Observación Sobre La Alabanza Y Danza En La Iglesia


Quiero hoy hablar de uno de los problemas que hoy en día es muy común en algunas congregaciones cristianas y la falta de preparación en relación a la alabanza y danza dentro de la Iglesia.

Cuando he preguntado a algunos integrantes de estos por qué tocan o danzan, me dicen que, por amor a Dios, sin embargo, cuando se escucha lo que tocan, cantan o se ve lo que danzan, parece que lo hicieran más para otra persona y no para Dios, y esto lo digo por la gran cantidad de desafinaciones, falta de rítmica, melodía; harmonía y movimiento, todo suena muy fuera de orden o todos danzan fuera de ritmo. Pero lo peor es que dicen que Dios no hace caso a cómo suena o se mueven, sino a la intención del corazón.  

Pablo en 1 Corintios 14:15 dice algo que a mí me abrió el entendimiento en cuanto a cómo se debe hacer la música o la danza en la congregación, pues él dice, “¿Qué pues? Orare con el espíritu, pero orare también con el entendimiento; cantare con el espíritu, pero cantare también con el entendimiento”.

Si bien es cierto que el contexto de este pasaje es sobre el hablar en lenguas, también es cierto que ¿Qué tiene que ver el cantar con eso? Eso es algo que la carta no explica, pero para nuestros días si sirve de gran ayuda, ya que hoy en muchas iglesias hacen este arte más con entusiasmo que con entendimiento.

Si lee los pasajes Bíblicos referentes a la preparación de la alabanza del Templo, le sorprendera la diferencia que tiene esta en nuestros días, pues las personas que estaban a cargo de esta tarea, no solo lo hacían por amor a Dios, sino que también lo hacían porque les gustaba esa tarea en particular.  En 1 Crónicas, 9:33, podemos leer, que estos hombres estaban exentos de cualquier otra tarea que no fuera el canto y de día y de noche estaban en aquella obra. Hoy están en una y otra cosa.

Es bueno notar que solo los que eran músicos y cantores estaban asignados a desempeñar esta tarea. Hoy en día es muy común que muchos hermanos no esten relacionados con esta labor en la iglesia y quieran cantar e incluso dirigir la alabanza y se justifican en decir que a Dios no le importa como salga o se oiga, sino la intención del corazón.

El trabajo de la música o danza requiere dedicación, no es algo que se hace a la ligera, de ser así, entonces todo el mundo fuera músico o danzor. Hoy en día hay institutos musicales que enseñan este arte, pero otro problema que manifiestan muchos hermanos, es que no quieren prepararse y mucho menos estudiar música o danza, dicen que no hace falta, pues Dios es quien da la sabiduría y como recalco durante todo el artículo, Dios ve el corazón.

Las personas a cargo de la alabanza en la iglesia deben ser asignadas y no dejar que cualquier persona movida por sus sentimientos quiera hacer lo que quiera con tal de satisfacer sus emociones, en algunos casos, de llamar la atención.  1 Crónicas 15:16 “Asimismo dijo David a los principales de los levitas, que designasen de sus hermanos a cantores con instrumentos de música, con salterios y arpas y címbalos, que resonasen y alzasen la voz con alegría”  

Podemos ver que estas personas estaban designadas para esa tarea, no eran personas puestas ahí por algún capricho, o porque no había otro lugar donde ponerlo, o lo más común, porque son familia o amigos del pastor. No señor, eran personas preparadas para esa tarea. Otra cosa importante que decir, es que el director del grupo de alabanza debe ser alguien que tenga el conocimiento musical para dicha tarea,

No quiero sonar arrogante, pero he tenido la oportunidad de ir a congregaciones donde el director no tiene idea de lo que es una escala musical o la encarda de danza no tiene ni idea de lo que es un giro; debido a eso, siempre hay problemas en la iglesia, porque otros les echan en cara sus errores aun cuan ya saben la respuesta: Dios ve el corazón. 

1 Crónicas, 25:7 “Y el número de ellos, con sus hermanos, instruidos en el canto para Jehová, todos los aptos, fue doscientos ochenta y ocho” Podemos notar que eran enseñados en esta tarea hasta estar aptos para ejercer sus labores.

En las diferentes iglesias que visito al hablar con Alabantes o danzores alguien termina disgustado conmigo debido a que siempre hago énfasis en el estudio y la preparación y no solo en la música o el moverse, terminan diciendo que no le doy libertad al Espíritu Santo, pero realmente, no le doy lugar a la espontaneidad.  En realidad, considero que la unción del Espíritu Santo, más nuestra preparación, deben hacer que, en los momentos de la alabanza y danza, sucedan cosas especiales de parte de Dios. Debemos evitar volver esos momentos algo tormentoso y como ellos mismo se dan cuenta que no lo hacen bien, terminan diciendo, el Señor ve nuestro corazón.

Otro problema, muy común, es que nos les gusta ensayar, porque necesitan hacer otras cosas más importantes, al final del supuesto ensayo terminan diciendo que se van a cantar las mismas de la semana pasada, porque ya los hermanos se las saben y por si esto no fuera poco, el día del culto terminan diciendo, Señor, tu mereces lo mejor. Bueno juzgue usted.

Ciertamente no somos levitas, pero somos la Iglesia de Cristo, su novia, El pago por nuestras iniquidades, ¿no merece de verdad lo mejor de nosotros? ¿Porque entonces seguimos sin prepararnos para la obra?

Queremos evangelizar, pero no estudiamos la Biblia, queremos hacer misiones, pero no nos instruimos en cuanto a lo que son las misiones, queremos hacer muchas cosas en la Iglesia, pero nada que nos quite tiempo como estudiar, o ensayar, u orar.  Es triste, pero es la realidad en cuanto a todo esto.

Es tiempo de santificarnos y hacer las cosas como Dios manda, preparándonos en todo para poder dejar el nombre de nuestro Señor Jesús bien alto, dejemos de decir, Dios ve mi corazón porque: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Jeremías 17:9.

Ciertamente como dice el pasaje de 1 Corintios, 14:15, debemos entender lo que hacemos, como lo hacemos y lo más importante, para quien lo hacemos. No es cuestión de emoción, sino de una intención genuina de hacer las cosas bien para nuestro Señor Jesús. Debemos consagrarlos a una sola tarea, en 1 Crónicas 9:33, podemos leer, que estos hombres estaban exentos de cualquier otra tarea que no fuera el canto y de día y de noche estaban en aquella obra ¿entonces porque hoy están en una y otra cosa?

Recuerden que unción más preparación, de seguro será una bonita adoración y que Dios les continúe bendiciendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario