Romanos 13:1 NVI “Todos deben someterse a las
autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que
las que existen fueron establecidas por él”
Sabemos que autoridad significa el derecho de gobernar. Toda la
autoridad pertenece a Dios porque Él es el creador de todas las cosas. La
rebeldía es el principio básico de este mundo promovida por Satanás, mientras
que el principio básico de los hijos de Dios es la obediencia.
El obedecer a Dios y someterse a Su autoridad es el deber de cada
creyente. Para ser totalmente obedientes a Dios debemos obedecer la autoridad
delegada por Él.
Pero… ¿Qué es una Autoridad Delegada?
Dios aparte de que nos guía personalmente, también nos dirige por
medio de su autoridad delegada. Una autoridad delegada es una persona que
recibe y representa la autoridad de Dios. Y Dios tiene dos maneras de ejercer
su autoridad:
1. Autoridad directa. Significa que Dios
nos dice directamente a través de Su Palabra o del Espíritu Santo lo que Él
desea que hagamos.
2. La autoridad delegada. Significa que
Dios elige a determinadas personas para que lo representen y ejerzan su
autoridad.
Entonces tenemos que Dios no sólo nos guía personalmente, sino que
también nos dirige a través de Su autoridad delegada. Padres, profesores,
policías, jefes, gobernantes, etc. son autoridades delegadas.
Puesto que una autoridad delegada es alguien que representa la
autoridad de Dios, esa persona debe ser obedecida. Ser irrespetuoso o
desobediente a la autoridad delegada por Dios es semejante a ser irrespetuoso o
desobediente con Dios mismo.
En el mundo en que vivimos, Dios ha establecido cuatro áreas básicas
de autoridad: 1 La Familia,
2 El Gobierno,
3 La Iglesia y
4 El Trabajo
La Familia
Lo que Dios dispuso para la familia es que el padre sea la cabeza del
hogar bajo Dios. La esposa debe estar sujeta a su esposo y los hijos sujetos a
sus padres. La Biblia dice:
·
Las casadas estén sujetas a sus propios maridos,
como al Señor (Efesios 5:22).
·
Hijos, obedeced a vuestros padres en todo…
(Colosenses 3:20).
En la familia, Dios ha puesto Su autoridad en los padres. Puesto que
los padres representan la autoridad de Dios en el hogar, lo correcto es que sean
obedecidos. La Biblia dice:
·
Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres,
porque esto es justo (Efesios 6:1).
Muchas veces los jóvenes quisieran cambiar la Palabra de Dios para su
conveniencia. Por ejemplo, se les dice:
-
“Obedece a tus padres”
Y ellos responden:
-
Si tienen razón…
- Si
tú crees que tienen razón…
- Si
no se interponen a lo que quieres hacer…
-
Si te mandan hacer las cosas en una forma amable
y agradable…
Pero el joven que desea agradar a Dios no usará estas excusas. En
cambio, escogerá obedecer a sus padres porque es correcto hacerlo.
El padre ha sido señalado por Dios como cabeza de la familia, pero no
debe ser un dictador. Debe amar a su esposa y a sus hijos y ser un ejemplo para
ellos. También él es responsable ante Dios de educar a sus hijos en los caminos
del Señor. La Biblia dice:
·
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como
Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella (Efesios 5:25).
·
Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos,
sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor (Efesios 6:4).
El Gobierno
Ante la naturaleza pecaminosa y rebelde del hombre que lo lleva a dificultar
su convivencia en sociedad, Dios estableció las leyes y el gobierno humano
Dios dio a los hombres la autoridad para hacer cumplir sus leyes. Lo
hizo para nuestro bien. Las autoridades civiles son la provisión de Dios para
limitar el mal a fin de que podamos vivir en paz y tranquilidad con piedad y
decoro (1 Timoteo 2:2).
Profesores, policías, jueces y funcionarios locales o federales, todos
son autoridades delegadas por Dios. Puesto que representan la autoridad de
Dios, debemos obedecerles. La Biblia dice:
·
Sométase toda persona a las autoridades
superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por
Dios han sido establecidas (Romanos 13:1).
Los cristianos debemos ser ciudadanos que obedecen la ley. El
estudiante en su centro escolar da honor a Dios al obedecer las reglas del
establecimiento y respeta a los maestros. Cuando no hace esto deshonra a Dios. Jesús
nos enseñó a obedecer a las autoridades del gobierno. La Biblia dice:
·
Por Causa Del Señor someteos a toda institución
humana… (1 Pedro 2:13).
Nuestro Señor nunca participó en ninguna rebelión. Le enseñó a la
gente a obedecer a las autoridades del gobierno. Cuando los fariseos le
preguntaron a Jesús si debían pagar impuestos a César, el Señor les respondió:
·
Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios
lo que es de Dios (Mateo 22:21).
La Iglesia
Debemos someternos a las autoridades de la iglesia, delegadas por Dios.
El plan de Dios es que Cristo sea la Cabeza de cada iglesia. Bajo la autoridad
de Cristo están los líderes designados por Dios, tales como ancianos, pastores,
diáconos y maestros. Debemos someternos a las autoridades de la iglesia,
delegadas por Dios. La Biblia dice:
·
Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a
ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta;
para que lo hagan con alegría, y no quejándose… (Hebreos 13:17).
Aquellos que tienen autoridad en la iglesia deben servir y ser ejemplo
para el pueblo. Respecto a los ancianos, la Biblia dice:
·
Apacentad la grey de Dios que está entre
vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por
ganancia deshonesta [dinero], sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío
sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey (1 Pedro
5:2…3).
El Trabajo
Nuestro jefe o “patrón” representa la autoridad delegada de Dios en el
trabajo Honramos a Dios cuando hacemos nuestro trabajo lo mejor posible por
causa del Señor. Dios no se complace cuando hacemos nuestro trabajo en forma
descuidada y a medias. Él quiere que lo hagamos de todo corazón. La Biblia
dice:
·
Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales,
no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con
corazón sincero, temiendo a Dios (Colosenses 3:22).
Aquí la palabra “siervo” significa sencillamente un empleado, una
persona que es empleada por otra. La Biblia nos dice que los empleados deben
estar sujetos a sus jefes, no sólo a los que son bondadosos y gentiles, sino
también a aquellos con quienes es difícil llevarse bien. La Biblia dice:
·
Criados, estad sujetos con todo respeto a
vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los
difíciles de soportar (1 Pedro 2:18).
Con relación a nuestros empleos, Dios quiere que cada creyente trabaje
como si lo estuviera haciendo para el Señor Jesús.
Cuentan que un joven tenía dificultades para desempeñar su trabajo. Su
actitud no era buena y la calidad de su trabajo era tal que su patrón no estaba
contento con él. Un día, el consejero de Jóvenes le hizo esta pregunta:
“Supongamos que Jesucristo mismo fuera el gerente de esa empresa. ¿Cambiaría
eso la calidad de tu trabajo?”
Él contestó: “¡Desde luego que sí! Lo haría lo mejor posible todo el
tiempo”.
El consejero le dijo: “¿Sabes que Dios quiere que con sinceridad tú
hagas tu trabajo como para el Señor Jesús?” Luego, leyeron este versículo:
·
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como
para el Señor, y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la
recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís (Colosenses 3:23…24).
La Biblia dice que los jefes también tienen responsabilidad ante Dios.
Deben ser buenos con quienes trabajan para ellos, reconociendo que tienen un
Señor en el Cielo. La Biblia dice:
·
Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo (sed
amables y considerados), dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y
vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas (Efesios
6:9).
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