Venciendo El Miedo A Emprender


Mujer u hombre tienen “la obligación” de generar abundancia, de acuerdo con sus capacidades y cuando se trata de emprender, cualquier fuente es buena para obtener conocimientos; asimismo, nunca es tarde para hacerlo. Un buen ejemplo de este principio es aprender de un libro que quizá no se encuentre como uno de los más consultados por la comunidad emprendedora como es la Biblia.

En su interior se albergan diversas formas literarias o analogías que podemos aplicar a nuestra vida, una de ellas es la generación de riqueza. En ella encontramos una analogía que nos habla sobre la “obligación” de generar abundancia, con base en nuestras capacidades: la parábola de los talentos.

En esta parábola se ensalza la productividad, la generación de riqueza y la multiplicación del dinero, a la vez que muestra valores que, independientemente de nuestras creencias, podemos aplicar a lo que emprendamos.

No todo el mundo está hecho para emprender. Creo que la personalidad de cada uno y si ha tenido alguna experiencia influye particularmente, aunque el entorno así lo propicie. En diversos países, a pesar de lo que se quiere hacer pensar, no se apoya lo suficiente al emprendimiento al menos desde mi punto de vista. Las cotizaciones son demasiado altas y el crédito no fluye. Sin embargo, siempre hay formas de emprender a costo muy bajo y de obtener financiamiento.

Un amigo emprendedor me decía: lo que es más difícil es eliminar las barreras que nosotros nos ponemos. A pesar de tener los conocimientos, aptitudes y hasta una experiencia para emprender por años no lo hice, hasta que tuve las emociones que lo propiciaron. Antes tenía miedo de hacerlo y yo misma pensaba, no puede ser si los demás pueden por qué no podría yo también conseguirlo. Sin embargo, el miedo me frenaba una y otra vez.

¿Por qué tenemos miedo a emprender?

1) Todos tenemos miedos, de hecho, el miedo es una emoción inserta en nuestro ADN. Gracias al miedo, el ser humano ha podido sobrevivir durante miles de años. Antes cuando el Hombre se encontraba delante de un león salía corriendo para salvar la vida, ahora ya no tenemos ese problema, sin embargo, seguimos sintiendo ese miedo que toma el control de nosotros y nos impide tomar decisiones cuerdas. Por eso saber canalizar ese miedo y que no nos paralice es una opción que podemos y debemos hacer.

2) Tenemos miedo a lo desconocido. Tenemos miedo porque no nos conocemos lo suficiente y no sabemos lo que somos capaces de hacer. El miedo al fracaso y al qué dirán. Tienes miedo a no saber responder frente a lo desconocido. Cuanto más se conoce uno, menos miedo tenemos, ya que sabemos cómo vamos a reaccionar y lo que somos capaces de hacer.

3) No hay que confundir el miedo a la temeridad. Soy persona adversa al riesgo, emprender no significa tirarse a la piscina sin mirar. Hacer un proyecto es indispensable para el éxito.

4) El miedo no se puede controlar sino canalizar. Puesto que el miedo es una emoción que está en nuestro ADN no se puede controlar, pero sí podemos utilizar o canalizar esa energía en otra cosa por ejemplo para estudiar el mercado.

¿Cómo canalizar ese miedo?

1) Aprendiendo de uno mismo. La respuesta está dentro de nosotros y no fuera. Cuanto más conoces sobre tus reacciones y lo que eres capaz de hacer, menos miedo sentimos.

2) Obteniendo los conocimientos necesarios para desarrollar la actividad que queremos emprender. No tiene sentido emprender una actividad desconocida y sin embargo muchas personas lo hacen. Las oportunidades de mercado surgen siempre al compatibilizar los recursos propios del emprendedor con las necesidades de los clientes. Ambos elementos son igualmente importantes.

3) Con un plan realista que analice las necesidades que tenemos y los recursos con los que disponemos. Planificar la actividad empresarial nos ayuda a saber lo que uno tiene, puede disponer y lo que necesita. En este sentido un plan de negocio realista debe convertirse en un apoyo indispensable.

4) La experiencia. La experiencia nos muestra lo que somos capaces de hacer y cómo reaccionamos frente a determinadas situaciones.

A pesar de lo que piensa la mayoría de la gente, los negocios no se hunden por problemas externos si no por malas decisiones tomadas por nosotros, provocadas por la falta de conocimiento de nosotros. Lo que provoca una mala adaptación del negocio que nace perfecto en nuestra mente y que posteriormente se desarrolla en la vida real.

Y te preguntaras ¿Qué paso con la Biblia y su parábola con que iniciamos?

En el Evangelio de Mateo 25:14…30, la podemos encontrar. En ella un patrón entrega a sus sirvientes dinero (llamado ahí “talentos”) para que lo cuiden. Dos de ellos lo ponen a trabajar, lo invierten y entregan lo que se les encargó y los intereses a su amo; mientras que uno lo esconde por miedo a perderlo.

Esto nos habla de la importancia de arriesgarnos a invertir o emprender.


Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”, se lee en el versículo 29.

En este sentido, es importante generar riqueza por dos razones: no sólo para disfrutarla de forma individual, sino para generar riqueza en otros y que ésta crezca y se expanda y así retribuir lo que se nos ha dado en otro tiempo. Somos individuos con utilidad económica y con capacidad de generar y crear, por lo que no debemos desaprovechar las oportunidades.

Además, debemos dejar los temores a un lado… “Por lo cual tuve miedo y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo”, dijo el siervo que no invirtió y al final porque no generó intereses se le quitó lo poco que tenía.

La parábola descubre que se tiene “la obligación” de generar abundancia, de acuerdo con las capacidades. Unos son obreros, otros profesionales no importa, siempre es buen momento para preguntarnos qué tanto generamos con nuestros talentos y los bienes que poseemos.

Si hoy se nos pidieran cuentas de lo que generamos, ¿qué entregaríamos?, como ya apuntamos, lo más importante de esta parábola es que el siervo que no genera, lo hace por dos temores: perder lo que tiene y ser castigado. Lo cual es en realidad no está muy alejado de los temores de emprendedores hoy en día.

Es preciso dejar los temores atrás y generar más con lo que tenemos, pues ese también es un camino hacia la riqueza.

¿O crees tú que los grandes empresarios no se arriesgaron?


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