De esto debemos aprender que no toda actitud u obligación o
prohibición religiosa es de Dios. La Biblia enseña en 1 Juan 3:4 que pecador no
es quien infringe las normas de los hombres, sino los mandamientos de
Dios.
El problema con el que nos encontramos es que muchos mandamientos que
consideramos que vienen de Dios, realmente son de origen religioso y no tienen
nada que ver con Dios, ni con Su Palabra, sino con el modo en que algunos la
entienden.
El fariseo se justificaba en sus obras, el hacer ayuno y dar diezmos.
Estas dos cosas se han enfatizado en la Iglesia, como imprescindibles para la
santidad y para recibir la bendición de Dios. Pero tus obras no impresionan a
Dios. Es mucho más valioso a los ojos del Señor un corazón contrito y
humillado. Salmo 51:17.
Podemos ver también que no existe pasaje alguno que prohíba que un
cristiano se acerque a la mesa del Señor aun cuando aún no esté bautizado. Que
los cristianos debemos bautizarnos, es un mandamiento del Señor que hay que
cumplir. Pero no, que el no estar bautizado, es impedimento para prohibir
celebrar la Cena del Señor.
Recordemos que la Cena del Señor, según enseña Pablo, es un símbolo de
la comunión con Dios y con los hermanos en la fe. 1 Corintios 10:16. De modo
que si un cristiano tiene comunión con Dios y con sus hermanos no hay
fundamento para prohibirle tomar la comunión.
En América hay muchos que afirman que no se debe beber ningún tipo de
bebida fermentada, eso no está en la Biblia.
Quienes creen en esa doctrina, afirman que mienten quienes dicen que
el vino que tomaba Jesús era fermentado. Sin embargo, quienes mienten son
quienes interpretan mal la Escritura por ignorancia o intencionadamente, a fin
de mantener una doctrina religiosa que no es bíblica, y que, por demás,
contradice la Escritura.
La santidad, la pureza, nada tienen que ver con abstenerse de vino,
sino con la obediencia a Dios y su Palabra. Con sus normas y no con las de los
hombres.
Nadie más santo que Jesucristo y él no sólo convirtió el agua en vino,
sino que también bebía. Mateo 11:18…19 NVI "Porque vino Juan, que no comía
ni bebía, y ellos dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come
y bebe, y dicen: “Este es un glotón y un borracho, amigo de recaudadores de
impuestos y de pecadores”. Pero la sabiduría queda demostrada por sus
hechos".
No con lo anterior estoy diciendo que tenía fama de serlo. Porque
Jesús tomaba vino y jamás se emborrachó, pero tomó vino, e instituyó la Cena del
Señor con vino.
Ahora bien, en mi caso no ofrezco vino embriagante por no ser piedra
de tropiezo de hermanos que fueron alcohólicos.
Algunos intentan agradar a Dios mortificando su cuerpo, y contradicen
las Escrituras en un afán religioso de ser más santo que el mismo Señor
Jesucristo.
Para saber hay que estudiar y estudiando descubrimos que el vino es
considerado por Dios como una bendición. Veamos algunos pasajes interesantes:
Éxodo 29:40 dice que entre las ofrendas que había que presentar a
Dios, debía ofrecérsele la cuarta parte de un hin de vino. Si hubiese sido
considerado algo pagano o pecaminoso, ¿Hubiera Dios demandado vino como
ofrenda? Si lo hizo es porque era considerado algo bueno.
Entre otras citas, el vino es claramente considerado como una
bendición de Jehová: Jeremías 31:11…12 “Porque el Señor rescató a Jacob; lo
redimió de una mano más poderosa. Vendrán y cantarán jubilosos en las alturas
de Sión; disfrutarán de las bondades del Señor: el trigo, el vino nuevo y el
aceite, las crías de las ovejas y las vacas. Serán como un jardín bien regado,
y no volverán a desmayar.”
Es clarísimo que el vino es considerado un bien de Jehová. Puede que
esto no les guste a los fanáticos religiosos que se dejan llevar de tradiciones
y mandamientos de hombres, por no molestarse en estudiar las Escrituras. Pero
es la verdad.
Incluso aquellos del pueblo de Israel que hacían voto de nazareo
durante el cual no podían beber vino ni sidra, cuando terminaban su voto, les
era permitido beber vino. “...después el nazareo podrá beber vino” Números
6.20.
