin embargo, quienes mienten son quienes interpretan mal la Escritura por ignorancia o intencionadamente, a fin de mantener una doctrina religiosa que no es bíblica, y que, por demás, contradice la Escritura.

La santidad, la pureza, nada tienen que ver con abstenerse de vino, sino con la obediencia a Dios y su Palabra. Con sus normas y no con las de los hombres. 

Nadie más santo que Jesucristo y él no sólo convirtió el agua en vino, sino que también bebía. Mateo 11:18…19 NVI "Porque vino Juan, que no comía ni bebía, y ellos dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Este es un glotón y un borracho, amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores”. Pero la sabiduría queda demostrada por sus hechos".

No con lo anterior estoy diciendo que tenía fama de serlo. Porque Jesús tomaba vino y jamás se emborrachó, pero tomó vino, e instituyó la Cena del Señor con vino. 

Ahora bien, en mi caso no ofrezco vino embriagante por no ser piedra de tropiezo de hermanos que fueron alcohólicos.

Algunos intentan agradar a Dios mortificando su cuerpo, y contradicen las Escrituras en un afán religioso de ser más santo que el mismo Señor Jesucristo. 


Para saber hay que estudiar y estudiando descubrimos que el vino es considerado por Dios como una bendición. Veamos algunos pasajes interesantes:

Éxodo 29:40 dice que entre las ofrendas que había que presentar a Dios, debía ofrecérsele la cuarta parte de un hin de vino. Si hubiese sido considerado algo pagano o pecaminoso, ¿Hubiera Dios demandado vino como ofrenda? Si lo hizo es porque era considerado algo bueno.

Entre otras citas, el vino es claramente considerado como una bendición de Jehová: Jeremías 31:11…12 “Porque el Señor rescató a Jacob; lo redimió de una mano más poderosa. Vendrán y cantarán jubilosos en las alturas de Sión; disfrutarán de las bondades del Señor: el trigo, el vino nuevo y el aceite, las crías de las ovejas y las vacas. Serán como un jardín bien regado, y no volverán a desmayar.” 

Es clarísimo que el vino es considerado un bien de Jehová. Puede que esto no les guste a los fanáticos religiosos que se dejan llevar de tradiciones y mandamientos de hombres, por no molestarse en estudiar las Escrituras. Pero es la verdad.

Incluso aquellos del pueblo de Israel que hacían voto de nazareo durante el cual no podían beber vino ni sidra, cuando terminaban su voto, les era permitido beber vino. “...después el nazareo podrá beber vino” Números 6.20. 

El término hebreo usado en todos estos pasajes es yá´-yin, que se traduce por vino, (el mismo que pone los ojos rojos). 

Cuando los israelitas no podían llevar sus diezmos del producto del grano que rindieren sus campos cada año, de su grano, de su vino, su aceite, etc. debían venderlo y dice en Deuteronomio 14:25…27: “entonces lo venderás y te presentarás con el dinero en el lugar que el Señor tu Dios haya elegido. Con ese dinero podrás comprar lo que prefieras o más te guste: ganado, ovejas, vino u otra bebida fermentada, y allí, en presencia del Señor tu Dios, tú y tu familia comerán y se regocijarán. Pero toma en cuenta a los levitas que vivan en tus ciudades. Recuerda que, a diferencia de ti, ellos no tienen patrimonio alguno” 

La ofrenda que presentó Ana cuando dejó a Samuel al cuidado de Elí, incluía vino. 1 Samuel 1:24. Lo cual demuestra que los sacerdotes bebían vino, cuando no ministraban. 

Que Proverbios 31 diga que no es de los reyes beber vino, ni de los príncipes la sidra, no significa que no la bebieran, sino que no debían hacerlo cuando debían juzgar al pueblo. Sin embargo, el mismo capítulo 31 de Proverbios aconseja: dad la sidra al desfallecido y el vino a los de amargado ánimo, beban y olvídense de su necesidad, y de su miseria no se acuerden más. Proverbios 31:6…7.

No cabe duda de que hay pasajes que hablan de que no se debe beber en exceso. Isaías 5:11 ¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; ¡que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende!

Pero tampoco se puede negar que hay pasajes que invitan a beber vino, Eclesiastés 9:7: Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios. 

Beber vino no es algo que prohíba la Biblia, pues, Dios lo aconseja. No beber vino es una prohibición humana, nacida del fanatismo religioso. No debemos negar la verdad ni manipular la Escritura, mintiendo sobre lo que dice. 


Cantares 5:1: Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía; He recogido mi mirra y mis aromas; He comido mi panal y mi miel, Mi vino y mi leche he bebido. Comed, amigos; bebed en abundancia, oh amados.

Puede que no nos guste lo que está escrito, pero escrito está. Puede que no cuadre con nuestros pensamientos religiosos, pero, escrito está… Isaías 55:8…11: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” 

Los fanáticos religiosos tienen un verdadero problema con 1 Corintios 11:21 En este pasaje Pablo exhorta a los corintios por dos razones claras: Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga. 

Si los cristianos se embriagaban en la Cena del Señor ¿Cómo podría suceder algo así con vino sin fermentar? Ellos habían sido instruidos por Pablo, ¿les instruyó mal el apóstol? ¿No dice él que recibió del Señor lo que les había enseñado? 

¿Quiere decir esto que debemos ponernos a beber como locos? Tampoco en ningún momento está diciendo eso. Porque escrito está que los borrachos no heredarán el reino de Dios. 1 Corintios 6:9…11.

Pero una cosa es lo que está escrito y otra muy distinta la que enseñan los fanáticos.

Aléjate de fanatismos. Aléjate de todo aquellos que pretendan esclavizarte. Como está escrito en Colosenses 2:20…23: NVI "Si con Cristo ustedes ya han muerto a los principios de este mundo, por qué, como si todavía pertenecieran al mundo, se someten a preceptos tales como: ¿No tomes en tus manos, no pruebes, no toques? Estos preceptos, basados en reglas y enseñanzas humanas, se refieren a cosas que van a desaparecer con el uso. Tienen sin duda apariencia de sabiduría, con su afectada piedad, falsa humildad y severo trato del cuerpo, pero de nada sirven frente a los apetitos de la naturaleza pecaminosa"

Con esta reflexión exhorto a que cada uno de nosotros analicemos nuestra vida cristiana. Preguntémonos si estamos andando en los mandamientos de Dios o de los hombres. Y que Dios nos ayude a discernir la diferencia.

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