Conoce A Tus Enemigos 3 de 3


3. El ataque personal y el futuro de Satanás 

Pablo estaba consciente del peligro que Satanás representa para los cristianos. Debemos seguir su ejemplo y no ignorar las intrigas de Satanás (2 Corintios 2:11). Lo significa que debemos entender los trucos y las trampas del diablo y examinar cómo utiliza sus armas clave para atacarnos en diferentes objetivos individuales. Entonces, ¿cuáles son algunas de las armas de Satanás?

·         Orgullo
El orgullo siempre es peligroso, especialmente cuando las cosas están saliendo bien, como en momentos de paz y prosperidad (Deuteronomio 8:11…17).

El mejor ejemplo podría ser Lucero, el que se convirtió en Satanás. Desde que fue creado, siempre había vivido bajo el perfecto gobierno de Dios. Aun así, su corazón se engrandeció con orgullo y se rebeló (Isaías 14:12…15; Ezequiel 28:14…17; 1 Timoteo 3:6). Él usa esa misma táctica con nosotros ahora.

El orgullo es lo opuesto al amor que describe Pablo en 1 Corintios 13:4…8. El orgullo si es “jactancioso” y se “envanece”. Cuando pensamos que somos más que los demás, es fácil volverse impaciente, antipático, grosero y egoísta.

Incluso podemos caer en la trampa de estar orgullosos de hacer las cosas bien, como está demostrado en la parábola de Jesús del fariseo y el publicano. Él dio esta parábola como advertencia para todos aquellos que “confiaban en sí mismos como justos y menospreciaban a los otros” (Lucas 18:9).

El fariseo oraba: “Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano” (vv. 11…12). Jesús enfatizó que “cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido” (vv. 13…14).  

Pablo advierte que en los postreros “días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos” (2 Timoteo 3:1…2).

·         Envidia
Otra poderosa estrategia de Satanás es la envidia, específicamente la que plantea un sentido distorsionado y egoísta de justicia. Esto nos remonta hasta la envidia que sintió Caín por su hermano Abel, cuando Abel fue bendecido por su ofrenda. Caín pensó que eso no era justo. Dios conocía la actitud tanto de Caín como de Abel y para Él era totalmente justo.

Nosotros sabemos que, debido a la influencia de Satanás, a la gente no le gusta que le digan qué es lo que debe hacer. Las cosas prohibidas acaparan la atención y prioridades de la gente. Satanás de alguna manera las hace ver más atractivas y placenteras que los verdaderos placeres que Dios quiere que tengamos. Entonces, ¿qué es lo que produce la envidia? “Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa” (Santiago 3:16).

·         Deseo por los placeres prohibidos
Nosotros sabemos que debido a la influencia de Satanás, a la gente no le gusta que le digan qué es lo que debe hacer. Los “placeres prohibidos” acaparan la atención y prioridades de la gente. Satanás de alguna manera los hace ver más atractivos y placenteros que los verdaderos placeres que Dios quiere que tengamos. De ahí la Tentación y el Deseo.


·         Comezón de oír
Pablo advirtió acerca de otra estrategia de Satanás: comezón de oír. “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4:3…4).

Pablo le estaba advirtiendo a Timoteo de una tendencia natural de los seres humanos de querer escuchar nuevas cosas, cosas fáciles, cosas que nos atraen. ¡Satanás crea o se aprovecha de una peculiaridad de la naturaleza humana que permite que incluso las asombrosas verdades de Dios parezcan aburridas! No debemos caer en las garras de esta arma de Satanás.

·         Las cuatro D
Existen muchas estrategias más que Satanás utiliza. Por ejemplo, Satanás ha sido muy efectivo con lo que se ha llamado las cuatro D:
Decepción: cada vez que vemos a las personas como nuestro estándar, podemos decepcionarnos. Pero si confiamos y tenemos fe en Dios, no seremos avergonzados.
Desánimo: cuando nos afligimos por las decepciones, por lo regular esto conlleva al desaliento. Pero Dios nos ha dado la Santa Biblia, su plan y sus promesas para animarnos.
Duda: si no superamos el desaliento, este nos llevará a la duda.
División: las dudas y preocupaciones pueden causar una división en nuestra lealtad. Esto también puede ocasionar divisiones entre las personas y un distanciamiento de Dios.

Debemos estar conscientes de éstas y las demás armas del arsenal de Satanás. Y debemos combatirlas. Lo animamos a: “Tomad toda la armadura de Dios”, que está enfocada como la defensas que nuestro gran y amado Padre nos da. ¡No trate de enfrentar a Satanás sin la armadura de Dios!