El término hebreo usado en todos estos pasajes es yá´-yin, que se
traduce por vino, (el mismo que pone los ojos rojos).
Cuando los israelitas no podían llevar sus diezmos del producto del
grano que rindieren sus campos cada año, de su grano, de su vino, su aceite,
etc. debían venderlo y dice en Deuteronomio 14:25…27: “entonces lo venderás y
te presentarás con el dinero en el lugar que el Señor tu Dios haya elegido. Con
ese dinero podrás comprar lo que prefieras o más te guste: ganado, ovejas, vino
u otra bebida fermentada, y allí, en presencia del Señor tu Dios, tú y tu
familia comerán y se regocijarán. Pero toma en cuenta a los levitas que vivan
en tus ciudades. Recuerda que, a diferencia de ti, ellos no tienen patrimonio
alguno”
La ofrenda que presentó Ana cuando dejó a Samuel al cuidado de Elí,
incluía vino. 1 Samuel 1:24. Lo cual demuestra que los sacerdotes bebían vino,
cuando no ministraban.
Que Proverbios 31 diga que no es de los reyes beber vino, ni de los
príncipes la sidra, no significa que no la bebieran, sino que no debían hacerlo
cuando debían juzgar al pueblo. Sin embargo, el mismo capítulo 31 de Proverbios
aconseja: dad la sidra al desfallecido y el vino a los de amargado ánimo, beban
y olvídense de su necesidad, y de su miseria no se acuerden más. Proverbios 31:6…7.
No cabe duda de que hay pasajes que hablan de que no se debe beber en
exceso. Isaías 5:11 ¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la
embriaguez; ¡que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende!
Pero tampoco se puede negar que hay pasajes que invitan a beber vino,
Eclesiastés 9:7: Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre
corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios.
Beber vino no es algo que prohíba la Biblia, pues, Dios lo aconseja. No
beber vino es una prohibición humana, nacida del fanatismo religioso. No
debemos negar la verdad ni manipular la Escritura, mintiendo sobre lo que
dice.
Cantares 5:1: Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía; He recogido
mi mirra y mis aromas; He comido mi panal y mi miel, Mi vino y mi leche he
bebido. Comed, amigos; bebed en abundancia, oh amados.
Puede que no nos guste lo que está escrito, pero escrito está. Puede
que no cuadre con nuestros pensamientos religiosos, pero, escrito está… Isaías
55:8…11: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros
caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra,
así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que
vuestros pensamientos. Porque como desciende de los cielos la lluvia y la
nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y
producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra
que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y
será prosperada en aquello para que la envié”
Los fanáticos religiosos tienen un verdadero problema con 1 Corintios
11:21 En este pasaje Pablo exhorta a los corintios por dos razones claras:
Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene
hambre, y otro se embriaga.
Si los cristianos se embriagaban en la Cena del Señor ¿Cómo podría
suceder algo así con vino sin fermentar? Ellos habían sido instruidos por
Pablo, ¿les instruyó mal el apóstol? ¿No dice él que recibió del Señor lo que
les había enseñado?
¿Quiere decir esto que debemos
ponernos a beber como locos? Tampoco en ningún momento está diciendo eso.
Porque escrito está que los borrachos no heredarán el reino de Dios. 1 Corintios
6:9…11.
Pero una cosa es lo que está escrito y otra muy distinta la que
enseñan los fanáticos.
Aléjate de fanatismos. Aléjate de todo aquellos que pretendan
esclavizarte. Como está escrito en Colosenses 2:20…23: NVI "Si con Cristo
ustedes ya han muerto a los principios de este mundo, por qué, como si todavía
pertenecieran al mundo, se someten a preceptos tales como: ¿No tomes en tus
manos, no pruebes, no toques? Estos preceptos, basados en reglas y enseñanzas
humanas, se refieren a cosas que van a desaparecer con el uso. Tienen sin duda
apariencia de sabiduría, con su afectada piedad, falsa humildad y severo trato
del cuerpo, pero de nada sirven frente a los apetitos de la naturaleza
pecaminosa"
Con esta reflexión exhorto a que cada uno de nosotros analicemos
nuestra vida cristiana. Preguntémonos si estamos andando en los mandamientos de
Dios o de los hombres. Y que Dios nos ayude a discernir la diferencia.
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