Coronavirus: Tu Casa Tu Arca Por Saúl Guevara


“No se equivoquen: tenemos mucho camino por delante. Este virus nos acompañará durante largo tiempo” Organización Mundial de la Salud (OMS) Abril-22-2020 

La mezquindad, la insensatez, la mala voluntad y el egoísmo que para algunos constituyen muestras de firmeza e inteligencia, se desdibujan ante la bondad, la generosidad y la solidaridad de la que es capaz la gente, al punto que a veces uno se pregunta si la importancia que le damos a ciertos temas y los conflictos que de ellos derivan, no son más que una manifestación de un desconcierto colectivo que refleja la pérdida del rumbo social en la que está sumida esta sociedad desde hace ya mucho tiempo.

En estos meses de coronavirus, este, al igual que las aguas del diluvio bíblico, ha arrasado y diezmado poblaciones enteras, ya no fue en un país el problema, no, el problema se volvió universal, como aquel diluvio que también fue universal y a causa del hombre y su degeneración.

El primer rayo de sol después del diluvio bíblico no debe haber sido celebrado sencillamente como el fin de la lluvia, sino como el renacer de la esperanza, como el término de una etapa oscura. De los diluvios existenciales y sociales que a veces nos impone la vida, nos ayudan a salir los rayos de sol de acontecimientos que, aun cuando no sucedan en nuestro entorno inmediato, su reverberación en el ánimo debería ayudarnos a situar las cosas en una justa perspectiva.

Antes, en un inicio, fuera del arca, la gente seguía su vida como antes. Todavía no creían que el Diluvio vendría. Tienen que haberse reído de Noé más que nunca. Pero poco tiempo después dejaron de estar riéndose.

De repente empezó a caer agua. Cayó del cielo como cuando uno derrama agua de un cubo. ¡Noé tenía razón! Pero ya nadie más podía meterse en el arca. Jehová Dios había cerrado bien la puerta.

Al cabo de cinco meses comenzaron a bajar las aguas y al séptimo mes se paró el arca en el monte Ararat, de la Armenia. Esperó Noé tres meses más y abriendo entonces la ventana del arca, soltó el cuervo, que no volvió a ella. Siete días después dejó marchar la paloma, que volvió por la tarde, llevando en su pico una ramita de olivo. A pesar de que las aguas se habían retirado, estaba la tierra demasiado húmeda todavía para poder habitarla y sólo doce meses después del principio del diluvio fue cuando Noé, obedeciendo a nueva orden de Dios, salió del arca con su familia y todos los animales que había encerrado en ella.

El anterior relato o enseñanza bíblica nos relata una catástrofe y el aislamiento necesario para salvarse, el arca de aquel relato viene a ser ahora nuestros hogares, el ente destructor de la humanidad, el Covid-19, se muere al aislarse el ser humano porque somos nosotros los que lo transmitimos y difundimos.

Para los negligentes que salen en voz publica y preguntan a veces hasta con sorna que ¿a dónde está Dios? Les respondemos, ahí en ese clamor general de los gobiernos, en ese “quédate en casa”, nuestras casas se han vuelto ahora nuestras arcas de salvación.  

Los degenerados por la ambición del dinero están presionando con el ¡salgan ya!, los voraces comerciantes se unen a ellos, pero…

¿Debemos salir intempestivamente todos a la vez?

Repito: “Al cabo de cinco meses comenzaron a bajar las aguas y al séptimo mes se paró el arca en el monte Ararat, de la Armenia. Esperó Noé tres meses más y abriendo entonces la ventana del arca, soltó el cuervo, que no volvió a ella. Siete días después dejó marchar la paloma, que volvió por la tarde, llevando en su pico una ramita de olivo. A pesar de que las aguas se habían retirado, estaba la tierra demasiado húmeda todavía para poder habitarla y sólo doce meses después del principio del diluvio fue cuando Noé, obedeciendo a nueva orden de Dios, salió del arca con su familia y todos los animales que había encerrado en ella”

Lo anterior nos enseña que todo fue paulatino, el primero en salir (el cuervo) salió antes de debido y no regreso.

La historia de los meses de este año 2020, nos está enseñando que tres meses después los habitantes de la ciudad china de Wuhan (poblado origen de la pandemia) han vivido lo más parecido a un milagro. Durante unas horas pudieron dejar el encierro domiciliario y salir a pasear por los parques, a caminar por una ciudad fantasma que ha estado cerrada al resto del país debido a la pandemia de coronavirus. Solo se ha permitido salir a una pequeña proporción de habitantes de barrios periféricos de la ciudad, pero aun así es una imagen de esperanza para el resto de ciudades y países del mundo que siguen sumidos en lo peor de la crisis. Es inevitable que Wuhan sea el espejo en el que se quieren mirar.

La luz al final del túnel empieza a verse y varios estudios publicados analizan en detalle el caso de Wuhan. Una de las principales conclusiones es que cerrar ciudades, aislar a la población, funciona. Las medidas adoptadas por China permitieron una drástica caída de los casos, explica un grupo de epidemiólogos de EE UU, Reino Unido, China, Italia y otros países en un estudio publicado en Science. Pero los efectos se hicieron esperar. Con un periodo de incubación de cinco días que en ocasiones llega hasta los 14, el efecto de las medidas no pudo comenzar a vislumbrarse hasta pasada una semana. Hasta entonces el número de casos y defunciones no dejó de crecer. Es lo mismo que están viendo ahora los países más afectados, principalmente en América Latina.  

Los trabajos publicados explican que cerrar las escuelas y dejar que el resto de la gente haga vida normal no sirve para casi nada. Esta medida solo es efectiva cuando se suman medidas de aislamiento domiciliario, especialmente de la población de más edad: las personas mayores y con enfermedades previas.

La salida del aislamiento social, preventivo y obligatorio que será en forma paulatina y muy cuidadosa. Salir de la cuarentena tiene que ser una cosa muy cuidada. La cuarentena debe abrirse paulatinamente y habrá casos que deberán seguir en cuarentena, como ejemplo que, “seguramente, los chicos seguirán sin ir al colegio, la administración pública seguirá con trabajo a distancia y concurrirá la gente elemental para poder movernos y seguirá la cuarentena en mayores adultos.

Nuestros lideres religiosos tienen que ser muy cuidadosos en el abrir de las iglesias, somo los responsables de esforzarnos por preservar la vida de nuestros feligreses, dejemos a un lado nuestras fantasías mágicas religiosas y aterricemos en una verdad bíblica, el Arca primero estuvo y quedo quieta en el monte Ararat, nadie salía y paulatinamente los acontecimientos se fueron dando para la salida de sus miembros, al igual pensemos que gradualmente todas las actividades de una iglesia se abrirán pero de forma escalonada, la recaída de esta pandemia puede ser fatal.

Dios mando escribir la Biblia para que los hombres tengamos acercamiento a su sabiduría y no tergiversemos sus palabras.

Dios ha, esta y seguirá hablando. El que tenga oídos que escuche.
S.A.G. 27 ABR 2020



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