El Futuro De Satanás

Hemos visto el origen y la caída de Satanás. Además, hemos examinado su actividad actual. Ahora nuestra atención se centrará en el futuro de Satanás. Hay dos pasajes en las Escrituras que nos dicen sobre el futuro de Satanás: Apocalipsis 12 y 20. Anteriormente vimos que Satanás perdió su posición exaltada en el cielo, pero también hemos visto que esta pérdida de posición no se tradujo en la pérdida de su acceso al cielo. Apocalipsis 12, sin embargo, habla de un tiempo futuro cuando Satanás pierde su acceso al cielo. Habla de una época en la que ya no se podrá estar delante de Dios y acusando a los santos. Y Apocalipsis 20 nos habla de un tiempo venidero cuando Satanás será atado y no será capaz de engañar a las naciones.

Satanás pierde el acceso al cielo (Apocalipsis 12); los acontecimientos tienen lugar después del Rapto de la Iglesia y durante el período de siete años de tribulación. De hecho, la expulsión de Satanás en este capítulo se lleva a cabo en el período medio de la Tribulación, en punto de los tres años y medio. En los dos primeros versículos de este capítulo, Juan describió una señal de que apareció en el cielo. Entonces le dijo a una mujer, que representa a la nación de Israel y un niño que representa a Jesucristo. En el versículo tres, también describe a un dragón que representa a Satanás: “Y apareció otra señal en el cielo: y he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas.” Satanás es el dragón y Las siete cabezas son siete imperios terrenales. Los “diez cuernos” representan la forma final del imperio de Satanás en la tierra. Satanás se presenta aquí como el poder motivador y la autoridad detrás de los imperios terrenales mencionados aquí. El hecho de que él es un “gran dragón rojo” muestra que él es feroz en su carácter. Eso encajaría con la descripción de Pedro de Satanás como “león rugiente” (1 Pedro 5:8).

Apocalipsis 12:4 dice que un “su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo.” Esto parece ser una referencia a la cantidad de los ángeles que siguieron a Satanás en su rebelión. Es por eso que creemos que un tercio de los ángeles siguió a Satanás cuando se rebeló contra Dios. Estos ángeles caídos son ahora conocidos como demonios.

Apocalipsis 12:4 b nos dice que “Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.” Esto representa el intento de Satanás por destruir a Jesús cuando nació. El versículo 6, sin embargo, afirma que “Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.” Aquí vemos que la mujer (es decir, Israel) huye al desierto, por un total de tres años y medio. Esta huida hacia el desierto de Israel se lleva a cabo en la mitad del período de siete años de tribulación. Los versículos 7…10 describen lo que sucede a continuación:

Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.

Aprendemos más sobre las actividades de Satanás en este pasaje. Él ha sido un difamador implacable del pueblo de Dios. Él ha estado continuamente acusándolos ante el trono de Dios. Pero ahora es arrojado del cielo. Es en este punto, en la mitad de la Tribulación, que pierde su acceso al cielo.

Para finalizar…

Hubo una ocasión durante el ministerio de Cristo en la tierra en que “vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino. Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?” (Mateo 8:28…29).

Los demonios que poseían a estos hombres claramente sabían que su destino implicaba sufrir una especie de “tormento”, pues no dijeron “¿Has venido acá para matarnos o hacernos desaparecer antes de tiempo?”, sino “…para atormentarnos antes de tiempo?”.

Parece irónico, ¿no? Mientras la mayoría de las personas piensa que el castigo de los que rechacen la salvación de Dios será el tormento eterno, en realidad, ése será el destino de Satanás y sus demonios. (No confundir el destino de Satanás y los demonios con el destino de los seres humanos impíos que serán arrojados al lago de fuego para ser quemados por completo)

Dios destruye las obras del diablo: en 1 Juan 3:8, el apóstol Juan dice que “El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo” (NVI). En otras palabras, Dios no destruirá al diablo mismo, sino sus obras.

Las obras del diablo son las mismas que Pablo describe como aquellas a las que el hombre tiende por naturaleza, u “obras de la carne”: “adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios” (Gálatas 5:19…21). Las personas que no se arrepientan de estas obras, serán destruidas para siempre.

Entonces, ¿Cómo es destruido Satanás? Como hemos visto la Escritura indica que Satanás y sus demonios serán atados por Dios en eterna oscuridad y su influencia, engaño y obras serán eliminados para siempre. Como son espirituales, el diablo y sus ángeles corruptos seguirán existiendo, pero deberán sufrir el justo castigo del tormento eterno que nuestro Dios perfecto y todopoderoso tiene preparado para ellos.







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